viernes, 10mayo, 2024
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Ateneo de Madrid: luchamos y venceremos

Miguel Pastrana
Miguel Pastrana
Secretario de la Junta de Gobierno del Ateneo (2008-2017) Candidato a Presidente en 2021
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análisis

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A fines de este mayo, el sociólogo y politólogo Luis Arroyo Martínez, ganó las elecciones a Junta de Gobierno del Ateneo. Su candidatura, «Grupo 1820», obtuvo el 47,5% de los votos. No mayoría absoluta, por tanto. Tuvo el apoyo de 150 nuevos socios/as afiliados al Ateneo por el propio Grupo, y el de 100 socios/as quienes ya lo eran con anterioridad; es decir, socios «antiguos». Estas cuentas, que el propio Grupo ha reconocido recientemente (Mª José Marín, en un digital), concuerdan con las que hicimos poco después de las votaciones. Por nuestra parte, la candidatura “Convergencia e Independientes”, la cual tuve la honra de encabezar, alcanzó un 29% de los votos, con una media de 160 ateneístas -también «antiguos» y también «nuevos»-, quienes nos apoyaron. Se presentaron, además, otras tres candidaturas las cuales tuvieron menos votos, pero respetables siempre.

Desde mayo, Luis Arroyo -una persona, muy respetablemente, «mediática»; es columnista en “Infolibre”, sale en TV, etc -, ha puesto en marcha un proyecto acelerado de reconversión del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Entre otras cosas (hay muchas…), se ha contratado a un Gerente, se quiere cambiar el histórico Reglamento del Ateneo, y ahora -a finales de este octubre-, el «Grupo 1820» se presenta a las elecciones de todas las Secciones temáticas en las cuales se organiza el Ateneo. Ni una sola han dejado sin tocar. Están en su derecho reglamentario, debo decirlo (el Reglamento, por otra parte, que pretenden cambiar…), mas es otro síntoma de sus ganas de reconversión del Ateneo.

Cuando L. Arroyo, asesor de comunicación pública, llegó al Ateneo (principios de 2020) su objetivo -al menos, el declarado entonces…-, era constituir una agrupación de socios, como muchas hay y el Reglamento contempla, para hacer algunos actos. Esto querían, entonces, Luis Arroyo y su «Grupo 1820». La Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo, formada junto a D. Carlos París en 2010, le apoyamos en eso. Justo es decirlo. Pero nosotros/as, en el año 2020, ya no éramos el Gobierno del Ateneo, aunque sí el principal grupo de alternativa (como lo seguimos siendo) La Agrupación de L. Arroyo para hacer algunos actos, no salió adelante. Yo lo sentí y lo escribí públicamente entonces. De ahí y, supongo, también de un mutuo respeto entre escritores, personas progresistas además (él del PSOE, yo del PCE), queda una buena relación personal, cuanto menos hasta hoy.

Ahora bien: cuando el proyecto inicial (hacer algunos actos; dinamizar…), frustrado, del «Grupo 1820», fue convirtiéndose en un proyecto para todo el Gobierno del Ateneo y el gobierno de todas las Secciones, la Convergencia y yo mismo no hemos podido por menos que situarnos enfrente. Y con nuestra fortaleza habitual. Por ello fui el candidato más votado en mayo, tras del propio Luis. Pero eso no basta, y por eso Convergencia hemos impulsado, junto a otros grupos (“Red Ateneísta”, independientes, etc…), una amplia Alianza en Defensa del Reglamento (del Ateneo de Madrid) y frente a las «ansias» -en mi opinión, desbocadas-, de Luis Arroyo y su «Grupo 1820».

Yo diferencio dos partes en dicho grupo: una, los integrantes «originales»; socios y socias ateneístas «nuevos», como el propio Luis. Otra, socios/as «antiguos» quienes, en su pleno derecho, se le han sumado. En esta parte hay, seguro, «de todo»; convencidos, de circustancias; idealistas, pragmáticos… pero también, seguro, mucho oportunismo. Hay personas quienes se negaban en redondo a que L. Arroyo tuviese una sola agrupación en el Ateneo e hiciera con ella algunos actos. Ahora –birli birloque-, apoyan que tenga, no solamente todo el Gobierno del Ateneo, mas también todas las Secciones temáticas. Han pasado, pues, de un extremo al otro. Resulta un hecho objetivo. Y van a ser y ya están siendo, las personas arribistas/oportunistas, uno de los principales «Talones de Aquiles» de todo el proyecto de L. Arroyo, que por ello y por más cosas, está condenado -como tal proyecto-, al fracaso.

Luis Arroyo escribió que el Ateneo, desde hace unos cuantos años (quince, veinte…) ha ido a la «miseria». Palabra literal. Por eso él y su «Grupo 1820» han acudido a salvarlo. Que ellos, socios/as «nuevos», lo crean, además de siempre legítimo, puede ser hasta comprensible, fíjense cuanto digo. Yo -directivo de la Junta de Gobierno entre 2008 y 2017-, no creo que el Ateneo haya estado nunca en la «miseria». Que ha tenido y tiene  dificultades, sí. Que han sucedido en el Ateneo cosas verdaderamente lamentables, también. Pero el Ateneo de Madrid, en la «miseria», no, nunca, jamás.

Lo asombroso aquí sin embargo, atención a ello, no es que personas «nuevas» piensen eso: lo asombroso, es que hasta trece personas, trece, ex-directivas de la Junta de Gobierno (no diré ya cuántas de Secciones…) en todos estos años, vayan ahora, se hayan uncido, al carro del «Grupo 1820». Yo pregunto: cuando L. Arroyo, socio “nuevo”, escribe –en su derecho-, que el Ateneo ha estado en «la miseria» durante todos estos años, ¿no sienten, -estas personas que han sido directivas durante esos años, precisamente…-; no sienten, pregunto, removerse algo en su interior? Pero ahí están, dócil y mansamente ahora con el «Grupo 1820». La «miseria» -que dice Luis y yo niego categóricamente-, del Ateneo, no fue, a lo visto, cosa de estas personas, directivas. Fue «culpa», como siempre, de los socios y de las socias… ¡Ah! Por eso digo, que oportunistas y arribistas, serán y ya están siendo, punto débil del proyecto de Luis Arroyo. Para el futuro, aventuro; suposición tan solo…, será más fácil entendernos, más fácil, con las personas «originales» del «Grupo 1820», las personas «nuevas» al fin y al cabo, que con la sempiterna legión de oportunistas arribistas. Esas personas, ¡precisamente!, son quienes han dado una cierta «razón» al discurso de L. Arroyo. Esas personas estaban en su derecho a no defender su propio honor. Pero a no defender el honor del Ateneo, eso, no, no, no.

En una cosa, Luis Arroyo tenía razón (ya lo escribimos otros antes, conste…): el Ateneo de Madrid, tenía -y sigue teniendo-, una «enfermedad». Yo la diagnostico: es el oportunismo/arribismo. ¿Y dónde está ahora ese mal? Pues está ahora, justamente, precisamente, con L. Arroyo y su «Grupo 1820».  Así pues, amigo Luis -tú me llamas amigo y yo correspondo…-, cuando escribas, «¿Quiénes llevaron al Ateneo de Madrid a la miseria?» -título literal de un artículo tuyo…-, mira primero, por favor, mira primero, a tu alrededor… Pero yo, a diferencia de ti, no he pensado nunca que el Ateneo de Madrid haya estado «en la miseria», más allá de tragos amargos. A veces, muy amargos. Pero la «miseria» es otra cosa, que empapa y pudre todo. Tú, Luis, vas, en el Ateneo, con personas de izquierda, de centro, y de derecha. Yo, en el Ateneo, voy con personas de izquierda, de centro, y de derecha. No es eso cuanto diferencia a «tu» grupo, «1820», de «mi» grupo, «Convergencia». No es eso… Es el «modelo» de Ateneo de Madrid. ¡El modelo! El tuyo, «nuevo», gerencial, corporativo. El mío, «histórico», social, una asociación. Por eso tú y quienes se te han unido, queréis cambiar el Reglamento del Ateneo, y yo y con quienes voy en alianza, queremos mantenerlo. 

Nos dicen: «perderéis»; es el signo inevitable de los tiempos; las corporaciones, los consorcios… adiós a las asociaciones independientes… libráis una «batalla» condenada al fracaso. Y yo digo: así es, en efecto, así es…  en el 99% de los casos. Pero el Ateneo de Madrid; sí, este Ateneo, forma parte del 1% que cambia la Historia, los parámetros, los pronósticos… Con todas sus contradicciones, sí. Pero también con toda su maravilla imprevisible. Por eso en el Ateneo histórico nació -con todas sus contradicciones-, el 15-M (lo sé bien; D. Carlos París era Presidente y yo Secretario-Coordinador de Actos) Por eso en el Ateneo al cual deseas llevarnos (con Gerente, con cambio del Reglamento que alargue años los mandatos, y menos Juntas Generales, y menos competencias de los socios y de las socias…), eso no hubiera sido posible jamás.

¿Es que no lo entiendes, amigo Luis; es que no lo entendéis, socios y socias nuevos quienes estáis en el «Grupo 1820»? (también en Convergencia y en la alianza En defensa del Reglamento están socios y socias nuevos) ¿Tan difícil de ver y de entender es esto?  Porque os hablo a vosotros, socios y socias “nuevos” que estáis con el «Grupo 1820». No a socios/as «antiguos» quienes se os han unido (a la mayoría de esas personas -bien es cierto que no a todas…-, yo no quiero convencerlas de nada, porque no se mueven por ninguna convicción verdadera, mas solamente por interés. Pronto se verá.);  yo no hablo a esas personas; os hablo a quienes tenéis convicción y pensáis, legítimamente, que actuáis por lo mejor para el Ateneo, para Madrid, para la sociedad. Con todo respeto y empezando por Luis: os equivocáis. Repito: os equivocáis. ¡Es el Ateneo de su vigente e histórico Reglamento el que debéis mantener, en vez de cambiar, si queréis lo mejor!¿No veis que vais hacia un lugar «al uso», trillado, predecible…  como tantos otros? ¿Que pretendéis acabar con cuanto hace especial, casi único, al Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid? ¿Es que no lo veis? ¿Y luego qué? Yo ya os lo he escrito en un artículo; «Cambiar el Ateneo, empobrecer Madrid y España». Yo hablo de pobreza, conste, no de miseria, como hablas tú, Luis.No se trata de «buenos» o «malos» actos que se hagan en el Ateneo. Siempre los ha habido, siempre los habrá.  (Tú mencionas ahora mucho el acto de Falange que hubo en 2019. Pero tú, columnista en medios digitales, no publicaste nada entonces; no protestaste. Yo, quien no soy columnista, si publiqué entonces, sí protesté. Para ti, perdona, «Falange» es ahora una «excusa» a posteriori)

A nadie, más que a unos pocos, en Madrid y en España, favorece que el Ateneo de Madrid -una asociación independiente, plural, participativa y democrática; con todas sus contradicciones, sí, pero con todo eso…-; a nadie beneficia, digo, que este Ateneo el cual todavía lo es; el histórico, el de su vigente Reglamento, se convierta en un «consorcio» al servicio exclusivo o casi exclusivo «de parte». De cualquier Grupo -o grupo «dentro» de grupo…-, ya sea mediático, editorial, económico o político. Y a eso se dirige, si no lo cambias, tu proyecto y el de tu «Grupo 1820», Luis. Yo creo que eso es empobrecer, eso es reducir. Se empobrecería la sociedad, la cultura independiente. Pero también, antes o después, el propio Ateneo. Pues… ¿quién pagaría al final la factura de esa «fiesta» tan «de parte»? ¿Quiénes? Oigan bien esto quienes esperan «un maná» el cual no va a llegar según lo que creen… Oigan ahora todos, por favor: si se cambia el Reglamento del Ateneo, la entidad se va a reducir, y Madrid, a empobrecer. Recuérdense mis palabras…

No se trata de que una parte del PSOE (hay otras partes…), o del Grupo Prisa, o de Caixaforum, o de la SGAE, o de un medio digital… no puedan hacer actos en el Ateneo. ¡Siempre han podido y siempre los han hecho! Pero el Ateneo es más -siempre ha sido mucho más-, que eso. Y conste que estas palabras mías valen para cualquier partido (incluido el mío), cualquier medio, cualquier entidad…  Si el Ateneo de Madrid se convierte en «dominio» de un Grupo, pierde Madrid, pierde España, y pierde -al principio y al final-, el propio Ateneo. La garantía de que ello no ocurra, la única garantía, es el Reglamento histórico del Ateneo de Madrid como asociación. Al pretender cambiarlo en la forma en que Luis Arroyo y su «Grupo 1820» quieren cambiarlo, se está poniendo en gravísimo peligro. Yo sé de lo que hablo. Yo no he sido el directivo de Junta de Gobierno más veces consecutivas elegido en la historia moderna del Ateneo, por casualidad. Sé lo que digo, atención.

El «Grupo 1820» y Luis Arroyo se equivocan -una falacia, perdóneseme, mayor que el gran edificio del Ateneo, tan cerca del Congreso de los Diputados-; se equivocan, digo, cuando dicen y repiten que son «veinte socios» -ahora dicen, «dos docenas»-, quienes «se oponen al cambio»: hay una Gran Alianza -en la que por supuesto, estamos Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo-, en Defensa del Reglamento (social y vigente del Ateneo de Madrid) Una alianza enorme, que incluye incluso a pasados y muy duros adversarios en cuestiones ateneístas. Una alianza en la cual, como en el propio «Grupo 1820», hay personas de izquierda, de centro, y de derecha. Pero todas en el común de defender el vigente e histórico Reglamento del Ateneo. ¿Perderemos al final; el «signo de los tiempos» -como ya referí-, y predicen los oráculos, los analistas, los asesores…? ¿Perderemos? No perderemos, no. Estamos ganando ya, de hecho. ¡Y qué «batalla» resistimos, ateneístas, tan libre y magnífica! No es el poder del dinero, de un banco, de un grupo mediático-empresarial… Es, libre y magníficamente, el Factor Humano. ¡Qué honor y qué timbre de gloria! Lamento que no estés aquí, Luis, con nosotros y con nosotras. Ya lo estarás, ya lo estarás… serás, andado el tiempo, un muy buen Presidente de Sección temática. En defensa del Reglamento y, si gustas, de Convergencia.

No perderemos, amigos y amigas. No perderemos, porque el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, está en ese 1% donde sucede cuanto se cree imposible; lo que cambia la Historia y hace la Historia, la Humanidad. Por eso, nuestra luz -a diferencia de la metáfora que usa el «Grupo 1820»-, no es para el Ateneo (el cual nunca se ha apagado), mas para todo el mundo, la Humanidad. Defendiendo el Reglamento histórico, social, del Ateneo de Madrid, luchamos hoy, también, por todas las buenas y nobles causas que se creen imposibles, utópicas, de todo el mundo. Por ellas también luchamos y por ellas, también, venceremos.

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1 COMENTARIO

  1. Excelente articulo. Es lamentable que «esta gente», a la que se acogió como socios con ilusión, su edad era inferior a la media de los socios del Ateneo, hayan venido como Atila en su caballo; están dispuestos a no dejar que crezca la hierba que hemos cultivado generación tras generación en el Ateneo. Sólo han sido200 años ejemplares.
    La soberbia es el pecado que identifica a los incapaces; es disculpable en la adolescencia, cuando aun no se tiene experiencia de la vida; los soberbios que ya son talluditos confirma sólo su deficiencia al no haber aprendido algo tan elemental.

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