La opinión de un profesor (V)

Innovación y Nuevas Tecnologías

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[INTRO: No hace mucho, un artículo mío titulado La estafa bilingüe se convirtió en viral, recorrió España, algo de América y apareció en multitud de periódicos, radios, televisiones, blogs, foros, etc., echen un ojo por ahí… Sorprendido por la repercusión, he decidido trasladar la fórmula a todos los ámbitos de la práctica educativa. O se afronta este problema: o no hay solución. Con esta finalidad constructiva nace la serie]

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8. ¿INNOVACIÓN?

¿Innovación? Siempre ha habido buenos profesionales adaptados a su entorno. No es un bien en sí misma. Parecería que todo el que no se hubiera instruido con las leyes actuales no hubiera podido aprender… qué tontería, ¿por qué es un bien en sí misma la innovación educativa? No estoy en contra, sea bienvenida, lo que opino con muchos de mis colegas es que no puede ser un fin sino un medio, como todo lo pedagógico; y el medio termina siendo el mensaje, no hay que olvidar el peligro de que al final, por estimular la capacidad de sorpresa de un aprendiz: sólo recuerde el gracioso espectáculo que le ofrecemos.

La paradoja del enseñante actual es que tiene 2.500 años de historia de la Enseñanza a sus espaldas y una política orwelliana le transmite la idea de que todo lo ocurrido de una década hacia atrás es irrelevante o contraproducente; éste es un error técnico interesado; el vacío del ejercicio pedagógico abstracto es el medio de trabajo de montones de sesudos profesionales que como una especie de inflación del sistema parecen ser útiles, parecen ser riqueza, pero no son recursos reales ni prácticos; nos enfrentamos a diario con un alumnado que sigue teniendo como referentes vitales la situación emocional familiar, el ansia de sexo compartido (el solitario lo maneja con soltura), la experimentación de la camaradería y los afectos (incluidas las drogas), el misterio de la muerte (vista como algo ajeno) y una apertura brutal a todo lo que no conoce… siempre que le afecte a su realidad vital; no creo que sean muy distintos estos afanes en los dos o tres últimos milenios, la Evolución no va tan rápida. Cambia el entorno, la sociedad, el hecho de que la Educación sea obligatoria es novedoso pero no la esencia humana; no sé de un escritor bueno que desconozca su tradición, el intento de ser innovador en sí mismo lleva a la ingeniosidad pero no a la renovación de las formas, el ingenio no es el objetivo del Arte sino que, bien utilizado, puede ser un componente magnífico de la innovación; igual en Educación, a ver si va a pasar que el ingenioso atrae… pero no enseña.

La innovación que interesa es la del profesional capaz de adaptarse a este entorno, a su momento, que cada curso imparte sus materias pegado a la realidad diaria, lo que incluye actualización pedagógica y tecnológica aplicada a su asignatura: y lo más curioso es que no existe este tipo de formación, es decir, que la Administración que se llena su boca legal de “innovación” no organiza cursos para ver cómo impartir nuestras materias de formas distintas, aunque sean noveleras y neotecnológicas; en dos décadas de trabajo yo no he recibido jamás convocatoria de curso alguno para ver si hay alguna prístina maravilla novísima para explicar el concepto de “héxis” en Aristóteles…

El profesorado que conozco está sediento de innovación, pero harto de mentiras que rellenan el currículo de gente que no ha dado una clase en su vida. Queremos innovación aplicada, herramientas de ayuda, no egos transportados a las leyes.

9. NUEVAS TECNOLOGÍAS

Hasta ahora las nuevas tecnologías han ayudado menos a la Enseñanza que a sus gestores, esto es: la compra de ordenadores para regalar a cada discente, la instalación de las costosísimas pizarras digitales… han sido movimientos propagandísticos que no han contado con el desarrollo de la infraestructura necesaria ni con la opinión previa del personal que ha terminado usándolas; para empezar, la mayoría de las conexiones a internet de los centro educativos que he conocido y conozco son deficitarias, no están preparadas para el volumen de terminales en marcha que un lugar así requiere, por lo que casi nunca funcionan bien; por cierto si quieren conectarse a la wifi de un centro público educativo en Andalucía pregunten la clave “secreta” a cualquier chaval o vecino de alrededor…

No hay personal técnico de mantenimiento, el trabajo se larga a los Departamentos que tienen que ver con la informática, por lo que una clase usando ordenadores en realidad se suele convertir en una clase intentando usar los ordenadores: por problemas con las redes, aparatos que no funcionan, otros que se quedan colgados…; todo el material está obsoleto casi de inmediato, las reparaciones se pierden en capas de empresas superpuestas entre las que hay meros intermediarios que no tocan los aparatos (que alguien investigue esto y quiénes son sus dueños)… sería preferible tener varias aulas, bastantes, con tecnología duradera, de primera y bien mantenida (y más barato).

Lo mismo ha pasado con el software, se promovió el uso de sistemas operativos abiertos sin tener en cuenta la desconexión que eso supone con el mundo real, ahora parece que la tendencia es usarlo sólo para la imagen oficial porque la vida informática de la calle va por otro sitio y en muchos casos la muchachada de las aulas o los mismos administrativos de los centros también. Y esto sin entrar en otra afrenta profesional más: se ha montado todo un servicio “internáutico” de atenciones, informaciones, plataformas y demás hiperrealidades y jamás se nos preguntó a los docentes qué nos parecía mejor, más útil o accesible: y además ¡no se nos da cobertura en los horarios profesionales!, o sea: ahí lleváis eso, yo lo hago, me atribuyo el mérito de la modernización y tú te las avías en tu tiempo libre.

En general el planteamiento de nuestros legisladores es el de quien jamás ha reflexionado sobre el momento histórico de la oposición de paradigmas que vivimos; se nos sigue vendiendo la informática como la panacea de la ampliación sin término de la información, como un libro infinito: y no se han percatado de que la cultura libresca (desde la que hablan, más o menos) y la de internet son alternativas, excluyentes, que el mundo está cambiando: y han cerrado las puertas del libro y abierto las de la nada… por aparentar modernidad. Como anticipó McLuhan, el cambio del mensaje es el cambio de los contenidos; todo ha sido mera propaganda. Hemos querido inventar el futuro a golpe de imagen cinematográfica de lo iba a ser, pero no calculando las repercusiones. Profesionalmente, necesitamos dotación de verdad para atender y tratar de comprender este mundo nuevo, no crear plataformas y dejarlas al albur de lo que un profesorado desnortado pueda, quiera o deba hacer. Es tirar el dinero. Muchos no sabemos ni cómo funcionan, nadie nos lo ha pedido nunca mostrándonos sus ventajas e inconvenientes en debate abierto y constructivo.

La gran novedad revolucionaria de nuestra época son los teléfonos móviles, que están sustituyendo en la vida cotidiana a los ordenadores; pues atención: en la mayor parte de los institutos están prohibidos, cuando son la herramienta más útil y barata para nuestro ejercicio (lo traen de casa la mayoría; si excepcionalmente no, podría ser sustituido por una tablet del centro). Una vez más se tiene miedo a la libertad, al mal uso de los mismos: con Autoridad clara no son problema, los martillos del aula de tecnología son potencialmente más peligrosos y no se prohíben. Esto demuestra que no hay reflexión real e innovadora sobre las tecnologías, sino golpes de efecto políticos. Nos protegen de un posible mal uso en las redes sociales, pero en muchos institutos se usan herramientas o no hablemos de los aparatos (o ejercicios) de la Educación Física… No es más que censura preventiva, como poner bandas negras a los desnudos de las enciclopedias (ya en desuso); se censuran las webs, pero no La Celestina… Los gobiernos deberían estar ya trabajando diseñando aplicaciones para móviles, que podrían incluso sustituir a los libros de texto, hay empresas que lo están haciendo, porque ellas se juegan el futuro y el beneficio… ¿Hay alguien pensando en Educación sobre cuál es la realidad actual?

Por último, cuidado con los efectos en la construcción de redes neuronales con las nuevas tecnologías de la información, conllevan pérdida de capacidad de atención y concentración, pérdida de la capacidad de lectura sostenida en el tiempo, imposibilidad de hacer una gradación y valoración de la calidad de las fuentes, pérdida de la capacidad memorística por falta de uso (como nos ha pasado con los números de los teléfonos), adicciones, y un problema gravísimo: acceder directamente a las informaciones con “cortaypega” impide la discriminación de los datos que componen el trasfondo que ha supuesto lo que hemos llamado, hasta ahora, Cultura, ese bagaje de todo lo leído, visto, valorado… No sé si vamos a un mundo mejor, no lo sé, y cuando digo no lo sé añado: ¿no nos estaremos precipitando al introducir por un prurito de modernidad todo esto en la Enseñanza de personas aún sin un criterio definido?

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