El abaratamiento del despido, la ampliación de supuestos de procedencia de la extinción contractual, la no necesidad de que la empresa esté en pérdidas para justificar despidos y la eliminación de la intervención administrativa para los despidos colectivos facilitaron la destrucción de empleo indefinido desde la entrada en vigor de la Reforma Laboral en febrero de 2012.
Además, la norma introdujo el contrato de emprendedores, un tipo de indefinido para PYMES, en el que durante el primer año (periodo de prueba) el empresario podía despedir sin coste alguno y sin obligación de argumento, lo que lo convierte en un tipo de contrato mucho más interesante para el empresario que el temporal.
Según Comisiones Obreras la “reforma laboral ha significado transferir una parte significativa del riesgo que implica crear un nuevo empleo, del empresario al trabajador”, dado que éste es el que asume la mayor parte del coste de la contratación por las mayores facilidades de despido que introdujo la Reforma Laboral del Partido Popular.
durante 2016 de cada tres contratos indefinidos “uno desaparece a lo largo del año y solo dos seguían vivos a final de año”.
Comparando el volumen de contratos indefinidos registrados en los Servicios Públicos de Empleo a lo largo de un año con el nuevo empleo indefinido generado a finales de 2016 se firmaron 1,5 indefinidos para crear un empleo estable. Antes de 2012 eran necesarios 1,18. Según CCOO, esto es atribuible a Reforma Laboral “que ha propiciado un aumento sostenido de la rotación laboral en el empleo indefinido”, es decir, que durante 2016 de cada tres contratos indefinidos “uno desaparece a lo largo del año y solo dos seguían vivos a final de año”.
Desde el año 2012 se incrementó la rotación de los contratos indefinidos en un 12% y no ha parado su ascenso hasta el año 2016 en que ha llegado al punto más alto, exactamente un 21% desde que se aprobó la Reforma Laboral. Lo que se está logrando es que el contrato indefinido se asocie más a con la rotación que con la estabilidad.
