El gobernador Luis Linde, ha ratificado en el Congreso, -durante la Comisión para la investigación de la crisis financiera-, el reconocimiento del Banco de España respecto a “graves errores por los cuales no se abordó de una forma adecuada la crisis financiera, que podría llegar a sumar hasta 60.000 millones de carga para los contribuyentes”. Linde ha subrayado que «no resolvieron los problemas de solvencia y gobernanza, ni tampoco se hicieron previsiones sobre la dureza de la burbuja inmobiliaria, al creer en un despunte económico en 2011”, y ha explicado que “no se pusieron en marcha medidas para frenar un crecimiento insostenible de los créditos, especialmente los inmobiliarios”, destapando aspectos que van más lejos del informe de la crisis financiera del periodo 2008-2014.

Aún así, Linde puso de manifiesto que «el Banco de España no tenía independencia de la evolución de finanzas públicas y de las decisiones de otras autoridades«, señalando al Ministerio de Economía, y destacó que «se intentó recortar a corto plazo el coste de la crisis bancaria, y se podían haber comprometido más recursos públicos, con un una visión más ambiciosa cuando se desató la crisis».

«La supervisión del Banco de España fue a consecuencia de los acontecimientos económicos, pero no hubo manguerazo de capital a las entidades bancarias, como sucedió en otros países”, aclaró Linde, que recordó que “en 2008 había superávit en las cuentas públicas, no era necesario esta inyección en la banca al tener unas provisiones, pero al aumentar posteriormente la deuda pública hasta un 52% , a partir del 2011, se volvió más complicado ayudar a entidades en crisis”.

Sin embargo, el gobernador explicó que el coste de rescatar entidades es mucho menor que dejar de salvar a las citadas entidades, resultando más costoso ejecutar su liquidación, excepto en el caso de la caída de Lehman Brothers y otra entidad de Chipre. También reconoció que el papel del Banco de España en la crisis «ha afectado a su prestigio”, y “es necesario recuperar la credibilidad”.

Una cuestión técnica “para analizar el papel de Bankia”, en opinión de Linde, considera que “no hubiera paliado o aumentado pérdidas en la crisis, aunque no se hubiese creado esta entidad”, y afirmó que “las autonomías tuvieron un papel relevante en la crisis económica, en relación a las cajas de ahorro, y los mecanismo legales que se utilizaron entonces”. El Banco de España tomo decisiones importantes, “pero no suficientes”, según argumentó el gobernador, con la mirada puesta en la burbuja inmobiliaria.

 

El Popular en manos del BCE

“El Banco de España, no es fue el órgano relevante en la supervisión de la crisis desatada con el Banco Popular”, señaló Linde, y aclaró que “esta competencia la asumió el Banco Central Europeo (BCE), desde finales de 2014”, “ni los supervisores españoles tienen peso en el Mecanismo Único de Resolución en la toma de decisiones”.

El gobernador recordó la solvencia del Popular, hasta primeros de junio pasado, “al que se le concedió liquidez de emergencia, en función de las normas europeas”, además de tener pendiente con el BCE una declaración pública de estos datos. Así mismo, concretó la responsabilidad del Banco de España, cuando determinó que el Banco Popular ya requería 3.200 millones de capital en 2012, e indicó que “el problema podía solucionarse entonces por medios privados, sin traspaso de activos tóxicos a la Sareb”, aunque hoy en día, Linde se pregunta si había otro camino para salvar al Popular.

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