sábado, 27abril, 2024
15.4 C
Seville

Cortijolandia

Jesús Ausín
Jesús Ausín
Pasé tarde por la universidad. De niño, soñaba con ser escritor o periodista. Ahora, tal y como está la profesión periodística prefiero ser un cuentista y un alma libre. En mi juventud jugué a ser comunista en un partido encorsetado que me hizo huir demasiado pronto. Militante comprometido durante veinticinco años en CC.OO, acabé aborreciendo el servilismo, la incoherencia y los caprichos de los fondos de formación. Siempre he sido un militante de lo social, sin formación. Tengo el defecto de no casarme con nadie y de decir las cosas tal y como las siento. Y como nunca he tenido la tentación de creerme infalible, nunca doy información. Sólo opinión. Si me equivoco rectifico. Soy un autodidacta de la vida y un eterno aprendiz de casi todo.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Cuando nació Samuel Ricardo, su abuelo el viejo Ricardo Sánchez-González Martínez-García llevaba casi cinco lustros como presidente de la Diputación. Su padre, Samuel Andrés Sánchez-González Ortega-López, amenazaba con presentarse por cuarta vez a la alcaldía de su pueblo.

Gracias a esa diarquía, en el pueblo en el que lleva viviendo Samuel Ricardo desde cuatro días después de venir al mundo, a pesar de tener poco más de quinientos habitantes, hay una piscina de dimensiones olímpicas, un polideportivo con capacidad para cuatro mil personas, una biblioteca con más de dos mil volúmenes, un centro juvenil con sala de cine para unos ochenta espectadores, en la que además tienen dos billares americanos, uno francés, tres mesas de Ping Pong, cuatro futbolines y una pista de arena para jugar a bolos finlandeses o Mölkky. Además hay un edificio modernista que alberga la guardería, una sala de exposiciones, el consultorio médico y una sala de reuniones con capacidad para unas veinte personas.

Samuel Ricardo asiste a clase, en la capital, a uno de los colegios religiosos con concierto educativo con la administración en el que, a pesar de ser sostenido con fondos públicos, no se ven personas de color oscuro, ni de etnia gitana, ni árabes, ni de rasgos andinos. Hay un chaval de origen ruso que podría pasar por sueco y otro de origen chino. Todos los demás son españoles de buena familia. La misma congregación posee otro edificio con el mismo nombre de centro educativo, a unos ciento cincuenta metros del otro en el que acogen a todos esos niños cuyas familias no tienen la capacidad económica suficiente para acudir al centro dónde acude el nieto del Presidente de la Diputación. La segregación la hacen los propios religiosos en función de si los padres están dispuestos a entregar mensualmente y “voluntariamente” una donación a la orden de 500 euros.

Pero Samuel Ricardo vive en el pueblo en el que su padre es el alcalde. Y cuando la ruta, exclusiva para el, le deja en casa, la única forma de divertirse es salir a jugar con los otros niños que como él, residen permanentemente en la Villa. A pesar de ser bastante pedante, sus compañeros de juego le tratan como a uno más. Juega al fútbol, al baloncesto, a los bolos, al villar o a lo que proceda como los otros y jamás han tenido ningún problema fuera de los habituales de cualquier chaval de su edad.

Últimamente, quizá por estar cercano a la “edad del pavo”, Samu, como le llaman la chavalada, se ha vuelto un poco hosco y suele tener “salidas de tono” cada vez más habituales. Los chavales, de momento, no le han dado mayor importancia pero de seguir así, llegará el día en el tenga problemas con alguno de ellos.

Es sábado por la tarde, el centro recreativo juvenil está a tope. Hay puente y en las capitales, todo el mundo aprovecha para acercarse a su segunda residencia. En Sorroval, la población se triplica en verano y en algunas fechas señaladas como este puente de mayo. Samu ha salido tarde de casa. Sus tíos y sus primos están de visita y la lluvia que débil, pero incesante, cae desde media mañana, no invitaban a salir a la calle. A media tarde, ha salido el sol. Pero la tierra está tan mojada que no se puede jugar fuera. Samu y sus primos han apostado por el billar americano, pero los dos del Centro Juvenil, están ya ocupados. Quizá por no querer quedar mal ante sus primos o quizá por ese estado de constante altanería que últimamente tiene, se dirige a los dos chavales que ocupan el billar. En lugar de sugerirles que jueguen todos juntos, Samu les conmina a que se busquen otro divertimento y le dejen a él y a sus primos el billar. Los chavales no están por la labor. Quizá simplemente por llevarle la contraria o quizá porque tienen todo el derecho a estar allí ya que han llegado primero.

Samuel Ricardo, se enfada y les dice seriamente que dejen ya el billar. Porque el billar y todo lo demás que hay en el edificio, el propio edificio y todos los edificios municipales son suyos que para eso los han levantado entre su abuelo y su padre.

Y Samuel Ricardo lo dice con tono severo y creyéndose lo que dice.

 


Cortijolandia

Soria, como Teruel, también existe. Y este artículo de SoriaNoticias.com está lleno de una rabia que hago mía. Porque empezamos a estar hasta el mismísimo cogote de que “periolistos” que jamás debieran haber salido de Forocoches, nos digan lo que podemos o no podemos hacer. No ya por ser de pueblo (siempre digo que el nacimiento de las personas es un accidente del que no se puede estar orgulloso, pero mucho menos ser una condición denigrante), sino porque algunos se han creído que España es de su propiedad y que son los únicos que pueden dictaminar lo que es o no bueno para el estado.

La derecha tiene la asquerosa manía de pensar que únicamente existe su España, la del expolio perpetuo y masivo de los bienes públicos, la de aquellos que se sienten tan a gusto en este puñetero país que al menor contratiempo se dedican a llevarse los fondos a Suiza o las Bahamas. La de los que sienten tanto amor por España que han inventado el fraude fiscal llamándole “ingeniería fiscal” para ocultar sus bienes en sociedades “Off Shore” y así dejar de contribuir a la hacienda pública conforme dictamina el artículo 31 de la Constitución. Una Carta Magna que también hacen solo suya y que utilizan en su beneficio apostando por aquellos artículos que sirven para reprimir a quiénes no pensamos como ellos y olvidando que existe todo un título de Deberes y Derechos (artículos del 10 al 52) que se saltan a la torera. El derecho al trabajo, a la vivienda, al medio ambiente, a la salud, a expresar y difundir libremente ideas y opiniones o el de que todos somos iguales (articulo 14) ante la ley, son obviados y su cumplimiento es agua de borrajas, principalmente en lo concerniente a quienes son mujeres.

Tienen tanta jeta que se creen con el derecho infinito a ser perpetuos gobernantes de nuestro futuro, tachando de ocupas y usurpadores a todos aquellos que no pertenecen a esa casta que viene del franquismo (y antes de aquella nobleza vaga, ignorante y caradura que opinaba que el trabajo envilece y es cosa de la plebe).

De ahí viene su odio intrínseco a catalanes y vascos. Un odio que exhiben ante todo aquel que ose acudir al Congreso con el único fin de mejorar las cosas en el territorio por el que se ha presentado. Por eso, esa sarta de estupideces que rezuma un odio casposo hacia “un señor de Teruel” y todos los que le han llevado al Congreso de los Diputados escrita por un forocochero en el Confidencial.

Pero el colmo de la ignominia es que en España, dónde la circunscripción electoral es la provincia y por tanto, los diputados electos debieran representar a los electores de las demarcaciones que les han hecho diputados, los diputados lo son por sus partidos, llegando al caso de presentar personas para representar a una provincia en la que jamás han puesto un pie. Claro que en una derecha impune y vividora de lo público, que es capaz de hacer senador por Segovia a un señor que no sabe situar esa provincia en el mapa y al que lo eligen, como clavo ardiente al que agarrarse para seguir viviendo del momio, porque no ha sido capaz de sacar su escaño en Euskadi, nada nos puede ya extrañar. Quizá al forocochero capaz de excretar en El Confidencial sobre “un señor de Teruel”, le parezca bien tener un senador (un representante del territorio) que no sabe ni dónde está la provincia en la que el forocochero dice haber nacido.

Y aquí entramos de lleno en el problema de esta España en la que la Democracia es una entelequia. Todo irreal. Un farisaico decorado para mantener al pueblo en la inopia. La circunscripción electoral, la provincia. Los Diputados, sin embargo, representan a sus partidos y obedecen a quiénes les han puesto en las listas. Porque para confeccionar las listas hay que ser digno de ello. Y la meritocracia consiste en ser fiel servidor del partido y de los intereses que representa (he aquí un caso claro en este señor de León). Que una persona logre ser Diputado por Teruel en una agrupación de electores, no debiera ser noticia. Porque debiera ser una más de los tres diputados que debieran representar a Teruel. Pero no, el forocochero, lo compara con el PNV, con el señor Rufián. Porque lo que nos quiere inculcar es que ser catalán, vasco, burgalés, segoviano, turolense o canario es malo para España. Porque en España deciden ellos, la gente de bien. Los que durante cuatrocientos años han vivido de los chanchullos para la realeza primero y del régimen franquista después. Los que ahora, ante el cambio del capitalismo a este hijoputismo especulativo, han entendido que lo ideal es hacer privado lo público, pero seguir sosteniéndolo con los fondos obtenidos de los impuestos de los pobres, y seguir viviendo del sablazo, del amiguismo y del favor a cambio de un trozo del pastel.

El establecimiento de la provincia como demarcación electoral, no es casual. Allí tradicionalmente estaban los votos de los chanchulleros. El Cortijo de los señoritos que controlan a sus paisanos. Por eso este desmán de hacer del Congreso, que es la representación poblacional de España, una cámara de elección por territorios, dónde un diputado por Teruel necesita un sufragio de 15.000 personas y en Zaragoza, sin embargo, 57.000 (que son los que le ha costado al único de Unidas Podemos).

La derecha a base de empobrecer personas, de ser centralista y dejar la España, en la que no pueden obtener negocios con lo público, vaciada, está consiguiendo que su arma antidemocrática elegida a conciencia en una situación coyuntural más favorable para ellos, se vuelva en su contra y que las provincias empiecen a pensar que para defender sus intereses deben “pasar” de los partidos políticos y empezar a actuar por su cuenta. Por eso claman contra los nacionalistas. Porque en Euskadi y en Catalunya han perdido toda su influencia y son residuales y ahora, con Teruel Existe, empiezan a ver las barbas de otras provincias pelar.

Para el Congreso de los Diputados la circunscripción debería ser nacional, ya que representa a la población. Y el Senado debería ser una cámara de elección única y exclusiva de los territorios. Para eso se creó. Así los votos valdrían lo mismo en Soria que en Cádiz. Y no es un tema que sugiera para evitar la sobrerepresentación de los nacionalistas, como dicen los fascistas. Porque eso, como tantas otras cosas, en una falsedad. Una simple regla de tres nos indica que PNV o ERC tienen una representación proporcional menor a la de los partidos que se presentan en toda la nación (como C’s).

La derecha fascista (en la España Nacional, no hay derecha que no lo sea) se cree que su legitimidad viene de dios y no de los pueblos. Decía el otro día Antonio Maestre, periodista de la Sexta en una radio de internet que para que el PP pueda hacer un cordón sanitario a los de la COZ deberían darle algo a cambio. Dejarle gobernar en minoría. Eso es lo mismo que decir que el PP es un partido de concepción europea y que están dispuestos a aceptar las reglas de la democracia. Lo que hemos visto durante años es que lo único que pretenden es seguir beneficiándose de lo público allí donde gobiernan y que solo creen en la democracia cuando pueden sacar beneficio de ello. Los fascistas franquistas del chanchullero del caballo que lleva toda una vida viviendo de lo público sin haber cotizado ni un solo día a la SS, tiene los mismos intereses, ideas y procedimientos de actuación que los de la inutilidad personificada en la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid.

La única forma de acabar con el Francismo español es, como en Euskadi, haciéndolos irrelevantes y residuales.

 

Salud, feminismo, república y más escuelas públicas y laicas.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído