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Álvarez Cascos en 37 años: De su manifiesto contra el divorcio a sospechoso de trincar

El rifirrafe entre Gabriel Rufían y la vicepresidenta de la comisión en la que participaba el ex presidente del Gobierno con Aznar, restó progagonismo al que la policía de la Gürtel acusa de quedarse con al menos del 11% de los beneficios de las campañas de 2003 y 2004

María José Pintor
María José Pintor
Periodista en cuerpo y alma, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco.
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análisis

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Un total de 37 años han pasado desde que Francisco Álvarez Cascos firmara su manifiesto con la legalización de la ley del divorcio. Dijo entonces -el que años después, y de la mano de José María Aznar, dirigiría los destinos del PP con mano de hierro- que “ Para mí el principio es que la familia es indivisible. Lo que no se puede es hacer una regulación normal en el divorcio, cuando ni siquiera se respeta esa libertad individual de las personas a elegir su estado familiar. El Estado debe tener un código ético que es defender la familia indivisible, y luego debe arbitrar medidas para resolver esas otras situaciones. Contra lo que estoy es contra la forma de divorcio aprobada en España».

Cascos hace 37 años: “El Estado debe tener un código ético que es defender la familia indivisible (…)”

Y 37 años después, muy deteriorado físicamente, tuvo ayer que comparecer en la comisión de investigación del Congreso por supuestos cobros irregulares que siempre ha negado, pero que la Policía de la Gürtell dio por probado que Alvárez-Cascos se quedó al menos con el 11% de los beneficios de las campañas del PP del 2003 y 2004.

Por todos es sabido, que quien escribiera y votara contra el derecho al divorcio, pasó por dos sonados divorcios y de las páginas políticas a las del corazón. Ya dijo entonces Felipe González, con mucha sorna, que “ahora entiendo por qué se negaban a apoyar la ley del divorcio, ¡porque creían que era obligatoria!”.

 

Olvidado

El que todo lo fue en el PP, es hoy el político más olvidado de la era Aznar. Ni está ni se le espera en ninguna parte y su Foro de Asturias –esa huida hacia adelante tras dejar el PP para convertirse en un Fraga a la asturiana- tampoco le ha salido como esperaba, y es probable que en las próximas elecciones autonómicas pierda toda su representación en la Comunidad Autónoma, salvo que acabe fusionándose con los populares.

Cascos fue secretario general del Partido Popular (1989-1999) y vicepresidente del gobierno español y ministro de Fomento durante los mandatos de José María Aznar (1996-2004).

Poco queda del doberman de los años del aznarismo, ni del glamour que le arropó tras su boda con la experta en arte María Porto. Aún es pronto para garantizar que no acabe como sus compañeros de Gobierno, Rodrigo Rato o, entre otros, Jaume Mata, pero no tendrán la disculpa de Ana Mato: De “mujer florero” que no sabía de dónde salía el jaguar de su garaje.

Son nuevos tiempos y ayer Gabriel Rufián le robó el protagonismo al ex presidente del Gobierno.

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