Pablo Casado sigue seleccionando quien es impune y quién no en este país olvidándose de que la mayor impunidad es la que provoca que el rey Juan Carlos no pueda ser juzgado o investigado en España por culpa de la inviolabilidad.
El líder el PP, mientras criticaba la supuesta impunidad que han vivido los Pujol, no ha dudado en ningún momento en confiar en la inocencia de Juan Carlos de Borbón. A Casado no le valen las pruebas, los documentos publicados en diferentes medios de comunicación, para exigir una investigación a fondo de los negocios del rey emérito. La Monarquía es inocente, se defiende desde la derecha, aunque las pruebas sean demoledoras de cómo Juan Carlos I creó una verdadera red para no pagar ni declarar al fisco. Eso, al parecer, es un comportamiento correcto para Pablo Casado.
Además, ha llegado a acusar al Ejecutivo de utilizar los escándalos del anterior Jefe del Estado para tapar el Caso Dina.
Para el PP, la continuidad de la Monarquía heredera de Franco es la garantía de la unidad de España y ha recriminado a todos aquellos que están pidiendo un referéndum sobre la Jefatura del Estado, una decisión que, por cierto, se hurtó a la ciudadanía durante la Transición con manipulaciones que fueron desveladas por uno de sus protagonistas: el ex presidente Adolfo Suárez.
Casado ha reprochado la impunidad con la que se ha tratado el caso de la familia Pujol pero ha validado la existente con la familia real. Según el líder del PP, «han tenido que transcurrir demasiados años hasta que esto ha acabado en los tribunales, con una cierta impunidad social en la opinión pública, muy circunscrita a los casos que afectaban al nacionalismo». Estas palabras perfectamente se pueden aplicar al rey Juan Carlos porque, en realidad, lo que está defendiendo Pablo Casado es la defensa de un caso de presunta corrupción.
El PP, a pesar de lo que se quiera trasladar en público, se está convirtiendo en el defensor de los casos de corrupción: Gürtel, Púnica, y ahora, el de Juan Carlos I.
