La semana pasada desde el Gobierno de Estados Unidos se presentaba un informe elaborado por un grupo de científicos que explicaba los beneficios de los rayos de luz solar en la lucha contra el COVID-19.
Durante la rueda de prensa en la que se presentaban los resultados del informe, Donald Trump realizó una serie de comentarios que generaron una enorme alerta entre el mundo sanitario, científico y también de los productores de productos desinfectantes.
Y es que, Donald Trump se preguntaba por qué no se podría aplicar de alguna manera el resultado del estudio a los cuerpos de las personas infectadas. Es decir: por qué no probaban a aplicar «enormes» rayos de sol dentro del cuerpo, o incluso, por qué no inyectar en los pulmones de la gente productos que sirven para desinfectar superficies. Unos comentarios que obtuvieron rápida respuesta por parte de médicos, científicos, e incluso de los directores de compañías de productos de limpieza. Se intentó alertar a la población de los gravísimos riesgos que tenía el hecho de, por ejemplo consumir productos de limpieza para el cuerpo humano.
A pesar de que las advertencias están por todas partes, desde los servicios de emergencias se han registrado cientos de llamadas: por un lado para preguntar si era cierto lo que Trump había insinuado, pero por otro lado, mucho más grave, para alertar de intoxicaciones de gente que había probado suerte con la ocurrencia del presidente de los Estados Unidos.
En Maryland, Illinois y Nueva York se han registrado más de un centenar de ingresos hospitalarios de personas intoxicadas tras ingerir desinfectante.
Las autoridades sanitarias hacen hincapié en la necesidad de no ingerir este tipo de productos, ni ningún otro que no sea recomendado por personal sanitario para combatir el COVID-19.
