La escritora mexicana, primera mujer en obtener el prestigioso Rómulo Gallegos, vuelve con una novela cargada de intimidad y memoria, un cóctel que en sus hábiles manos narrativas ofrecen un producto tan solvente como embaucador.
Partiendo de detalles cotidianos, la autora de libros de relatos como Mujeres de ojos grandes y Maridos, todos ellos publicados también por Seix Barral, evoca el devenir de las horas, de los días, el paso del tiempo en definitiva, y los estragos o surcos que van dejando en las personas. “Voy y vengo de diciembre a diciembre, del mar a los volcanes, de un viaje a otro, de la memoria al día en que vivo. De nada sino de eso habla este libro que entrego sin cautela a los ojos y la bondad de quienes lo acompañen”, explica la propia autora.
En el fondo de todo, Mastretta ejerce en este libro de taumaturga que celebra con la belleza de su narrativa el misterio de estar vivos día a día, de un nuevo amanecer, de otro ocaso más singular que el anterior. La vida, en definitiva. Juventud, belleza, vejez, ilusiones compartidas y perdidas… El viento de las horas.
