Estos días, en la Galería Michel Menendez, de Pamplona (Navarra), desde el 7 de junio hasta el 3 de julio, la artista plástica Conchi Ororbia nos presenta la última muestra de su trabajo pictórico. Una serie formada por acuarelas y óleos, que transitan por todos aquellos espacios de búsqueda en los que la autora ha estado inmersa en estos últimos años.
Con predominio de la figura, incorpora paisajes, bodegones y los elementos que conforman la naturaleza, en una aproximación hacia ese mundo interior que contenemos dentro de nosotros y que reflecta a través de su trazo los tactos, las texturas y colores que lo rodean.
Gracias a la investigación y al proceso creativo que, en este último estado de experimentación artística ha caracterizado a Conchi Ororbia, nos acerca por medio de sus obras al expresionismo abstracto, en un primer momento, donde la concisión en la pincelada, la fuga rítmica de la luz y la contemplación son parte fundamental del diálogo y de la reflexión que establecerá el espectador a través de sus propuestas plásticas.
La ruptura del orden establecido no es una quimera, es la presentación formal del mundo que nos ofrece la autora a través de su cuidada visión de la realidad. Acaso la intuición de algo que somos. Acaso la proximidad de algo que vemos y que, sin embargo, no sabemos atisbar. Pues lo real dista inquebrantable de la realidad y la autora es consciente de esa certeza.
La obra de Conchi Ororbia destaca por el trabajo constante que se haya detrás de cada palimpsesto y por la unidad, como fruto de la coherencia que siempre destilan de sus obras, en técnicas, procedimientos y acabados. Así, sus composiciones establecen la armonía en sus evocaciones plásticas, gracias a la variedad pictórica con la que acierta cuando rinde su pincel y la espátula ante la superficie. El empleo preciso de sus empastes con una técnica depurada y medida, basa la realidad que plasma en el cromatismo y en las sutiles líneas que conforman el lienzo.
Por otra parte, Conchi Ororbia, nos acerca al expresionismo figurativo. Willem de Kooning estableció las bases a mitad del siglo pasado, sin embargo la autora va más allá de la convención y las posibilidades que el lienzo nos puede ofrecer. En cada retrato que expone se erige una mujer -podemos ser cualquiera- donde nos escenifica su dolor, su historia, sus vivencias por medio del empleo de la luz y del color. Cada mujer nos habla en su idioma y nos acerca a la realidad que la rodea. Así, el color sigue siendo una parte decisiva en el proceso creativo, connotando al espacio de la vitalidad necesaria para que una obra tenga la conciencia de existencia. Los materiales que se emplean como los polvos de mármol, las tintas, el collage, el pigmento puro y primigenio, la pluma estilográfica, el spray… son la materia prima del objeto, la masa madre donde purificar el alma de la artista y con ella, los espectadores: la energía que da vida a la voluntad del trazo sobre el cuadro, el espíritu que acota la fuerza y la emoción en una pincelada.
Conchi Ororbia ha realizado exposiciones individuales y colectivas a lo largo de la península, destacando sus presentaciones en Madrid, Barcelona y Bilbao. Y ha participado con sus obras en certámenes internacionales en Europa (Portugal, Italia, Mónaco, Ucrania, Lituania, Eslovenia y Suecia) y en América (Perú, México y Estados Unidos), siendo su obra conocida y premiada internacionalmente.
