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Drogas inyectables, ¿Realmente creéis que no necesitamos protección?

María Beatriz Muñoz Ruiz
María Beatriz Muñoz Ruiz
Escritora y poetisa española. Directora y responsable de maquetación y diseño de la revista cultural One Stop. Cuenta con 14 novelas publicadas, todas las encuentras en Amazon. Colaboradora de varias revistas internacionales.
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análisis

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Nacemos en un mundo en el que todos te dicen lo que está bien y lo que está mal, pero… ¿realmente sabemos lo que está bien o mal? ¿O quizás nos crean una visión distorsionada para llevarnos por el camino que desean? Puede que nuestra libertad tan solo sea un espejismo y dé como resultado una manipulación tan descarada que ni los que se creen inteligentes vean.

 Antes estaba bien pegar a las mujeres, fumar y tener a la gente de piel negra como esclavos, pero ahora nos parece algo lejano, tenemos una constitución y cientos de leyes que nos protegen, ¿pero realmente nos protegen o solo protegen a unos pocos? Actualmente España está entrando en pánico a consecuencia de una droga que se inyecta a las mujeres en las discotecas para violarlas, esta droga anula la voluntad de la mujer y crea amnesia, pero lo peor de estos casos, es que la droga desaparece de la sangre en un corto periodo de tiempo, y cuando las chicas acuden al hospital, ya no encuentra rastro de esa droga.

Y ahora llegamos a donde nos quieren llevar, que no es otro lugar que a casa, encerraditas, buenecitas y sumisas.

La solución que nos han dado por los medios de comunicación no es otra que simplemente, no salir solas, ir acompañadas siempre, y si es de algún hombre, mejor, ir al servicio incluso en parejas, y si podemos evitar salir muy tarde, sería perfecto.

Muchos políticos no se cansan de decir que estamos seguras, que no saben a que vienen tantas alarmas, y que eso solo les pasa a las que salen de fiesta, o a las que llaman mucho la atención.

Dentro de poco nos veremos con burka y saliendo a la calle acompañadas de un hombre; pero no, no os preocupéis porque si sois niñas buenas, no os pasará nada.

Pero nada de esto es nuevo, en vez de solucionar el problema deteniendo a esa gente y evitando que campen a sus anchas, los que somos privados de libertad siempre somos los mismos; los que no hacemos nada, los inocentes, aquellos que tienen que encerrarse porque los gobiernos no son capaces de crear un mundo seguro para nosotros y nuestros hijos. Los prisioneros, los que estamos encarcelados siempre somos los inocentes, y en este caso de las drogas, las mujeres, ya que por mucho que estemos hartas de escuchar que no hacen falta más leyes para protegernos, seguimos siendo el sector más vulnerable de todo tipo de ataques, tenemos miedo de que nuestras hijas salgan con sus amigas, tenemos miedo de salir a tirar la basura después de las nueve de la noche y tenemos miedo de ir solas de fiesta, incluso tenemos miedo de montarnos en un taxi solas de noche.

Actualmente se dice que la quema de brujas terminó hace siglos, pero sin embargo; se quema y se destroza la reputación de aquellas que hablan abiertamente y expresan su preocupación, aquellas que cuentan la hipocresía de una sociedad que se tapa los ojos ante los malos tratos, ante la inseguridad en las calles, el machismo, la xenofobia, el racismo… Buscan comentarios de esas supuestas brujas y se ríen, las ridiculizan como si no tuvieran ni una pizca de inteligencia, pero luego escuchas comentarios sobre algún colectivo y te das cuenta de que lo que se hace es cubrir la mierda con una sábana y decir que todo está bien, y todo eso, mientras en España inyectan a nuestras hijas esa droga y las violan.

Pero no pasa nada, porque España siempre ha ido bien.

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