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Cereales

David Almorza Gomar
David Almorza Gomar
Profesor Titular de Universidad de la Universidad de Cádiz, en el Departamento de Estadística e Investigación Operativa, adscrito a la Facultad de Ciencias del Trabajo. Ha sido Vicerrector de Alumnos de la Universidad de Cádiz (desde el año 2003 hasta el 2013) y Vicerrector de Responsabilidad Social y Servicios Universitarios de la Universidad de Cádiz (desde 2013 hasta 2015). Durante estos doce años, ininterrumpidamente, ha tenido entre sus competencias el Área de Deportes de la Universidad de Cádiz. Ha promovido la creación del Aula Universitaria de Fútbol de la Universidad de Cádiz, y en estos momentos ocupa el cargo de Director del Aula de Fútbol. Tiene el título de Entrenador Nacional de Fútbol con Licencia UEFA-PRO. Ha entrenado en las categorías Infantil y Cadete del Cádiz C.F. desde el año 2010 hasta la actualidad. Además, en el Cádiz C.F. ocupa el cargo de Coordinador de Delegados y Auxiliares de Fútbol Base desde el año 2014.
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análisis

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Leyendo un día sobre los beneficios que han producido los avances de la genética sobre el maíz, Boris Pérez pensó en cómo la historia de la humanidad se escribe gracias a los cereales, y que durante toda su existencia el ser humano ha mitigado su hambre con ellos. En concreto cinco son los cereales que alimentan a las personas desde la antigüedad: el trigo en Europa, el maíz en América, el arroz en Asia y el sorgo y el mijo en África.

El mundo se ha hecho cada vez más pequeño y lo que fuera un producto localizado en un continente pasó a tener un uso generalizado. Es el caso, puso como ejemplo Boris, de la ensaladilla rusa. Toda su vida siendo una ensaladilla estrictamente soviética hasta que hace no más de veinte años se le incorpora el maíz americano que, aparte de volumen, aporta poco.

Para saber por qué desde hace milenios en todos los continentes la alimentación se basaba en cereales, Boris consultó el tema con su amigo Alfredo Benassi (ingeniero agrónomo y paisajista reconocido), quien piensa que al ser un grano seco que además va protegido por una vaina, le permitió al hombre su almacenamiento en épocas de abundancia para usarlos posteriormente en periodos de necesidad.

Así se explica la existencia de graneros en todas las civilizaciones. En la antigua Grecia el almacenamiento de trigo estaba muy organizado. Cada granero contaba con la asignación de una persona cuya única misión era la de vigilar desde cerca (para, en griego) estos lugares de almacenamiento de trigo (sitós). Su nombre (para-sitós) dio origen a la palabra parásito y parece que es porque a los griegos no les hizo mucha gracia esta nueva profesión y, a partir de un cierto momento, usaban el término de forma despectiva.

Ahora el planeta ha superado los 7.300 millones de habitantes. Las mejoras tecnológicas permitieron a la humanidad aumentar la producción de alimentos. Sin embargo las previsiones son que para finales del siglo se superen los 15.000 millones de habitantes. Confiemos en que el mejoramiento vegetal consiga incrementar la producción y almacenamiento de los cereales. Algo hemos avanzado ya, concluyó Boris, porque para su administración seguro que ya se cuenta con el número de parásitos suficiente.

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