Se han propuesto colocar a España en los niveles de principios del Siglo XX. Atrasada. Pobre. Analfabeta. Latifundista. Injusta. Ese país del esperpento que fuimos. Esta fue la concepción literaria creada por Ramón M.ª del Valle-Inclán hacia 1920, en la que se deforma la realidad acentuando sus rasgos grotescos. De allí se toma su acepción de “persona, cosa o situación grotescas o estrafalarias”. Hacia allí regresamos desordenadamente, dando tumbos, con un ejercicio del poder de las élites pavorosamente ineficiente y mediocre. Al menos, para la mayoría de españoles. Nos empobrecen para ocultar su fracaso. Para seguir consumando el mayor despojo de nuestra historia.

Una definición de pobreza es aquella que dice que “es una situación o forma de vida que surge como producto de la imposibilidad de acceso o carencia de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden en un desgaste del nivel y calidad de vida de las personas”.

Esto no lo afirma quien escribe estas ideas, lo dice la EAPN España. Resultan ser las siglas que identifican a la European Anti Poverty Network. La EAPN es la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social. Representa a la coalición independiente de ONG y otros grupos involucrados en la lucha contra la pobreza y la exclusión social en los Estados miembro de la Unión Europea. Fue creada en diciembre de 1990 por organizaciones que trabajaban dentro de la Unión Europea con personas que viven en situación de pobreza y exclusión, convirtiéndose en un órgano de consulta por parte del Consejo de Europa. Asimismo, EAPN es socio fundador de la Plataforma Europea de Acción Social. Son organizaciones incómodas para los actuales constructores del modelo.

Pues bien, habría que decirle al portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, persona que se destaca por ser volátil en materia de convicciones, que reconozca liderar al grupo de diputados que son cómplices del despojo que seguirá castigando a un número creciente de españoles. Tanto que, estratos sociales hasta ahora a salvo de los más duros efectos de las medidas adoptadas en la primera legislatura de los equipos de Rajoy, comenzarán a sentirlos en los próximos meses.

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«Casi el 60% de las personas paradas de larga duración están poco cualificadas. Ello requiere políticas activas y pasivas del mercado laboral y de formación para hacer frente a los desajustes de cualificaciones y evitar la depreciación de las capacidades de este grupo. Los empresarios están poco implicados. La eficacia de la activación y las medidas activas del mercado de trabajo depende en gran medida en la capacidad de los servicios de empleo para diseñar y ofrecer apoyo individualizado a las personas beneficiarias. La implementación de las recientes reformas de las políticas activas de empleo progresa lentamente y la capacidad de los servicios públicos de empleo para proporcionar un asesoramiento individualizado y una búsqueda de empleo eficaces es aún limitada. La cooperación entre los servicios públicos de empleo regionales y colocación privada agencias sigue siendo limitada. Por otra parte, todavía hay poco progreso en la cooperación entre los servicios de empleo y servicios sociales, la cual es muy desigual entre las CCAA. Esto dificulta la prestación de una asistencia coordinada para aquellos más alejados del mercado laboral, en particular, de las rentas mínimas.»

Estas conclusiones definen el Posicionamiento de EAPN España, en relación al documento de la Comisión Europea en sus observaciones al Gobierno español, titulado «Recomendación de la Comisión Europea para una Recomendación del Consejo relativa al Programa Nacional de Reformas de 2016 de España y a un posicionamiento del Consejo sobre Programa de Estabilidad de 2016 de España». Todo ello hace suponer un fracaso en la gestión de esta situación económica recesiva que está sufriendo España o, lo que sería mucho más grave, la ausencia de un plan coordinado que lo haya afrontado seriamente. Sólo se han adoptado medidas que favorecieron a grupos específicos merced al empobrecimiento del conjunto de españoles. Y aún no ha llegado lo peor.

Si en 2008 había casi 116 millones de pobres en Europa, en 2015 los ciudadanos más vulnerables alcanzaban casi los 119 millones, lo que supone que el 23,7% de la población del continente estaba en riesgo de pobreza y exclusión. En España, en el mismo periodo se habría pasado de casi 10,8 millones a más de 13 millones de personas. Según la última encuesta de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, publicada con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el pasado 17 de octubre, estos datos contrastan con la media registrada en el último año en toda la UE, que recuperó niveles anteriores a la crisis. Estos éxitos no suelen darse a demasiada difusión por los medios del régimen.

Rajoy quiere las manos libres y que la corresponsabilidad de los efectos sean también asumidos por el PSOE de la Gestora. Ciudadanos cuenta poco, más allá de algunas expresiones huecas de sus dirigentes. Por ello, que la serie de ultimátum que el PSOE de la Gestora ha recibido desde la sesión de investidura, sólo dejaron al desnudo sus contradicciones y miserias. La última, la votación de nombrar a Fernández Díaz presidiendo la Comisión de Exteriores de la Cámara. Hablamos del ministro autor de «afinar a la Fiscalía», también el que fuera reprobado por la mayoría de la Cámara, o el que intervino en la crisis de las víctimas de Melilla. Recordemos que el propio Vaticano rechazó su placet como embajador ante la Santa Sede. Por todo, resulta penoso el espectáculo que ofrecen los dirigentes abstencionistas, a pesar de la campaña que el Grupo Planeta elabora afanada en justificarlo todo y en recuperar a Susana Díaz, dado su periplo por los platós en entrevistas amables que niegan la oposición de la militancia.

Otra evidencia. La instrumentación de las instituciones públicas en favor de los intereses políticos y económicos de los grupos afines es una afrenta a la calidad democrática. El caso Zapata, con su absolución, deja en evidencia el ejercicio falaz de una parte de la Justicia. Todo en favor de las portadas de los periódicos de la prensa gubernamental. También las campañas de dossieres de los servicios de inteligencia y afines, canalizados bajo el aspecto de «periodismo de investigación» siguen llenando la información política.

Recordemos lo dicho por Valle Inclán: “En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.”

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