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Magüi Mira: «Como mujer he tenido que pelear más porque no se me daba mi sitio»

Diario16 habla con la actriz y directora de teatro Magüi Mira con motivo del próximo estreno de «La culpa»

Carlos Asensio
Carlos Asensio
Carlos Asensio (Mallorca, 1986) es licenciado en Sociología y Ciencias Políticas, además de experto en feminismo y en diversidad sexual. Ha publicado los poemarios Arder o quemar (Maclein y Parker, 2019) y Dejar de ser (Chiado, 2017), y su poesía también ha aparecido en varias revistas y publicaciones literarias como Maremágnum, OcultaLit o Triadæ Magazine. En 2018 cofundó la editorial Circo de Extravíos, cuyo primer volumen es la antología de poesía ilustrada Amores líquidos (2019). Carlos conduce una sección de entrevistas sobre feminismo en Diario16 y también escribe para medios culturales y literarios como El Asombrario, OcultaLit o Revista Poémame.
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análisis

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Magüi Mira (Valencia, 1944) es actriz y directora de teatro. Licenciada en Interpretación por el Institut del Teatre de Barcelona, a lo largo de su carrera ha protagonizado más de 30 espectáculos teatrales de relevantes dramaturgos como José Sanchis Sinisterra, Darío Fo, Miguel Mihura, David Mamet o Arthur Miller.

Como directora de escena ha dado vida a numerosas producciones teatrales, con gran éxito de crítica y público, entre las que destacan La velocidad del otoño, de Eric Coble, En el estanque dorado, de Ernest Thompson, Festen, de Thomas Vinterberg y Mogens Rukov o Consentimiento, de Nina Raine.

Magüi es miembro de la Academia de las Artes Escénicas. En 2016 fue reconocida con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. A este galardón hay que sumar otros como el Premio María Guerrero a la mejor actriz (2001), el Premio Ceres a la mejor dirección (2014) o el Premio Ercilla a la mejor trayectoria profesional (2017)

 

En breve vas a interpretar la obra La culpa, de David Mamet, en Madrid, ¿cómo llegó el proyecto a tus manos? ¿Y cómo ha sido trabajar de nuevo con un texto de Mamet?

Tengo unos compañeros maravillosos de profesión… En este caso, Juan Carlos Rubio, el director, fue el que me vio para este personaje. El dato curioso es que esta es una obra que solo ha hecho Mamet con su compañía, esta es la segunda producción que se hace en el mundo mundial.

«LA MEJOR MANERA DE EXPRESAR MI RECHAZO HACIA LAS INJUSTICIAS QUE VIVIMOS ES CON MI TRABAJO»

El proyecto me pareció muy interesante y me sumé con todo el amor del mundo porque tenía muchas ganas de trabajar con Juan Carlos, de trabajar para él, siendo él el director. Además, como actriz, desde que hice La anarquista no me había vuelto a subir a un escenario y tenía verdaderas ganas. He descubierto un talento espectacular, puro, en Juan Carlos. No tengo palabras.

 

¿Qué fue lo que te atrajo del texto de La culpa para decidir involucrarte en el proyecto? ¿Cómo es Susan, la mujer a la que das vida en la obra?

En la obra original mi personaje lo hace un hombre, es un abogado. Juan Carlos Rubio, junto a Bernabé Rico –quién ha hecho esta versión–, pensaron que era más interesante que lo hiciera una mujer. Pensaron en mí y a mí me pareció una idea espléndida. Creo que, efectivamente, que una mujer sea la abogada defensora de un homosexual joven, que ha cometido una masacre, teniendo en cuenta la persecución del colectivo homosexual, era muy interesante. Este joven, por otro lado, está en tratamiento, en manos de un psiquiatra. Es difícil vivir en un mundo en el que el colectivo homosexual aún es tan humillado, tan perseguido y, a veces, hasta despedazado. Como dice esta mujer a la que interpreto, a veces hasta el asesinato, hasta la muerte… simplemente por su orientación sexual.

A mí me pareció muy interesante que la defensa de este joven la hiciera en vez de un hombre una mujer, ya que también estamos en un colectivo muy maltratado y muy injustamente tratado. También luchamos por una igualdad, igual que lo hace el colectivo homosexual. Me pareció muy muy interesante.

 

El año pasado dirigiste la obra Consentimiento, de Nina Raine, sobre una violación y sus consecuencias, y en 2017 dirigiste Festen, en el que un abuso familiar también era el desencadenante de la trama, ¿es casual tu involucración en proyectos de denuncia como estos? ¿Hasta qué punto crees que es importante dar voz a este tipo de prácticas machistas, presentes en todos los ámbitos de nuestra sociedad?

«ES DIFÍCIL VIVIR EN UN MUNDO EN EL QUE EL COLECTIVO HOMOSEXUAL AÚN ES TAN HUMILLADO»

La mejor manera de expresar mi rechazo hacia estas barbaridades, absurdeces e injusticias que vivimos es con mi trabajo. A través de mi trabajo yo puedo comprometerme y hablar. En este caso, en esta producción de Juan Carlos Rubio, estoy al 100% de acuerdo con él. Todos estamos en el mismo barco, los cuatro compañeros que estamos en la escena: Pepón, Miguel, Ana y yo.

En otros casos, si yo tengo la oportunidad –como la tuve en el Centro Dramático Nacional con Festen y con Consentimiento–, de escoger un texto que yo pueda defender con mi pensamiento además de con mi trabajo como directora pues eso es lo que hago: opinar trabajando. Mostrar mi compromiso a través del trabajo. En La culpa como actriz y, en otros casos, como directora, como este verano con Las amazonas. Me parece que eso es lo bonito del arte escénico, que te puedes comprometer a través de tu trabajo; eso es lo que a mí me gusta.

Pero tú también te comprometes, porque estás hablando conmigo, estás haciéndome una entrevista a mí. Damos un paso y ya nos estamos comprometiendo… porque escogemos. Escoger es comprometerse. Escoges la película que ves, escoges el cine, escoges el teatro, escoges el texto con el quieres trabajar, con quién… todo es un compromiso. ¿Te das cuenta?

«HAY UN ATREVIMIENTO EN MUCHOS HOMBRES HACIA UNA MUJER DIRECTORA QUE, DE SER HOMBRE, NO SE DARÍA»

 

¿Cómo de importante dirías que es el feminismo en tu vida y en tu carrera como actriz y directora de teatro?

No se puede hablar en general, pero yo, como mujer, he tenido que pelear más porque no se me daba mi sitio. Y te estoy hablando de compañeros, de críticos, de colaboradores… A veces me he tenido que pelear, con hombres mayormente, aunque alguna vez también con mujeres.

También me he tropezado con otros hombres que me han apoyado y me han dado oportunidades. Hay que tener en cuenta que cuando trabajo como actriz dependo de un productor y de un director. Y cuando trabajo como directora dependo de un productor. En este trabajo me he encontrado con hombres del calibre de Jesús Cimarro, que sí luchan por la igualdad de las mujeres. Y lo mismo te digo de Ernesto Caballero. Hombres que me han dado oportunidades y que están en la misma lucha, que tienen toda mi admiración y a los que yo les debo mucho apoyo. Y como yo, más mujeres. Luchan por la paridad y por la igualdad.

«SI, COMO DICE VIRGINIA WOOLF, EMPEZÁRAMOS A HABLAR LAS MUJERES… SERÍA MARAVILLOSO»

 

¿Has sentido en algún momento que ser mujer te haya supuesto algún tipo de desventaja en tu actividad como directora de teatro?

Por supuesto, en muchas ocasiones. Hay un atrevimiento en muchos hombres –y en algunas mujeres–, hacia una mujer directora que, de ser hombre, no se daría. Lo que pasa es que no podemos ponernos a decir ejemplos porque nos podemos pasar la tarde. Creo que esa frase lo resume muy bien: un atrevimiento, una falta de respeto, que si fuera hombre no tendría lugar. No se nos cuestionaría tanto.

 

¿Qué opinas de #MeToo y de todos los movimientos que han destapado la cara más oscura del mundo audiovisual y artístico?

Yo creo que todo lo que sea hablar, quitarnos la «ley mordaza», el susto, la encrucijada silenciosa que venimos recorriendo siglos, esta esclavitud latente, es bueno. Las mujeres hemos sido discriminadas y aún lo somos en muchos sitios. Porque esta vieja Europa es una especie de excepción, pero abre el paisaje y verás lo que pasa con las mujeres en el mundo. Si, como dice Virginia Woolf, empezáramos a hablar las mujeres… sería maravilloso. Poder hablar es lo principal, lo primordial. Una vez podamos hablar, ya hay otros temas con los que yo puedo no estar de acuerdo y que habrá que matizar.

«EL MAYOR DAÑO QUE SE HACE AL FEMINISMO ES QUE SE MALINTERPRETE COMO UNA LUCHA ENTRE HOMBRES Y MUJERES»

Me preguntas por el #MeToo: creo que hay que hablar, que hay que denunciar, pero con nombres. Si denuncias, denuncias. Di quién y cómo, y vete y denuncia. Aunque no te hagan caso. Pero denuncia de verdad, legalmente. Aunque la ley no nos protege tampoco. Tenemos una constitución caduca, hecha por unos padres –y en la que es evidente que faltan unas madres–, que clama al cielo. Una constitución muy machista. Y con una legislación en muchos casos obsoleta, algo que se ve claramente en Consentimiento. Unas leyes que no tratan igual a la mujer que al hombre, en absoluto. Y luego está quién la aplica… ahí ya te quedas de piedra. No podemos avanzar. Esa constitución hay que revisarla, se tiene que legislar de otra manera. Pero, de momento, aprovechemos la ley que tenemos y denunciemos.

«TENEMOS UNA CONSTITUCIÓN MUY MACHISTA»

 

¿Cuál crees que debería ser la prioridad del feminismo en este momento? ¿Qué es lo que más daño hace al movimiento en la actualidad?

Yo creo que el mayor daño que se nos hace a las mujeres es que se malinterprete el feminismo como una lucha entre hombres y mujeres. Hemos venido a buscar una suma. Cuando realmente lleguemos a la igualdad, los hombres seréis también mucho más felices. Hay que romper este malentendido, no hay que levantar espadas, esto lo hemos de conquistar entre todos. Creo que esto es lo que más daño nos está haciendo. La igualdad, empezando por la brecha salarial, hay que conquistarla juntos. Todo el mundo está de acuerdo en que hay que acabar con la brecha salarial, pero ¿alguien ha legislado al respecto? No. Esto tiene que ser una lucha de todos, juntos, seres humanos, sin importar el cóctel hormonal con el que venimos al mundo.

 

CUESTIONARIO BREVE

 

Tu actriz preferida de todos los tiempos.

Mi amiga Vanessa Redgrave. La admiro tanto por su talento como actriz como por su compromiso social.

Una obra de teatro dirigida por una mujer.

«Romeo y Julieta», de Helena Pimienta.

Una dramaturga por la que sientas predilección.

En este momento hay una generación maravillosa de jóvenes dramaturgas abriéndose paso. De todas ellas, yo me quedo con la inglesa Nina Raine, la autora de Consentimiento.

«CUANDO REALMENTE LLEGUEMOS A LA IGUALDAD, LOS HOMBRES SERÉIS TAMBIÉN MUCHO MÁS FELICES»

Un papel que te gustaría interpretar.

La madre de Hamlet.

Una obra que te gustaría dirigir.

Mi próximo proyecto: «La fuerza del cariño», una versión para teatro.

Un referente feminista.

Virginia Woolf.

Una mujer que te haya marcado.

Mi abuela Isabel. Porque ella me enseñó a conectar con la vida, con la realidad. Viví mi infancia cerca de ella, en una masía perdida en Alicante, en la sierra de Aitana. Ella me conectó con el agua, con los tomates, con los lobos, con el sembrar una plantita, con las gallinas… Ella me enseñó a conectar con el mundo real y eso no tiene precio.

«La culpa» se estrena el 8 de enero en el Teatro Bellas Artes de Madrid.
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