#YoSoyJoseRa, el candidato de la silla plegable

Anoche estuve en el acto de presentación de la candidatura de Joserra. Para quienes no sepan quien cxxx es Joserra, me refiero a José Ramón García Hernández, hasta ahora secretario de Internacional del PP y candidato a la presidencia del partido.

Joserra me hizo recuperar la ilusión y la esperanza en la política. Dijo lo que muchos liberal- conservadores patriotas pensamos pero ningún líder del PP verbaliza. Y lo mejor de todo: se lo cree. Lo sé bien porque me honro con su amistad desde que coincidimos en la universidad.

Habló de recuperar un PP que puedan votar los católicos, esos que llevan años -quizás décadas- votándole con la nariz tapada. Eso significa, “combatir la ideología de género”. ¿Han escuchado a algún candidato hablando tan claro? Pero significa sobre todo -dijo- defender a la familia, célula básica de la sociedad.

En materia de inmigración, apeló a su control. “Habrá inmigración, pero los que nosotros queramos y los que podamos absorber; en España no cabe todo el mundo”.

Se postuló como liberal para “recuperar el PP que baja impuestos”, apoyar a las pymes y autónomos y defiende la autonomía del individuo. “Esos españoles que luchan, tienen talento, se equivocan y siguen luchando”, dijo. Y algo más agresivo: defiende la limitación de mandato. “Yo no vengo a buscar una silla, yo soy un candidato de silla plegable. Vengo a servir y cuando ya no sea útil, me iré”. Y lo mejor, de nuevo, es que se lo cree. No como Aznar…

En materia nacional, es el único candidato y el único con posibilidades presidenciales que aboga por “combatir lo autonómicamente correcto”. Y eso pasa por recuperar las competencias de Educación y de Sanidad para el Estado. “La cantidad de catalanes que habrán muerto por abrir una nueva pseudo-embajada…”, dijo.

También defiende una ley de signos nacionales “para acabar con la actual humillación de los símbolos”. Hasta pretende recuperar la mili -eso sí, voluntaria, de dos meses y para hombres y mujeres- como un instrumento de despertar lazos de comunión entre españoles.

Porque Joserra cree en España. Ama a España. Su lectura de los últimos acontecimientos es que la izquierda se ha aliado para “arrinconar al PP en el rincón de la historia”. Y su objetivo es que el centro-derecha español tenga un partido votable con opción de gobierno. Para eso hay que “renovar”. No basta con seguir haciendo lo mismo. “Si uno no cree en nada, termina creyendo en cualquier cosa”. Cita a Chesterton para censurar al actual PP….

En su opinión, esta batalla sólo tiene una bala: es esta y es ahora. Por eso se lanza. “Tengo la suerte de que Dios me ha tocado el corazón; no tengo miedo a nada”, señala. Esa es la fuente de su valentía: una profunda vida interior.

Si a esto le suma sus dos carreras de Empresariales y Políticas, su oposición a diplomático y su desempeño como representante de España en el mundo, estamos sin duda ante la gran esperanza de España.

Yo no soy militante del PP, pero algunos militantes me paran y me preguntan qué hacer, que si Casado también habla muy bien, que si tiene más posibilidades. Pablo Casado es un buen candidato. Pero Joserra es mejor. Nadie en el PP se ha atrevido a enfrentarse a lo autonómicamente correcto y a la ideología de género al mismo tiempo que propone la limitación de mandatos. Ese es Joserra. Por eso, aunque no soy afiliado, #YoSoyJoseRa.

Y porque Joserra es mucho Joserra, nadie se atreve a recoger el guante del debate que ha propuesto con audacia desde el minuto uno. El debate tiene interés informativo evidente, generaría cuota de pantalla y permitiría a los ‘populares’ y al resto de España conocer mejor a los candidatos. ¿Por qué no se produce? Sólo hay una explicación: porque el aparato tiene miedo. A debatir y a Joserra. Por eso debe de ganar.