DibujoEl Grupo A se ha cerrado con la clasificación de los dos equipos que se enfrentaban en Lille. Un empate les servía tanto a Francia como a Suiza para cerrar su pase a la segunda ronda sin tener que depender del resultado del Albania – Rumanía que se jugaba a la misma hora. Cuando esto un marcador beneficia a ambos contendientes suele darse y, por tanto, el partido terminó con un empate a cero. Sin embargo, no se puede decir que lo hubieran arreglado del mismo modo en que de manera vergonzosa lo hicieron Alemania y Austria en aquel patético partido de Gijón del Mundial de España porque hubo muchas ocasiones de gol, sobre todo por el lado francés. Los galos estrellaron tres balones en los palos, dos por su estrella Paul Pogba y uno por su jugador más importante del torneo, Dimitri Payet.

En el primer tiempo Francia tuvo el dominio pero demostró uno de sus grandes déficits: la falta de calidad en el centro del campo a la hora de distribuir y generar juego. Tienen una línea media de las mejores del torneo en lo que se refiere a la llegada desde segunda línea y a la fuerza física de sus medios, pero no crean fútbol, les cuesta mucho. Es una selección que está pensada para presionar al rival y aprovechar la velocidad y la técnica de jugadores como Pogba, Payet, Griezmann o Coman, pero a la que le cuesta mucho llevar el peso del partido. En el partido contra Suiza Deschamps introdujo a alguien que sí puede hacerlo, Cabaye, pero se encontraba sin posibilidad de generar juego. La primera oportunidad la tuvo Suiza con un mal despeje de Pogba que Djourou no supo rematar entre los tres palos. La posesión del balón era de los helvéticos y por ello llegaban constantemente a las inmediaciones de Lloris pero sin mucho peligro. Fue hacia el minuto veinte cuando Pogba decidió echarse al equipo a las espaldas y utilizar una de sus mejores armas, el tiro en carrera, para causar problemas a Sommer: tres disparos que fueron a los palos en los ocasiones y otra despejada por el meta suizo. Suiza manejaba el partido pero el peligro lo ponía Francia.

El guión de la segunda parte fue el mismo. Suiza mantenía la posesión mientras Francia salía a la contra por medio de la fuerza de Sissoko que en varias ocasiones demostró su fuerza con galopadas de más de cincuenta metros ante las que los helvéticos se mostraban impotentes. En una de ellas el jugador del Newcastle centró desde la banda derecha y Payet remató nuevamente a la madera.

Francia va a tener muchos problemas con selecciones de un mayor nivel por su falta de capacidad para generar juego. Es una selección hecha para enfrentarse a las grandes y dejarse dominar y, de este modo, aprovechar los errores con la fuerza y la llegada de su centro del campo, sobre todo Pogba, y la velocidad de sus arietes. La baja de Benzema y de Valbuena les está pesando mucho a pesar de que hasta ahora les haya salido bien la apuesta. Ya veremos si juega contra selecciones como Italia que les entregarán el balón cómo responderán. De momento, Francia no impresiona ni da miedo.

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