viernes, 26abril, 2024
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Churchill

David Almorza Gomar
David Almorza Gomar
Profesor Titular de Universidad de la Universidad de Cádiz, en el Departamento de Estadística e Investigación Operativa, adscrito a la Facultad de Ciencias del Trabajo. Ha sido Vicerrector de Alumnos de la Universidad de Cádiz (desde el año 2003 hasta el 2013) y Vicerrector de Responsabilidad Social y Servicios Universitarios de la Universidad de Cádiz (desde 2013 hasta 2015). Durante estos doce años, ininterrumpidamente, ha tenido entre sus competencias el Área de Deportes de la Universidad de Cádiz. Ha promovido la creación del Aula Universitaria de Fútbol de la Universidad de Cádiz, y en estos momentos ocupa el cargo de Director del Aula de Fútbol. Tiene el título de Entrenador Nacional de Fútbol con Licencia UEFA-PRO. Ha entrenado en las categorías Infantil y Cadete del Cádiz C.F. desde el año 2010 hasta la actualidad. Además, en el Cádiz C.F. ocupa el cargo de Coordinador de Delegados y Auxiliares de Fútbol Base desde el año 2014.
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análisis

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En cierta ocasión Boris Pérez fue invitado a dar la conferencia de clausura en un acto de graduación de una Universidad. Para ilustrar las dos ideas que quería transmitir, utilizó dos historias relacionadas con Winston Churchill. La primera idea era que las madres y los padres lo más importante que dejamos a nuestros hijos es su formación; y la segunda, que ante las adversidades nunca hay que rendirse.

La primera de las historias se sitúa en Escocia a finales del siglo XIX. Habla de un campesino escocés que estaba trabajando y escuchó los gritos de un joven que se ahogaba en una laguna. El campesino salvó al muchacho de morir ahogado, y una vez recuperado el chico volvió a su casa. Al día siguiente el campesino recibió la visita de un carruaje lujoso y dentro iba el padre del joven al que salvó la vida el día anterior. Se trataba de un señor rico que quería recompensarle. Sin embargo el campesino le dijo que no quería nada por lo que había hecho, porque era algo que haría cualquier persona. El señor rico vio que el campesino tenía un hijo y propuso darle la misma formación que él diera a su propio hijo. En aquella época la formación era muy cara y exclusiva, así que el campesino aceptó, porque como padre sabía lo importante que es la formación que damos a nuestros hijos.

Su hijo estudió y acabó medicina. Trabajando como médico descubrió la penicilina. Su nombre era Fleming. El hijo del hombre rico se llamaba Churchill. Esta historia empezó a contarse en 1944 y pronto se probó que no era cierta, pero la verdad es que se trata de una historia muy bonita.

La segunda historia sí es cierta. Habla de Churchill, que fue Premio Nobel en literatura. Una vez le invitaron a dar el discurso de graduación en la Universidad de Oxford. Cuando llegó al atril dijo “Nunca se rindan”, y se quedó callado. Luego repitió “Nunca se rindan”, y con eso dio por finalizado su discurso. Fue un discurso breve pero con un mensaje importante.

Y es cierto que para hacer realidad los sueños no hay que rendirse; y todavía quedan muchos sueños por soñar. Igual que nuestros hijos, nuestros alumnos o nuestros jugadores aprenden cosas, también nos enseñan mucho. Feliz Navidad.

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