viernes, 26abril, 2024
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El cinturón de hierro de Bilbao. Importante obra militar en la defensa de la ciudad que nunca se rindió

Félix Lareki Garmendia
Félix Lareki Garmendia
Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Bilbao. Su carrera profesional fundamentalmente la ha desarrollado en Xerox España S.A.U.. Exprofesor de la Escuela Superior Universitaria de Marketing en la Cámara de Comercio de Bilbao, del Master de Marketing y de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad del País Vasco UPV - EHU. Durante 8 años ha estado en política en el País Vasco. Vicepresidente de la Asociación Internacional Aulamar para personas discapacitadas para el disfrute de la navegación a vela. Tiene publicados varios libros con ESIC Editorial. Su lema es “pasión por el arte y las personas”, lector empedernido, escritor y analista social.
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análisis

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Cuando le pregunto quién es Aitor Miñambres aflora el deseo del fundador del museo del “Cinturon de hierro de Bilbao” de Berango (Bizkaia),  de mantener en lo posible su privacidad, una persona con cierto aire pensativo, que compone con facilidad un discurso histórico proveniente de un conocimiento profundo de lo que significó la construcción del “Cinturón de Hierro de Bilbao” y de las implicaciones en la defensa de una ciudad a punto de ser sitiada por el ejército sublevado y golpista del General Franco en la contienda de la guerra civil española.

1.-¿Es importante un museo para transmitir la memoria histórica de este País?

Sí y no solo eso, evidentemente también es necesario un relato lo más objetivo posible – que no neutral- para difundirlo a la sociedad. En este caso nos encontramos ante un hecho cívico-militar: la defensa de una ciudad como Bilbao, con las tropas rebeldes a tan solo cuarenta y cinco kilómetros de la misma.

Entiendo que el museo actual es modesto pero creo cumple su función de ayudar a recuperar la memoria histórica, en un episodio que vivió la ciudadanía vasca hace ya 85 años y que ha estado un tanto olvidado. Conviene mantener al día para todas las generaciones actuales y futuras.

2.- ¿Además se prohibió hablar de este tema hasta 1975?

Es cierto que se prohibió hablar de la defensa de Euskadi hasta el año 1975, porque había una dictadura, lo que fosilizó muchas historias que contar a nuestros jóvenes y mayores, como la del Cinturón de Hierro, ocultando una muestra del valor y generosidad de los vascos en la defensa de su identidad, en este caso la defensa de una importante ciudad como Bilbao.

3.- ¿La memoria democrática afecta a varias generaciones?

La memoria afecta a varias generaciones, comenzando por los propios protagonistas que fueron los primeros sufridores de la contienda militar. Ellos no han sido muy dados a hablar demasiado, por un lado por el sufrimiento ocasionado por los propios recuerdos y por otro porque estaban inmersos en una dictadura que les impedía expresarse con libertad.

Han transcurrido varias generaciones. La primera, la de los propios combatientes en el campo de batalla. Después, la segunda generación, posterior a la de la propia contienda, personas hoy tienen entre 60 y 80 años de edad. Oyeron de viva voz cosas de sus mayores, demasiado cercanos y muy afectados, pero había que reconstruir un país y no podían detenerse demasiado en viajar al pasado, y además no había tiempo ni espacio para mantener viva aquella memoria.

Luego ha venido una tercera generación, hoy sobre 40/60 años, que es la nuestra, que de alguna manera le ha dedicado ya un tiempo a recuperar la memoria de la primera generación y de sus protagonistas singulares. Ellos, quizás porque ya no han tenido que incidir tanto en la necesidad de construir un país arruinado por la Guerra Civil y con muchas carencias, y porque a partir de 1975 las libertades comienzan a forjarse y aflora la auténtica realidad de los hechos, de alguna manera condenan la impunidad que tuvieron los golpistas y sus asesinatos para ser blanqueados.

Hoy disponemos de tiempo y medios para recordar a la primera generación, su verdadero sufrimiento y los hechos de guerra, con miles de asesinatos que todavía mantienen a muchos luchadores enterrados en fosas comunes, aunque afortunadamente ya hay exhumaciones.

4.- ¿Qué pasa con la generación de los que ahora tienen sobre 20 años? ¿Están interesados, los jóvenes?

Está claro que si los jóvenes no consiguen empatizar con la primera generación, estaremos perdiendo un vínculo, estaremos condenados a repetir la historia de vencedores y vencidos. Estos jóvenes no han tenido un contacto con la primera generación y muy escaso con la segunda. Si no cultivamos el respeto y la empatía hacia la generación que construyó el “Cinturón de Hierro de Bilbao”, que sufrió y fue bombardeada, que fue vilmente fusilada y enterrada en el anonimato de una fosa común, que tuvo que coger un fusil y defender su casa, que tuvo que salir hacia el exilio de forma precipitada y sin medios hacia un país de acogida con 6 o 10 años de edad y en ausencia de sus padres, estaremos construyendo una gran injusticia sobre unos hechos que ocurrieron en 1936 y 1937.

Este relato debe ser contado al menor detalle para que nuestros jóvenes de hoy se sumen a la memoria democrática y reconozcan nuestro lugar en la historia. Algo que hasta ahora nunca se les ha contado en las escuelas, institutos ni en la propia universidad.

5.- ¿Esta sería quizás la parte filosófica de la realidad sucedida?

Así es. Desde una vocación democrática no tenemos otra opción que recordar, respetar y reconstruir la mejor verdad posible e informar de todo ello a la Sociedad.

6.- ¿Debemos ser neutrales?

Debemos ser objetivos o al menos intentarlo con verdadera vocación, pues también se cometieron algunos errores tiempo atrás, pero no ser neutrales entre totalitarismo y democracia, como alguna fuerzas políticas pretenden hoy en día, abandonando la memoria democrática y acudiendo a fuentes no fidedignas. El mensaje que debemos transmitir a las generaciones venideras, es el del humanismo y la democracia y que en caso de conflicto no todo vale. Y de lo que se pierde cuando desaparece el respeto por los valores humanos.

Foto: Nido de ametralladoras. Museo Memorial Cinturón de Hierro.

7.- ¿Generosidad?

También debemos fomentar el espíritu de la generosidad, propio de una sociedad democrática y no revanchista con las personas descendientes de los vencedores, de los que provocaron la contienda o fueron partidarios del golpe militar. Esto sé que es difícil en algunos casos, pero no imposible. Perdonar sí, pero nunca olvidar.

En el momento actual se reproducen algunos postulados ideológicos, con un éxito moderado, que nos recuerdan al fascismo y su verdadero rostro. Nuestra sociedad no debe permitir que eso se propague y se desarrolle. Por esto también la importancia de mantener una memoria histórica democrática.

8.- ¿Cómo se te ocurrió la idea de la creación del museo del Cinturón de Hierro?

El Museo Memorial del Cinturón de Hierro pretende ser un espacio para la memoria. Un lugar donde se pueda conocer el esfuerzo de los vascos y las vascas para la defensa de su territorio, Euskadi. Un centro donde interpretar nuestra historia reciente, esa historia que en nuestros montes vecinos se puede ver, observar y tocar como es la obra militar que todavía se puede contemplar en el “Cinturón de hierro de Bilbao”. Para crear este museo ha sido imprescindible el apoyo institucional y se ha conseguido recuperar mucho material de manos de personas que se han prestado a colaborar.

El museo se inauguró en el año 2012. El “Cinturón de hierro” se extiende lógicamente por muchos municipios de la geografía vasca, algunos de los cuales ya disponen de algún memorial que recuerde esta gesta humana, de algún monolito. La recuperación de es la suma de muchos esfuerzos, como les recordamos a todos nuestros visitantes. No somos los únicos protagonistas pues en muchos municipios ya hay iniciativas sobre el “Cinturón” con las que colaboramos gustosamente.

Hoy el museo es una realidad en Berango y queremos ir creciendo en un espacio más amplio y con mayores aportaciones día a día. Creemos que un paso positivo será disponer de una nueva ubicación en el Palacio de Icaza en esta localidad. El Museo Memorial del Cinturón de Hierro es de carácter municipal, lo que ha supuesto patrimonializarlo desde una institución pública que muestra todo su apoyo a su difusión.

9.- ¿Cuéntanos algo más de cómo se forjó un relato de esta historia que hoy nos ocupa?

Desde muy pequeño me ha interesado la historia, soy nacido en Bilbao, mi infancia transcurrió en el municipio fabril de Barakaldo, en mi adolescencia viví en Getxo, donde trabajo como responsable del mantenimiento de las instalaciones de “Getxo Kirolak”.  Actualmente vivo en Berango.

Siempre desde muy niño la historia tuvo para mí un especial atractivo, particularmente las historias bélicas, por lo que me fascinaban las películas de guerras, documentales de televisión y demás. Yo era consciente de que aparte de lo que se veía en los medios, como por ejemplo el desembarco de Normandía, la primera bomba sobre Hirosima, el ascenso del nazismo en Alemania, también sabía que en mi tierra habían ocurrido cosas importantes y que casi nadie las contaba.

Sospechaba que sería para ocultar miserias y callar bocas de muchos culpables. Recortaba los artículos y los coleccionaba. Exprimía a mis familiares sobre que les había pasado en la guerra civil española. No paraba de hacer preguntas, a mis abuelos, a mis tíos, a personas de edad que iba conociendo en diversos sitios. Todos habían perdido muchas cosas y a veces la respuesta era el silencio, para no recordar.

Creo que ni siquiera las familias franquistas fueron felices con la contienda. La guerra marcó a todos/as. He sido un lector de vocación y leer libros sobre la guerra, principalmente en Euskadi, me gustaba, aunque muchos de ellos fueron parte interesada en la ocultación de muchos hechos o cuando menos tergiversaban la auténtica realidad. Todo ello con 12/13 años de edad.

Ya con 16/20 años llegué a conocer a personas de relieve en la guerra civil. Hoy tengo 54 años de edad. He sido asiduo de las bibliotecas y ya entonces se podían hacer fotocopias con la tecnología del momento. Durante este trayecto de unos 40 años podría decir que he leído de todo sobre la contienda y también sobre el “Cinturón de hierro de Bilbao” que me sedujo al instante. Mi familia tuvo una militancia nacionalista, lo que no me causó una inquietud por conocer otras sensibilidades distintas, incluso las consideradas como rivales.

10.- ¿Estáis haciendo una gran labor de divulgación con los colegios?

Si, hay muchos chicos/as que nunca han oído hablar del “Cinturón de hierro”, atienden con mucho interés y se encuentran muy sorprendidos, también se les hace conocer parte del mismo, los nidos de ametralladoras, las trincheras, los refugios y los hechos bélicos de la defensa de Bilbao.

El Cinturón de Bilbao se construyó con vistas a que si la ciudad era sitiada, como muchas otras a nivel mundial, consiguiera resistir, pero la traición del ingeniero Alejandro Goikoechea, responsable de la obra, facilitó que las tropas franquistas, las brigadas de Navarra, dispusieran de planos e información precisos para facilitar la rotura de este elemento defensivo y la caída de Bilbao. No obstante, tras la ruptura del Cinturón, la fuerte defensa vasca en las trincheras de Artxanda dio tiempo a evacuar la ciudad y enviar a su población hacia Cantabria. Bilbao nunca fue una plaza que se rindiera a las tropas sublevadas.

Foto: Zona fortificada.

11.- ¿Te has sentido apoyado en la creación del museo memorial?

Sí, desde luego, el recorrido ha tenido varias etapas y creo que hemos funcionado con austeridad pero con medios. El ayuntamiento de Berango, promotor del centro, ha prestado todo el apoyo que buscaba. Ha habido momentos sacrificados, hemos trabajado duro en ello, pero siempre se me bridó el apoyo requerido por parte de la alcaldesa.

Con el tiempo se han ido sumando personas que nos han brindado su apoyo: personas que necesitaban establecer contacto con su pasado, o que contaban con algún fallecido en la guerra civil, o que tenían familiares muy ancianos de los que obtuvieron información de primera mano. Debo mencionar al Instituto de la Memoria GOGORA -posterior a la fundación del Museo del Cinturón- con su labor magnífica por la recuperación de la memoria histórica y democrática.

La documentación de la época no está digitalizada en su totalidad, no es fácil encontrar muchas cosas y muchos nombres. A veces también las familias desean cerrar un capítulo, pidiendo se saquen a sus seres queridos de las fosas o de las cunetas y en esto, aunque tarde, se están consiguiendo avances, tanto aquí como en el resto del País, como la reciente noticia de Pico Reja en Sevilla con 1800 restos de personas que supone la mayor fosa común de toda la Europa Occidental. Hay mucha gente que todavía necesita disponer de respuestas a algunas cuestiones. Este país no se normalizará si esto no sucede definitivamente.

Decir que la declaración del Gobierno Vasco del Cinturón de Hierro como elemento protegido y conjunto monumental es posterior a la creación de nuestro museo en Berango. De hecho el consejero de cultura eligió nuestro museo municipal para dar la noticia oficial de dicha disposición histórica, de que el Cinturón se encontraba catalogado como patrimonio, de que haría llegar a cada municipio su patrimonio específico para su recuperación.

El consejero vasco dio una rueda de prensa en Berango (Bizkaia) afirmando que el Cinturón de Hierro es un bien protegido por el Gobierno Vasco y tiene carácter de Conjunto Monumental. Era el año 2017.

Foto: Aitor Miñambres en una recreación histórica.

12.-  ¿De forma un tanto tardía sin ánimo de crítica?

Si, quizás. Pero ya bullía el interés por hacerlo, quizás a la vista de este museo y también a un deseo popular. El gobierno fue receptivo y determino apoyarlo oficialmente.

13.- ¿Podrá este País pasar de página definitivamente?

Iniciativas como el Museo Memorial del Cinturón de hierro de Bilbao, son elementos importantes para conseguirlo. Hay una prueba de todo ello. La derecha fascista de este país es muy crítica con la memoria histórica. Tras el discurso de “Es mejor ya no hablar de estas cosas”, pretenden evadir su responsabilidad directa una vez más.

La gente necesita tener todavía respuestas a determinadas cosas, necesita encontrar una paz que le ayude también a perdonar pero no a olvidar. Otras personas, por un sentido de intimidad han seguido rumiando sus penas y sacrificios. También quizás porque la reconstrucción de su historia ha sido inexacta. Cada familia y cada persona es un mundo. A veces se dice que el dolor compartido es menos dolor, en otras ocasiones llevarlo en soledad puede ser mejor solución, aunque compartir los resultados suele aliviar en el mejor de los casos.

14.- ¿Cómo describirías la situación si nos vamos a 1937?

En la primavera de 1937, Bilbao era el corazón de un territorio en guerra, allí llegaban muchas de las personas heridas en combate y familias huyendo de las tropas sublevadas que avanzaban hacia el Cinturón de Hierro. Roto el cinturón, Artxanda fue un escenario clave en la defensa de la ciudad vasca y se permitió con ello que muchas personas pudieran huir de Bilbao, los días previos a su caída, el 19 de Junio de 1.937. Esa misma madrugada fueron volados los puentes sobre el Nervión, antes de la entrada por Atxuri de las tropas franquistas. El gobierno Vasco, situado en el Hotel Carlton en el centro de la ciudad, se trasladó al Enkarterri. El Lehendakari partió de allí hacia un exilio lleno de incertidumbres.

15.- ¿El Cinturón de hierro tuvo sus grandes etapas?

Primero se decide su construcción, que comienza con la mismísima creación del Gobierno Vasco en octubre de 1936. La jurisdicción de este gobierno solamente llegaba a Bizkaia, una estrecha franja de Gipuzkoa y el norte de Alava. El resto de Euskadi había caído ya en manos franquistas. El lehendakari, tras jurar su cargo el 7 de octubre de 1936 en Gernika, crea una consejería de defensa que él mismo ocupa, además de la presidencia. Crea un verdadero Ejército de Euskadi con las milicias existentes y también decide la construcción de un cinturón fortificado alrededor de Bilbao, conservando dentro del mismo todos los recursos necesarios para poder resistir un sitio prolongado. El lehendakari encarga la obra al comandante Montaud, militar leal a la República.

Después se nombró para su dirección a los capitanes de ingenieros Pablo Murga (posteriormente fusilado por espía) y Alejandro Goicoechea (inventor a la sazón del tren TALGO). Se contó para su construcción con aproximadamente unas 15.000 personas en su momento más álgido. Los sectores de dicho cinturón fueron:

1º sector.- Zierbana-Sodupe,

2º Sector.- Sodupe-Ugao

3º Sector.- Ugao-Usansolo

4º Sector.- Usansolo-Larrabetzu

5º Sector.- Larrabetzu-Berango

El cinturón tenía algunas debilidades en ciertas zonas, pues fue una construcción ideada para realizarse en un corto periodo de tiempo, e incluso muchos tramos no llegaron a terminarse. Alejandro Goicoechea, sabedor de sus puntos débiles y en propiedad de toda la información, decidió cruzar las líneas del frente, pasarse al enemigo y traicionar al Gobierno Vasco.

El Cinturón era una línea defensiva en forma de herradura de unos 80 Km de longitud. Incluía enclaves estratégicos, como el puerto del Abra, los aeródromos de Lamiako y Sondika, el pantano de Zollo, la central eléctrica de Burceña, las industrias de guerra y los almacenes de víveres. Las obras se desarrollaron empleando a hombres y mujeres, civiles la mayor parte: peones, acarreadores, guardas, etc. Estaba formado por trincheras, alambradas, asentamientos de ametralladoras o mortero, fortines y abrigos o refugios.

Foto: Museo Cinturón de Hierro en Berango (Bizkaia).

Se trataba de dar un último refugio al Ejército vasco para aguantar el asedio a la ciudad de Bilbao. El Cinturón fue roto por una estrecha franja de unos dos kilómetros que carecía de defensas. Este lugar era su punto más débil y el propio ingeniero Goicoechea lo había creado a propósito para permitir a los franquistas su entrada en Bilbao. Esta operación militar de ruptura tuvo lugar el 12 de junio de 1937 entre los sectores 4 y 5, entre los montes Gaztelumendi de Larrabetzu y Urrusti de Gamiz-Fika. Para la operación, los franquistas dispusieron de 12.000 hombres, 180 cañones y 110 aviones de combate.

Cabe decir que pocas semanas antes, el Gobierno Vasco dio también la orden de construir una última línea de fortificaciones en el cordal de los montes Artxanda y Santo Domingo, donde se vivieron los últimos enfrentamientos, entre los días 13 y 18 de junio, buscando retrasar la caída de Bilbao para permitir la evacuación de la villa. Allí, donde estuvo el antiguo casino de Artxanda destruido por la guerra, se encuentra la escultura “Aterpe 1936”, del autor Juanjo Novella, erigida en 2006 en recuerdo de los combatientes defensores de Bilbao.

Las tropas franquistas entraron en Bilbao el 19 de junio de 1937. El nuevo alcalde, José María Areilza, dijo “ha sido para siempre vencida esa pesadilla llamada Euskadi”, pero decidió conservar el Cinturón para fines turísticos propagandísticos. De hecho, en los años inmediatamente posteriores a la toma de Bilbao se establecieron rutas para fines como los citados. Llegó la Segunda Guerra Mundial y el cinturón cayó en el olvido.

16.- ¿Hoy podemos asegurar que el fascismo fue vencido?

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, los demócratas esperaban que el franquismo iba a ser inmediatamente derribado, pero no fue así y sobrevivió al menos hasta 1975. La dictadura fue un largo tránsito en el que muchas personas tuvieron que exiliarse y otras muchas fueron hechas presas y también se produjeron muchos asesinatos. Los llamados niños de la guerra abandonaron el País, para dirigirse a Europa y también Rusia.

Foto: Fortificación en forma de trinchera con nido de ametralladora.

Inicialmente, los Aliados decretaron un embargo económico contra la España de Franco, ya Jefe del Estado. Fue la época de la autarquía económica. Se decidió desmontar instalaciones que contuvieran hierros y metales, y fue el momento para desguazar muchos elementos del mismísimo Cinturón de Bilbao. Se dinamitaron la mayoría de los fortines para aprovechar la ferralla. Era a finales de los años 40. Hoy el fascismo todavía sigue en pie en muchos países, aunque afortunadamente en minoría parlamentarista.

17.- ¿Estamos ya en los inicios del siglo 21, año 2000?

A partir del inicio del siglo XXI, comenzó a haber una serie de personas interesadas en el Cinturón de Hierro, en esencia por lo que supuso como parte importante de la historia de la guerra civil en Euskadi. Con el acceso a los archivos digitalizados, se obtenían documentos y testimonios para un mejor conocimiento de los hechos; la aparición de las redes sociales permitió el intercambio de información; comenzaron a proliferar las recreaciones históricas, los artículos en prensa y otras iniciativas. Al construirse el Corredor de Uribe-costa desaparecieron algunos nidos de ametralladora, produciéndose una contestación ciudadana que destapó la vulnerabilidad de los restos de Cinturón como bien patrimonial. Se encendió la mecha que provocó que las instituciones se fueran haciendo cargo del Cinturón de Hierro. Se pensaba ya en un patrimonio histórico que deba ser visto y explicado a la generación actual y las venideras.

En 2011, Anabel Landa, alcaldesa de Berango (Bizkaia) -localidad en la que yo después sería concejal nacionalista- me propuso la creación de un centro de interpretación del Cinturón de Hierro, que finalmente acabó siendo un museo. Contó conmigo debido a mis artículos y dedicación en esta materia. Así, El 22 de setiembre del 2012 se inauguró el Museo Memorial del Cinturón de Hierro.

18.- ¿Se podría pensar en abandonar el actual emplazamiento e ir a un edificio de mayor rango y solera?

Sí, seguramente cuando se restaure el Palacio de Icaza, propiedad municipal de Berango, se pueda trasladar el museo a ese lugar, en alguna de sus plantas. Sería un emplazamiento magnífico que ofrece mayor amplitud tanto en espacio en sí como en contenidos, publicaciones, etc. Ello ya se está barajando por la entidad municipal. Particularmente estoy muy ilusionado en ello, al igual que otras personas y asociaciones que nos siguen.

Foto: Proclamación del Lehendakari Vasco en Bilbao (Bizkaia).

19.- ¿Protección institucional del Cinturón de Hierro?

El Cinturón de Hierro está protegido como bien cultural desde Octubre del 2017. Es voluntad del Instituto Gogora, el Gobierno vasco, las diputaciones de Alaba y Bizkaia y los 33 ayuntamientos recuperar y poner en valor este espacio como itinerario de la memoria. Fue así declarado en el Museo de Berango (Bizkaia), lo que personalmente me produjo una enorme satisfacción. El Gobierno Vasco intenta recuperar el relato del Cinturón en toda su magnitud y zonas y, para ello, el Museo Memorial ha sido un buen punto de partida. Las visitas guiadas ya no están limitadas a Berango, Sopela y Uribe Kosta. La llamada se hace a todo el territorio afectado por el Cinturón, enriqueciéndolo poderosamente. Así, el Gobierno Vasco recomendó a todos los municipios que los tuvieran, poner en valor los restos del Cinturón, puso a su disposición al Instituto GOGORA para recibir asesoramiento y financiación de los proyectos resultantes, como por ejemplo la creación de itinerarios y recuperación de los restos militares.

Esta línea defensiva que abarca 33 municipios de Alaba

20.- ¿Algo más que desees apuntar Aitor Miñambres?

Si, agradecerte la oportunidad para esta entrevista en Diario16 y señalar que proteger y cuidar los elementos del Cinturón de Hierro de Bilbao es también promover los valores democráticos y recuperar la memoria de las personas que defendieron la libertad hasta los últimos días de la guerra en Euskadi, como bien señaló en el Instituto de la Memoria el Lehendakari Iñigo Urkullu. Y protejámonos de los fascismos que comienzan a perturbar en Europa. Contar la verdad de los hechos ayudará sensiblemente a ello.

Felicitarte, Aitor Miñambres, ante nuestros lectores por algo que tu iniciaste y que gracias a muchas personas e instituciones y, en especial a Berango, se hecho realidad museística que sin dudar será un gran escaparate al mundo entero desde el Palacio de Icaza de esta localidad, si además finalmente se efectúa su traslado a este bello edificio.

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