Expertos calculan que Franco llegó a acumular una fortuna equivalente a 2.000 millones de euros

El contencioso sobre el pazo de Meirás ha servido para remover el oscuro asunto de la inmensa fortuna que Franco logró amasar a lo largo de 40 años de dictadura. Muchos son los historiadores que han investigado el expolio supuestamente sufrido por el país a manos del dictador pero llegar a saber con certeza cuánta riqueza acumuló el general tras cuatro décadas de barbarie y robo a las familias de los republicanos represaliados no resulta nada fácil. La mayoría de los papeles, documentos oficiales y cartas que se refieren a las cuentas bancarias y al patrimonio de Franco se han perdido para siempre. Tan solo se conservan los extractos correspondientes a las cuentas de cuatro ejercicios fiscales del Caudillo. En ellos consta que el tirano llegó a acumular cerca de 34 millones de pesetas, entre 300 y 2.000 millones de euros de hoy, según diferentes estimaciones de los expertos, tal como informó el programa de La Sexta Equipo de Investigación.

Para Javier Otero, periodista de investigación, uno de los aspectos más importantes que aún están por aclarar es “la corrupción del franquismo, el nivel de rentas que poseía, los bienes de que disfrutó Franco”, como una enorme finca valorada en 3 millones de euros de los de hoy situada en la localidad de Arroyomolinos (Madrid) y que fue supuestamente adquirida por herederos del dictador.

Según Otero, Franco cobraba 600.000 pesetas como jefe de Estado, ese era su sueldo oficial, de manera que hubiese necesitado muchos años para poder pagar aquella finca. Si lo consiguió fue gracias al expolio y a la corrupción de su régimen. Ya en democracia, la propiedad de Arroyomolinos dio lugar a un negocio inmobiliario redondo, ya que al menos un tercio del terreno se recalificó en su día para construir 5.000 viviendas y hasta un centro comercial, según publicó Interviú en un amplio reportaje en noviembre de 2005.

Hoy la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) espera que la devolución del pazo de Meirás a sus legítimos dueños sea el primer paso para terminar con el expolio que “la familia del dictador” llevó a cabo y que se recupere el resto de ese patrimonio, informa Efe.

En un comunicado, la asociación recuerda que ya había pedido al Estado que trabaje por recuperar los “miles de documentos” que conserva la Fundación Francisco Franco en su archivo. Añade que, según la Ley de Patrimonio Histórico de 1985, esa documentación es propiedad de su emisor o de su receptor, que sería el Ministerio de Cultura, quien en el último año “no ha llevado a cabo” acción alguna para proteger el patrimonio público. Se sospecha que entre ese material debe haber más información sobre el botín de Franco.

La ARMH reclama también al Ejecutivo que investigue los bienes de la Fundación Generalísimo Franco, que “mediante la creación de escuelas-taller traficaba patrimonio nacional”, como tapices, cuadros o muebles de “importante valor histórico y económico”. Según la asociación, con ese material se enseñaba a los jóvenes a trabajar ese tipo de piezas que, en algunos casos, “no regresaban a las oficinas de patrimonio y eran comercializados y expoliados”.

La asociación se refiere además a la finca de Navalcarnero “comprada” por Francisco Franco con la que su familia hizo un “enorme negocio inmobiliario” y en la que, “entre otras cosas, fueron construidas más de 2.000 viviendas”.

La petición de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica no debe caer en saco roto. El próximo Gobierno de izquierdas, si es que llega a formarse algún día, tendrá la obligación moral de recuperar toda la documentación que aún existe sobre la fortuna de los Franco y llegar hasta el fondo para determinar qué parte de ese dinero fue expoliado a los represaliados republicanos. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ya ha asegurado que el Ejecutivo exigirá a la familia del dictador la devolución al Estado del pazo de Meirás por considerar que “actuaron contra derecho”.

Franco cometió muchos crímenes probados por los historiadores. Uno de ellos, su enriquecimiento ilícito e injusto y el de su familia, aún puede aclararse con papeles oficiales que obran en asociaciones y archivos como los que posee la Fundación Franco. Pues hágase. Tras cuarenta años de democracia esa deuda sigue pendiente. Y es de justicia repararla.