Cuando las gentes no tienen nada que decir, hablan del tiempo. Los medios de comunicación, también, por lo que parece.
Ante la sequía informativa y la falta de trabajadores en las redacciones, hoy se ha impuesto el asunto de las restricciones de tráfico en Madrid por polución.
Varias voces del PP han repetido por aquí y por allá que se trata de “una medida ideológica”. Hay que ser besugo.
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¿Qué fue de la agresión a Teresa Rodríguez?
¿Se imaginan la de páginas que habríamos llenado en el caso de que tres jóvenes activistas –en lugar de tres empresarios– hubieran acorralado a Esperanza Aguirre, y uno de ellos se le hubiera abalanzado fingiendo un morreo mientras los otros dos lo celebran?
¿Se imaginan qué hubiera pasado en cualquier país de nuestros alrededores si cualquier mujer, autoridad pública, en el ejercicio de sus funciones sufre una agresión física por parte de un miembro de una cámara de comercio?
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Y nada, mañana seguiremos hablando del tiempo. Y de los besugos.
