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Construíamos las estrellas

Jesús Ros
Jesús Ros
Maestro de yoga. Autor de los libros ONIRONAUTA y LUZ SOBRE LOS SUEÑOS.
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análisis

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En cierta ocasión, el astrónomo Carl Sagan dijo: «El nitrógeno de nuestro ADN, el calcio de nuestros dientes, el hierro de nuestra sangre, el carbono de nuestras tartas de manzana, se fabricaron en el interior de estrellas que colapsan. Estamos hechos de materia estelar».

Si consideramos el Universo como un sistema cerrado o único, en el que fuera de él no hay nada, entonces todas las fuerzas físicas y reacciones químicas quedan en su interior, todas las consecuencias de esas relaciones se quedaran también dentro de él y así sucesivamente, eternamente o hasta el final del tiempo, muerte del Universo.

Toda la creación ha salido del mismo origen y por lo tanto no tenemos nada extraño ni ajeno a las sustancias que nos componen, que no sean materia existente en las galaxias. No conocemos nada o casi nada del espacio exterior, es más, tampoco de nuestro interior, pero hay algo muy importante que si sabemos, estamos construidos de materia y energía que existe en el espacio, pues de lo contrario no podríamos vivir.

Nuestra intuición, se podría definir como memoria del futuro; saber proyectar el pasado conocido para poder predecir lo que sucederá, esto se puede hacer indagando en nuestro subconsciente o pasado reciente y en el inconsciente, en nuestra memoria más antigua que tiene sus raíces en el inicio de los tiempos.

Cuando estamos despiertos la intuición está latente, sometida por el pensamiento racional, a no ser que se esté meditando o haciendo alguna actividad creadora que implique al sujeto en su totalidad.

Cuando estamos dormidos, es el subconsciente el que reina y no duda en rescatar los recuerdos que permanecen en el gran trastero del inconsciente, para darnos respuestas y guía a los problemas planteados en la vigilia.

Hace dos años un desconocido de cincuenta años me envió este sueño.

Vivíamos en otros planetas que no eran la tierra. Luego construíamos los planetas en órbitas estables alrededor de estrellas parecidas al Sol, para después habitarlos, el material lo traíamos de otros planetas. Más adelante construíamos las estrellas, pero no sabía de donde traíamos el material.

Con ayuda de lo anteriormente expuesto me atreví a analizarlo. Sorprendentemente me surgieron dos interpretaciones bastante distintas, pero no contradictorias, si acaso complementarias.

La primera, por decirlo así, más cotidiana, más sencilla y posiblemente más correcta.

El soñante tiene un alto concepto de sus aptitudes y capacidades personales y sociales (primero construye con sus semejantes planetas, más tarde sistemas solares).

Pero el mensaje onírico le advierte: Aunque sabe mucho (conoce el origen de la materia con la que construir planetas), le queda mucho por aprender (no conoce el origen con el que se diseñan las estrellas).

La segunda interpretación es casi de ciencia ficción, más que un análisis, es una alucinación de la experiencia onírica.

Se podría decir que el soñante es un nuevo Julio Verne, un visionario capaz de predecir cómo podría ser el futuro de la humanidad (viviremos fuera de la tierra, construyendo planetas, estrellas). Ampliaremos el conocimiento hasta límites insospechados y todavía nos quedara mucho por descubrir, la aventura continuara (ir a la fuente de la materia estelar).

Sé que no me envió este sueño Carl Sagan, pero podría perfectamente ser suyo “somos estrellas que colapsan, somos materia estelar”.

Si soñamos con estrellas y estamos hechos de su materia y de su energía, podemos preguntarnos ¿sueñan las estrellas? ¿estamos en sus sueños?

 

Buenas noches, felices sueños.

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