¿Tienes ganas de dejar de fumar y no puedes hacerlo? No te preocupes. Voy a darte las claves para que éste sea el último cigarro que te fumes, mientras lees este artículo. Tres pasos, tres claves. Concienciarte, desengancharse y mantenerte.

Para concienciarte. Tienes que saber que el tabaco es la primera causa de muerte evitable en los países desarrollados, y también el responsable de una pérdida media de 10 años de vida (o vivida con discapacidad) en el individuo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Quienes enferman a causa del tabaco padecen de tabaquismo, que es una enfermedad crónica originada por la adicción a la nicotina y al consumo permanente de miles de sustancias tóxicas y cancerígenas. El fumador habitual no solamente tiene todas las papeletas de sufrir un cáncer (pulmón, boca, laringe, faringe, garganta, esófago, riñón, cuello uterino, hígado, vejiga, páncreas, estómago, colon y recto y leucemia mieloide) sino también enfermedades cardiovasculares (infartos, aneurismas) o respiratorias (bronquitis crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, e infecciones respiratorias reiteradas).

En España mueren anualmente por culpa del tabaco unas 60.000 personas, según la sociedad científica Socidrogalcohol.

Para desengancharte. El tratamiento más eficaz es querer de verdad dejar de fumar, queriendo de verdad tendrás fuerza de voluntad, disciplina y compromiso contigo mismo. Mentalízate. No existen medicinas para acabar con la adicción, sino adictos con ganas de desengancharse. Claves:

1.- Ponle fecha a tu último cigarro. Según tu grado de adicción podrás hacerlo de golpe o, bien, reduciendo el número de cigarrillos hasta llegar a la fecha marcada. La segunda opción te evitará realizar un gran sacrificio el día D. 

2.- Modifica tus costumbres. El hombre es un animal de costumbres, tendemos a hacer siempre lo mismo a lo largo del día y esto fortalece nuestros vicios. Pues ya es hora de que reinventes tu vida diaria. Fuera repeticiones. Nada de comer a la misma hora y quedarse en el sillón viendo la tele. Modifica tus actividades, improvisa y recupera tus antiguos hobbies.

3.- Elimina las cajetillas, los mecheros y los ceniceros de tu casa. Cuantas menos cosas te recuerden al tabaco, mejor. Incluso, si puedes, deshazte del merchandising de las empresas tabaqueras (camisetas, bolígrafos, gorras…).

4.- Haz ejercicio. Te ayudará a sentirte mejor y a olvidarte del tabaco. Además el ejercicio físico tiene muchos beneficios biológicos (regula la presión arterial, mantiene la densidad ósea, mejora la resistencia a la insulina, ayuda a equilibrar el peso corporal, incrementa el tono muscular, reduce la sensación de fatiga) y psicológicos (reduce la tensión, el estrés, la angustia, el nerviosismo; incrementa el bienestar general, etc.).

5.- Bebe líquidos. De litro y medio a dos litros de agua o zumos al día. Es lo que el cuerpo necesita para hidratarse bien. Evita el alcohol y la cafeína.

6.- Controla tu dieta. Modera las comidas grasas y picante, los dulces, la bollería industrial o el piscolabis rico en carbohidratos. Prueba con la comida mediterránea, verdura y fruta. Con una dieta equilibrada no tendrías por qué engordar tras dejar el tabaco.

7.- Consulta a un especialista. A veces un simple producto farmacéutico, nos puede ahorrar muchas decepciones.

Para mantenerte. Además de apostar por una vida más saludable, toma ciertas precauciones para mantenerte alejado del tabaco. Recuerda que quien evita la tentación, evita el pecado.

1.- Anuncia públicamente tu nueva vida sin tabaco. Si sales a cenar con los amigos, elige aquellos espacios donde nadie fume. Lleva siempre un plan B por si te viene la tentación tras el almuerzo (caramelos sin azúcar, cigarrillo mentolín, una pequeña pelota de terapia, etc.). Pide a tus amigos que no fumen en tu presencia.

2.- Inventa trucos para combatir la ansiedad. Cada mañana, proponte no coger un cigarro. Considera cada día sin tabaco como una pequeña gran victoria. Date pequeños caprichos con el dinero ahorrado en cajetillas. No te demores al levantarte de la cama. Diseña una nueva ruta de camino al trabajo (eso te distraerá del tabaco). Entretén la boca con chicles o caramelos sin azúcar; las manos, con algún bolígrafo. Más cine y teatro, menos bares. Ten siempre un vaso de zumo o agua delante de ti, o algo de fruta.

 

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