Ignacio Fernández Toxo deja su liderazgo al frente de CCOO aunque aún podía haber renovado por otros cuatro años. Sin embargo, llegan tiempos de cambio en el sindicalismo español y CCOO ha querido dar un paso al frente con el secretario general de Euskadi que salta a la organización nacional con 45 años. Así, Unai Sordo será proclamado líder del sindicato este sábado.

CCOO inaugura así hoy su 11º Congreso a las 11 de la mañana, en el Hotel Auditorium (Avenida de Aragón 400), bajo el lema «CCOO ¡se mueve!», con la asistencia de 751 delegadas/os y 350 personas invitadas en representación del sindicalismo internacional, ONG, partidos e instituciones.

El sindicato tiene como objetivo disponer de una potente estructura de organizaciones sectoriales y territoriales afín de volcar la acción sindical en la empresa atendiendo a los fuertes cambios que ha conocido en los últimos años el mercado de trabajo.

Para Toxo, “Sordo es el mejor candidato para pilotar el nuevo tiempo sindical”. Según el secretario general saliente, “es las mejor opción para la renovación del sindicato”.

Por su parte, Unai Sordo considera que “CCOO se ha rehecho y está listo para pasar a la ofensiva”. Según sus propias palabras, “tras el bajón de afiliados en los últimos años, el sindicato se ha rehecho y está en disposición, con recursos y con las organizaciones preparadas, como para pasar a la ofensiva”.

El nuevo líder de CCOO apuesta por la unidad sindical, especialmente con UGT. Éste será el gran reto de presente y de futuro de Unai Sordo.

No son tiempos de gloria para el sindicalismo español y CCOO lo sabe. Los años de crisis económica se han llevado por delante parte de la credibilidad de los sindicatos, que desde que en 2009 alcanzaron su techo en cifras de afiliación no han dejado de perder militantes. CCOO y UGT .

Ambos sindicatos acaparan el 73% de los trabajadores afiliados y  han sido los más afectados. A ello hay que añadir la incapacidad de las dos organizaciones mayoritarias para detener la paulatina pérdida de derechos laborales de los últimos años y los casos de corrupción que han afectado a ambas.

Las reformas laborales del PSOE (2010) y, sobre todo, la del PP (2012), respondidas con tres huelgas generales, han dado la puntilla al poder sindical, que ha perdido también el patrimonio de la movilización a favor de otras organizaciones como el 15M o el movimiento antidesahucios.

Conscientes de la situación, ambos sindicatos se aprestan a afrontar cambios para recuperar la influencia perdida. “CCOO se reinventa o se la lleva el viento de la historia”, dijo su secretario general, Ignacio Fernández Toxo, en una frase que resume la encrucijada que vive el sindicalismo en España.

Los dos sindicatos mayoritarios de nuestro país suman dos millones de afiliados (en torno a un millón cada uno de ellos) y por el camino de la crisis se han dejado otros 400.000. Un problema especialmente grave en un país donde la sindicación es tradicionalmente muy baja, el 18,9%, por debajo de la media europea y a enorme distancia de los países nórdicos, donde ocho de cada diez trabajadores pertenecen a algún sindicato. Pese a ello, siguen siendo la organización social más representativa de nuestro país.

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