Los responsables de la gestión de la lucha contra la pandemia de Covid-19 encabezados por el presidente Pere Aragonès acordaron ayer por la tarde en una reunión extraordinaria una serie de medidas que suponen una vuelta atrás en la desescalada de las restricciones sanitarias. Entre lo acordado destaca la limitación de la movilidad, el cierre de todo lo no esencial a las 0:30 horas y la limitación de los contactos a un máximo de 10 personas.
MALOS DATOS
La portavoz del Gobierno catalán, Patrícia Plaja, subrayó que los datos “continúan siendo malos”. Algo que resulta obvio si se tiene en cuenta a las 1.091 personas ingresadas por Covid-19 en los hospitales catalanes. Y, de estas, 209 están en situación crítica en la UCI. El Conseller de Salut, Josep María Argimón, alerta de que “una de cada cuatro personas ingresadas en la UCI tiene menos de 40 años y que la mediana de edad respecto a las olas anteriores a bajado de los 63 a los 50 años”.
TOQUE DE QUEDA
Cataluña no es la única comunidad que está tomando cartas en el asunto. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) avaló, también ayer, el toque de queda en Valencia en 32 localidades y los límites de 10 personas en reuniones. La Comunidad Valenciana es la que ha llegado más lejos, de momento, con las restricciones. La Sala encargada de valorar la medidas consideró que el toque de queda entre la 1:00 y las 6:00 horas supone una medida “equilibrada”, pues se derivan de ella “más beneficios para el interés general que perjuicios sobre otros bienes o valores en conflicto”, al tiempo que esta y otras medidas cumplen el “juicio constitucional de proporcionalidad.
DIFÍCIL EQUILIBRIO
El responsable de interior del Gobierno de Cataluña, Joan Ignasi Elena,ha explicado que las medidas garantizan el equilibrio entre la actividad económica, la salud emocional y atender la situación sanitaria”. Y en una misma línea se expresaba la portavoz del Govern: “Se recomienda a los responsables municipales, restringir el acceso entre las 0:30 y las 6:00 de la mañana a todos aquellos espacios públicos que puedan convertirse en punto de encuentro y de reunión. Estamos hablando de parques, de playas, de todos aquellos espacios que nos vienen a la cabeza y de los que estos días todos hemos visto imágenes que no se tendrían que repetirse”, haciendo una clara referencia a los botellones que se celebran en las playas y puntos clave de la ciudad de Barcelona.
