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Descubierto un fraude de más de 87.000 millones en las prestaciones por desempleo

Bots, equipos de estafadores en países extranjeros o foros online han protagonizado quizás el fraude más grande de la historia de los Estados Unidos

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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La pandemia del Covid19 y la urgencia de establecer protocolos de ayuda a la ciudadanía ha provocado una verdadera ola de fraudes. Un hombre del Bronx supuestamente recibió 1,5 millones de dólares en solo diez meses. Un intermediario inmobiliario de California recaudó más de medio millón en apenas seis meses. Por otro lado, un funcionario del gobierno nigeriano está acusado de embolsarse más de 350.000 dólares en menos de seis semanas. 

Todos ellos tenían en común, según ha indicado la Fiscalía de los Estados Unidos, la participación en lo que podría llegar a ser la ola de fraude más grande en la historia del país norteamericano: presentar solicitudes falsas para cobrar las prestaciones de desempleo durante la pandemia del Covid19. El intermediario inmobiliario ya se ha declarado culpable, mientras que el hombre del Bronx y el funcionario nigeriano se han declarado inocentes.

Cobraron en más de un Estado

Los presuntos estafadores recibieron grandes cantidades, a veces obteniendo pagos de varios Estados, a pesar de que una persona desempleada no puede recibir asistencia en más de un Estado. Según informó el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, una sola persona utilizó un único número de la Seguridad Social para presentar solicitudes de desempleo en 40 Estados. Veintinueve de ellos le pagaron 222.532 dólares.

Sin embargo, el problema es mucho más grave que plaga de estafadores individuales. Gran parte del fraude fue organizado, tanto en los Estados Unidos como en el extranjero. 

Los supuestos estafadores utilizaron bots para presentar solicitudes online de forma masiva. Otros, ubicados en China y África Occidental, organizaron equipos de bajos salarios para presentar solicitudes falsas.

Además, el fraude ha sido posible gracias a una floreciente infraestructura online. Gran parte de ella está orientada a explotar los sistemas estatales de desempleo envejecidos u obsoletos cuyas debilidades han provocado advertencias durante décadas. 

Para ello nacieron foros y comunidades en aplicaciones de mensajería donde los presuntos estafadores intercambian consejos sobre cómo sacar provecho. Además, anuncian sus técnicas o «recetas secretas» para presentar solicitudes falsas, junto con instrucciones específicas para cada Estado o cómo sortear los controles de seguridad.

Identidades robadas a la venta

Algunos de estos foros tienen miles de participantes y ofrecen regularmente identidades robadas a la venta, junto con consejos técnicos, capturas de pantalla que aparentemente demuestran que los métodos funcionan y consejos sobre qué Estados son los más fáciles.

Por ejemplo, en Maryland, su Departamento del Trabajo afirmó que habían detectado más de medio millón de solicitudes de prestaciones de desempleo potencialmente fraudulentas entre principios de mayo y mediados de junio. Las inspecciones provocaron que los participantes de esos foros dirigieran sus esfuerzos a Pensilvania, donde se ha detectado un incremento exponencial de las solicitudes fraudulentas.

Un fraude incalculable

A día de hoy nadie ha realizado una cuantificación definitiva del volumen del fraude relacionado con las prestaciones especiales de desempleo de la era de la pandemia. Sin embargo, según una investigación realizada por la organización periodística independiente ProPública, se puede comprobar que el volumen de solicitudes iniciales de desempleo ha superado con creces la cantidad estimada de empleos perdidos

En todo Estados Unidos, de marzo a diciembre de 2020, el número de reclamaciones iniciales equivalía al 68% de la población activa del país, que era de alrededor de 164 millones de personas antes de la pandemia. 

En Arizona, Georgia, Hawaii, Nevada y Rhode Island las reclamaciones iniciales superaron en número a toda la población activa civil. Por el contrario, alrededor del 23% de los trabajadores estadounidenses estaban desempleados o subempleados en el pico más alto de la pandemia.

Las estimaciones de fraude hechas públicas por los Estados son, cuanto menos, asombrosas. En Vermont, el Estado de Joe Biden, se determinó que, durante meses, hasta el 90% de las reclamaciones fueron fraudulentas. Las autoridades laborales de Rhode Island afirmaron en marzo tenían un 43% de las solicitudes recibidas bajo sospecha de fraude.  Por su parte, California ha confirmado fraude en aproximadamente un 10% de sus pagos y está investigando otro 17%. En Texas, la cifra de solicitudes fraudulentas alcanzó el 14%.

Estimación de más de 87.000 millones

Un documento del inspector general del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, al que Diario16 ha tenido acceso, ha estimado que al menos 87.000 millones de dólares en pagos fraudulentos e indebidos habrán llegado al sistema para cuando en septiembre expiren los programas de ayuda para el desempleo vinculados a la pandemia. 

Esa estimación se basa en una suposición de que el fraude y el despilfarro consumen alrededor del 10% de las prestaciones de desempleo. El inspector general reconoce que es probable que la cifra sea demasiado conservadora en un entorno en el que el fraude se ha disparado a niveles sin precedentes. Sin embargo, el fraude de las prestaciones de desempleo podría superar los 200.000 millones.  

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