Ciudadanos tiene la memoria corta. Han pasado poco más de dos años de la famosa «Foto de Colón«, en la que se juntaron Albert Rivera, Pablo Casado y el líder de la extrema derecha española, Santiago Abascal.
Durante ese tiempo, el partido naranja ha comprobado cómo se encuentra al borde de la extinción y sus votantes están retornando al Partido Popular y, en cierta medida, a la extrema derecha.
Durante los años de crecimiento de Ciudadanos, con Albert Rivera al frente, el partido naranja pretendió convertirse el garante de la dureza contra el independentismo, sobre todo en Cataluña, haciendo una defensa de la unidad de España similar a la que en los años 30 del siglo XX y durante la dictadura franquista hacían desde Falange Española.
Esa cercanía del mensaje a postulados próximos a la extrema derecha es, precisamente, una de las causas por las que quienes aspiran a que se aplique mano dura contra el independentismo catalán se hayan ido a la versión original de la extrema derecha, es decir, a Vox.
Por esta razón, Ciudadanos está intentando recuperar parte de lo perdido con acusaciones que, por un lado, son obvias y, por el otro, son absurdas. Así se ha demostrado en la entrevista que el líder de Cs en Cataluña, Carlos Carrizosa, ha concedido en La Vanguardia, en la que no ha dudado en acusar al partido ultra de haberle «echo un favor al independentismo, porque dibuja un sentido de la españolidad que es el que le gusta al independentismo, el que encarna la derecha populista».
Albert Rivera fue el José Antonio Primo de Rivera 2.0
Durante los años dorados de Ciudadanos, el nacionalismo patriótico de Albert Rivera se iba pareciendo más al pensamiento de José Antonio Primo de Rivera. No había más que comparar sus palabras y se verán las similitudes.
El diario El Mundo desveló en 2018, en una de sus columnas de opinión diarias, que se había mantenido una conversación sobre la presentación de la plataforma España Ciudadana, una mala imitación de la creada por el presidente Emmanuel Macron en Francia.
En ese artículo, Rivera, tras ser interrogado sobre la plataforma, respondió que «el domingo pusimos en marcha un proyecto civil que volverá a unir a los españoles en torno a nuestros valores constitucionales por encima de siglas, bandos o territorios. En la España que viene debemos superar los complejos y los fantasmas del pasado para sentirnos orgullosos de nuestra diversidad y de todo los que nos une. Sólo así podremos estar a la altura de las mejores naciones del mundo».
Comparen esas palabras con la siguientes de José Antonio Primo de Rivera:
- «Creemos en la suprema realidad de España. Fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la apremiante tarea colectiva de todos los españoles».
- «Toda conspiración contra la unidad de España es repulsiva. Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos».
- «Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa. España alega su condición de eje espiritual del mundo hispánico como título de preeminencia en las empresas universales».
- «A nadie le será lícito usar su libertad contra la unidad, la fortaleza y la libertad de la Patria. Una disciplina rigurosa impedirá todo intento dirigido a envenenar, a desunir a los españoles o a moverlos contra el destino de la Patria».
¿Qué separaban estas frases de José Antonio Primo de Rivera del nacionalismo enfervorecido y fanático de Albert Rivera? Nada. No hay que olvidar que el exlíder de Ciudadanos dijo una vez que «todo lo que sea dejar fuera a los nacionalistas de los pactos de Estado me parece bien».
