Son tiempos para cierto optimismo económico según se desprende de los mensajes del Gobierno, de sus presupuestos a punto de aprobarse en el Congreso, y que también avala la patronal y las entidades financieras. Sin embargo, el jarro de agua fría llega con el informe a la infancia en España de la organización Save Children, https://www.savethechildren.es/donde/espana .

Según esta ONG, el 29,6% de los menores de 18 años vive en riesgo de pobreza . Pese a un ligero descenso de 0,9 puntos porcentuales respecto a 2014 son más de 2.460.000 niños y niñas. Se refieren a menores que viven en hogares cuyos ingresos están por debajo del umbral de pobreza: una renta inferior al 60% de la renta mediana, es decir unos 1.402 € al mes para toda la familia (cálculo realizado para una familia compuesta por dos adultos y dos niños).

En los últimos años, el porcentaje de niños y niñas en tal situación no han dejado de aumentar (a excepción de los menores de 6 años) y especialmente vulnerables son los menores con edades comprendidas entre los 12 y 17 años, ya que son edades críticas para su trayectoria educativa o inserción futura en el mercado laboral. El 35,5% de estos jóvenes se encuentra en situación de pobreza.

Especialmente vulnerables son los menores con edades comprendidas entre los 12 y 17 años

La pobreza se muestra especialmente cruel con las familias con menores de edad a cargo y, aún más si cabe, con los niños y niñas que han nacido en el seno de ciertas familias: el 37,5% de monoparentales o el 53,3% en familias en las que los progenitores no son españoles.

En el barómetro de la infancia, a diferencia de la mayoría de los países de la UE, España cuenta con un sistema de protección social a la infancia débil.

Nuestro país tan sólo invierte el 1,3% de su PIB en protección social a la familia e infancia; lejos de la media europea del 2,3% y muy lejos de la inversión de países vecinos: Francia dedica un 2,5% de su PIB a la protección social de la infancia y la familia teniendo una pobreza infantil que es prácticamente la mitad de la española, y Dinamarca un 3,7% con apenas niños viviendo en pobreza por cada tres menores españoles en la misma situación. Además, de los 28 países miembros de la UE, España se encuentra en tercera posición en pobreza infantil, sólo por detrás de Rumanía y Bulgaria.

En 2013 España dedicó el mismo porcentaje de gasto a la infancia que en 2008. Y no parece que las políticas del Gobierno vayan encauzadas a este problema ni a los menores específicamente.

La situación es aún más dura en situaciones de mayor desprotección social como es el caso de la discapacidad o de los hijos de inmigrantes ilegales.

La tasa de riesgo de pobreza o exclusión social infantil es del 34,4% para los niños en España y escala hasta el 60,3% cuando esos niños son hijos de migrantes afincados en el país, según el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia  difundido por Unicef.

Según explica, la media de pobreza infantil en la Unión Europea es del 21,1%, nivel que supera España con un 34,4% de sus niños en riesgo al cierre del año pasado, y que se ve acentuada en el caso de los hijos de migrantes: Uno de cada dos está viviendo en la pobreza, lo que «pone en evidencia las barreras de estos colectivos en el acceso a derechos y servicios».

El informe sobre el Estado Mundial de la Infancia propone «un enfoque integrado que se centre en las intervenciones de salud, nutrición, agua y saneamiento, protección y aprendizaje durante los primeros años de vida de los niños» que, a su juicio «tiene la posibilidad de establecer una base firme para el resto de sus vidas».

No es la única advertencia que eleva para España este análisis mundial, según el cual «en los países industrializados también se han estancado los progresos en materia de educación, en el marco de la crisis, lo que tendrá graves consecuencias en el futuro». «En España, la tasa de abandono escolar en 2015 fue del 20%, muy por encima de la media de los países de la UE, que se sitúa en torno al 11%. Además, la tasa de abandono es más alta en los niños que en las niñas (24% frente a 15,8% en las niñas)», destaca Unicef.

Además, expone que en 2014 y en comparación con 2009 la inversión en educación en España se redujo en 5.000 millones de euros anuales, y la inversión en protección social de los niños y sus familias en 2.700 millones de euros.

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