Las apuestas online crecen y ya son cerca de 12 millones de europeos los que juegan regularmente a las apuestas online. Una actividad que para muchos se está convirtiendo en una adición y que ya, como también pasa en España, está arruinando a afectados y sus familias.
Éste es el caso de una familia de Vizcaya, según ha podido saber diaro16.com, que se ha visto sin nada tras confiar la gestión de sus activos a un hijo de una madre viuda. La realidad es que el afectado estuvo más de dos años “enganchado” al jugo online y para cuando quiso dar marcha atrás las deudas habían dejado sin blanca a la familia.
El juego online permite poder acceder desde cualquier lugar a través del móvil, la tablet o el ordenador. Así, este afectado lo mismo apostaba en la comunión de un sobrino, que en la boda de su hermano.
Reglas al azar online
Mientras la Asociación Europea de Juegos y Apuestas (EGBA) hace un llamamiento a los responsables políticos de la UE para que introduzcan un conjunto único de reglas para los juegos de azar online. Alerta de que junto con las normas nacionales divergentes, las herramientas nacionales de aplicación como los geobloqueos y los bloqueos de pagos ponen en peligro la seguridad del jugador al empujarle hacia sitios web de apuestas operados fuera de la jurisdicción y el alcance de la UE. La patronal argumenta que la introducción de un conjunto único de normas aplicables en todos los Estados miembros corregiría esto, ayudaría a regular mejor las actividades de juego online de Europa y proporcionaría estándares más altos de protección al consumidor, según informa La Celosía.
La EGBA repite desde hace tiempo que los iGaming (conjunto de juegos de casino que existe en internet, desde ruletas, poker, blackjack o bingo) deberían ser parte del mercado único digital. La patronal omite deliberadamente los beneficios que una normativa única proporcionaría a sus miembros, que incluyen gigantes como Bet365, Betsson, GVC Holdings, Kindred y Zeal. Estas compañías, a cambio de mejorar la protección de los jugadores, tendrían la oportunidad de comerciar libremente en toda la UE sin encontrar ninguno de los obstáculos regulatorios que actualmente les amenazan
