La expectativa por ver a Pere Aragonès enfrentarse al primer Debate de Política General de la legislatura era grande. Debido a varios motivos. El más caliente: la muy reciente detención de Carles Puigdemont, episodio que Aragonès supo sortear de manera ágil acudiendo a Italia para una puesta en escena calculada que pretendía que el presidente de la Generalitat no perdiese todo el protagonismo en favor de Puigdemont.
Convicción y unidad
El otro acontecimiento sobre el que Aragonès debía rendir cuentas era sobre una
Mesa de diálogo de la que no salió ni una fecha para su continuación. Pero el presidente de la Generalitat confía en que la Mesa es una herramienta válida sobre la que hay que depositar esperanzas y en la que el independentismo debe acudir unido. «La negociación debe hacerse con convicción y unidad de acción. La estrategia aglutina toda la sociedad catalana”.
Doble objetivo
Aragonès dejó claro en su discurso que avanzar en las negociaciones con el Estado será difícil, pero que es el único camino. Mientras que también mostró su lado pragmático y reconoció que el avance de Cataluña más allá del independentismo es imprescindible. “Este gobierno trabaja siempre con un doble objetivo: la liberación nacional, la culminación de la independencia de Cataluña y el progreso y la lucha por mejorar la calidad de vida de los catalanes y las catalanas», explicaba el presidente catalán
Sumar independentistas
El líder de ERC sacó pecho cuando presumió de que lidera un ejecutivo que ha logrado sentar al gobierno central a negociar. “Hoy sólo hay una estrategia ganadora para conseguirlo: forzar una negociación con el Estado”, pero continuó reconociendo que un requisito para avanzar en el camino a la soberanía es “sumar más independentistas”. Aragonès lanzó una bofetada a sus socios de coalición en clave partidista cuando aseguró que: “Por primera vez en muchos años, al frente de la Generalitat, no hay las caras de siempre. Y eso se notará. No haremos lo de siempre, venimos a hacer cambios profundos, a cambiar inercias”, aseguró. Hoy continúa el debate y los ataques vendrán presumiblemente por todos lados.
En democracia, los problemas políticos, se resuelven dentro de los cauces habilitados para ello, es decir, dentro de las instituciones democráticas; en los parlamentos regionales y en el parlamento nacional y en el senado.
La «mesas de diálogo» es un instrumento antidemocrático, en cuanto puentea las instituciones legitimadas para debatir y resolver los conflicto y deja sin voz y representación a la mitad de los catalanes; a los catalanes no independentistas que no están presentes en esa «mesa de diálogo».
En el parlamento regional y el parlamento central están los representantes de «todas» las sensibilidades políticas, elegidos por los ciudadanos en las urnas y todos tienen derecho a debatir sobre el problema y aportar sus consideraciones.
La «mesa de dialogo» es un instrumentos antidemocrático que salta por encima de las instituciones democráticas para dejar fuera del «diálogo» a los representantes de la mitad de los ciudadanos.
Veo muy clara la dificultad de conseguir una mesa de negociación fértil entre ERC o Junts con PSOE o PP, si son entre los partidos de las derechas nacionalistas es imposible, aunque el afán constante de d
saltarse las leyes del partido de Casado va a incrementar, no sólo en Cataluña, el número de independentistas. Si es entre ERC y PSOE habrá mesa pero no acuerdo y no habrá presupuestos. Es de cajón.
De todas formas en política hay una máxima que es acuerdo de mínimos a la vez; el interés general o en su defecto el mal menor. Todo el mundo sabe que la única solución a este problema que no es tan identitario en la periferia como se piensan, todo andaluz es tan orgulloso de serlo como un vasco o catalán, digan los que digan los que jamás tuvieron un país o una cultura propia. Es la pertenencia a un estado deficitario en leyes y derechos lo que se debate y españa se hunde de nuevo en el medievo. Los hay que vuelven con gusto y es su derecho, pero no arrastren a los que ya hemos llenado tantas páginas de las historia que toca ver otro mundo más acorde a la fecha y nuestro proyecto de país.