El Corte Inglés vive un auténtico duelo de titanes en su cúpula, que parece estar a punto de sufrir serias reformas. Cuándo el anterior presidente, Isidoro Álvarez, sobrino y sucesor del fundador de la empresa, falleció en el año 2014 creyó haber dejado la compañía bajo control. Nombró como su sucesor a su sobrino, Dimas Gimeno, a quién todos parecen señalar y cuestionar en lo que parece la batalla perfecta para las que tienen la mayoría dentro del órgano que rige las decisiones del grupo: las hermanas Marta y Cristina Álvarez.
El pasado mes de octubre, el consejo de administración aprobó por unanimidad el nombramiento de Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa. Un cambio, que sirvió a las hermanas Álvarez para intentar limitar la función de Dimas a una labor meramente representativa. Pero, Gimeno Dimas en su afán por recuperar protagonismo reclamó -sin éxito- que los dos consejeros tuvieran que reportarle directamente.
El plan de renovación de Gimeno se ha visto frustrado por la oposición de las hermanas Marta y Cristina Álvarez, las segundas accionistas del grupo tras la Fundación Ramón Areces. Marta Álvarez, representa a uno de los accionistas mayoritarios, IASA, con el 22 %, dónde también esta su hermana y, juntas aglutinan la mayor parte del capital. A esto, hay que sumarle el 37% que poseen de la Fundación Ramón Areces.
Por su parte, Dimas Gimeno, cuenta con un 13% de IASA y otro 13 % propiedad de su madre y su tío. Sin embargo, hay un nuevo accionista que entrará en juego en julio: Hamad Al Thani. Este verano adquirirá un 10% de las acciones después de que Gimeno contará con el como inverso e inyectará 1.000 millones de euros en la compañía.
El próximo 30 de mayo, el grupo ha convocado la aprobación de las cuentas anuales. Una ocasión, que podría servir para abordar la situación del actual presidente y el futuro de la compañía.
