Como una parte de él suele decir: “Yo, es que alucino.” Ahí está. Como la Puerta de Alcalá viendo pasar los programas. Como la nariz de Góngora a un sillón de tertuliano pegado. Inamovible. Intocable. Omnipresente en todos los temas.
Da igual que se hable de un partido político o de uno de bádminton. Sobre corrupción, economía, accidentes aéreos, religión, Caperucita Roja, la pesca del salmón en Yemen o la forma más rápida de resolver el cubo de Rubik… Tanto monta, monta tanto, Francisco como Eduardo.
Sabe de todo, y sabe como el que más. Tampoco es raro que sepa tanto, porque es periodista, historiador, economista, jurista y alguna cosa más que seguro que me olvido. ¡Ah! Y destapador de todas las tramas de corrupción que existen. Creo haber leído en uno de los periódicos que dirige, que está a punto de publicar una exclusiva sobre quién mató en realidad a Manolete.
Además de todo eso, que no es poco, aún le sobra tiempo para ser soez, prepotente, maleducado, chulo, impertinente, machista y algo de cuyo nombre no quiero acordarme. Vamos, una joya.
Supongo que, gracias a eso, se ha convertido en un reclamo para la audiencia, que debe sintonizar la televisión para ver qué barbaridad dirá, con quién se meterá, o a quién insultará porque, a pesar del interés que puedan generar los asuntos que se tratarán esa noche o las personas que serán entrevistadas, su mera presencia lo eclipsa todo.
Si no es por eso, por ser un reclamo, no entiendo su presencia. A su alrededor se sientan profesionales, que serán mejores o peores en su trabajo, pero son respetuosos. No embarran los debates llamando basura o tratando despectivamente a quien tienen enfrente. Debaten, opinan y discuten, pero siempre dentro de unos límites y manteniendo la educación y el respeto, aunque algunas veces se alteren.
Está claro que trabajan para empresas privadas que quieren tener beneficios, y que estos se generan mediante la publicidad, que aumenta el precio a medida que aumenta la audiencia pero ¿no se puede subir la audiencia de otra forma? ¿No sería mejor aumentar la calidad y profesionalidad que los decibelios y las malas palabras? Para eso ya existen otro tipo de programas. Parece que están intentando, y consiguiendo, llevar los debates de asuntos más o menos interesantes y más o menos importantes, eso ya depende de cada cual, al terreno del cotilleo y la mala educación. Que será lo que venda, pero no es lo mejor.
Pero bueno, ahí está él. Ahí le tenemos mientras le sintonicemos. Mientras queramos, ahí estará Marhuinda.
apagon a la secta night.
tos se quejan del marhuinda pero tos los sabados encienden la caja tonta, ponene la secta night y se disponen a escuchar los insultos.
será pa tener luego algo de qué escribir o de qué hablar.
Hacienda controla a pájaros como estos? Lo que les dan en la secsta lo dejan en el Juzgado, por la de querellas y demandas que afirman que (se les) pondrán?