Parece ser que el gobierno de la nación del Partido Popular presidido por el inmutable Rajoy ha hecho méritos para ganar las elecciones tanto el 20D como su repetición el 26J.

Recordemos brevemente los logros conseguidos por este ganador en las urnas durante los últimos cuatro años de gobierno. Han sido cuatro años donde se ha alcanzado la mayor precariedad en el empleo conocida en este país, donde se ha puesto de manifiesto la mayor trama de corrupción política jamás conocida, cuatro años donde se ha perpetrado el mayor expolio hecho por un gobierno de la nación a la caja de la seguridad social, donde se ha incitado la mayor crispación territorial desde los reyes católicos y los levantamientos cantonales de los años 1873 y 1874, donde se ha conseguido el mayor crecimiento que nunca haya tenido la deuda pública, cuatros que han supuesto el mayor recorte en servicios públicos educativos –que recortan la igualdad de oportunidades de cualquier español en función de su lugar de nacimiento y sobre todo de su renta-, sanitarios –recortes no solo de atención básica, sino de dispensa de tratamientos que llegan a ser mortales-, de atención socio sanitaria –especialmente a mayores y personas grandes dependientes-, de pensiones –que además han sido el sustento para muchas familias en las que ningún miembro trabajaba-, un periplo político que distingue la legislatura que marca la época de menor inversión en I+D+i de los últimos 20 años –lo que es lo mismo que decir de la historia de España- pasando al furgón de cola desde la cabeza en solo cuatro años, también ha sido el mandato que teniendo la mayor tasa de desempleo conocida, es en la que menos se ha gastado en paliar este problema fundamental y que quita la dignidad como ningún otro, en este sentido es significativo –parece ser algo endémico de la política de este gobierno- el recorte sistemático de hasta un 35% en el conjunto de Servicios sociales, Educación, Sanidad, Cultura –según las ‘Encuestas de población activa’ y los datos de Eurostat-, tampoco hemos de olvidar los logros en el incremento de población bajo el umbral de la pobreza, siendo hoy un 50% mayor que cuando llegó a su poltrona este gobierno, en este sentido se ha hecho más amplia que nunca la brecha entre ricos y pobres consiguiendo llegar en este corto periodo de tiempo a que solo el 1% de la población acumulen más riqueza que el 80% del resto, -casi 14 millones de nuestros conciudadanos y conciudadanas, el 29% de la población total de España,  están ya más allá del riesgo de exclusión social, según fuentes de la OCDE-, también han sido años de amnistía de impuestos para los dineros escondidos en paraísos fiscales mientras se ha incrementado el IVA y el IRPF para quienes menos tienen,…

Todos estos apuntes son una pequeña reseña de los méritos conseguidos por el PP con un gobierno encabezado por el señor Rajoy, todo esto ha sido casi silenciado en la campaña electoral para el 26J donde los partidos –en general- se han dedicado a decir ‘lo malos que son los otros que se meten con nosotros’, mientras quien más tenía que callar, es precisamente lo que ha hecho, y cuando ha hablado ha señalado la imposibilidad de hacer otra cosa y la inoperancia de quienes confluyen sin alternativa y que lo único que hacen es descalificarse entre ellos para conseguir votos, con ese pobre discurso y el miedo trasladado sobre la incertidumbre de cualquier otra alternativa, hemos podido ver como la ‘Inacción’ le ha rentado para ganar las elecciones del 26J.

La realidad, en mi opinión, es que no ha habido una alternativa que marque el planteamiento firme e instrumental de un cambio hacia lo social en las políticas dentro del marco de la UE. Es muy fácil decir qué se ha perdido, qué necesitamos en relación a todos los temas antes indicados –que, por otro lado, se ha dicho con una intensidad bastante débil-, pero a partir de ahí debieran haberle planteado a la ciudadanía una alternativa operativa y cuantificable a este liberalismo feroz marcado implacablemente por los poderes económicos y financieros que se han hecho con el poder de la UE desde la fortaleza de Alemania y la comparsa que le rodea.

Mirarse el ombligo tiene estas cosas que parecen increíbles. Y, es que al ‘ser humano’, y hasta donde se sabe los españoles y españolas lo somos, le preocupa menos la corrupción de sus dirigentes, y el rosario con las estaciones antes indicadas, que el miedo a un cambio desconocido y no cuantificado. Y así, unos lo combatirán de forma visceral y otros no lo apoyarán con su abstención al no saber muy bien a donde se va con ciertos experimentos. Al tiempo hay quien cansados de ser defraudados cambian su voto sin ninguna esperanza de nada nuevo solo por ejercer un castigo a quien defraudó.

En este contexto donde ‘la política ha muerto’, desde la ‘izquierda’ por encima de las siglas, no ha dado un compromiso en forma de respuesta de gobierno cuando se ha tenido la oportunidad, la gente –en una respuesta desde los atavismos más ancestrales a pesar de todo lo penado- se aferran a aquello de ‘más vale malo conocido que bueno por conocer’.

Y ahora, después del 26J en lugar de organizarse, desde ya, con conciencia de oposición y con carácter de análisis interno y autocrítica, las fuerzas que han perdido siguen deshojando nostálgicamente la margarita de que, ¿cómo pudo pasar aquello?, volviendo a distraerse y a errar el tiro. Ya ni se pregunta aquello de que si alguien asumirá responsabilidades y propiciará otras formas de entender la política en estas organizaciones, es evidente y lo demuestran con sus hechos el poco interés por la solución de los problemas indicados y el mucho por el poder y el estatus personal o de sus élites.

No he querido manifestarme en la campaña para que nunca me dijeran que con gente como yo qué íbamos a esperar sino desánimo… En la historia de la humanidad siempre fue más fácil matar al mensajero que afrontar las soluciones de los problemas que éste informa o pone de manifiesto.

Iremos viendo la evolución de los acontecimientos, pero lo que ya es un hecho, es que la única opción real de gobierno con estos resultados es la derecha liberal, y con ella, el mismo fondo de la política –pragmatismo económico y deshumanizado– que nos ha machacado estos últimos cuatro años en los que se ha desmontado el que fuera llamado ‘Estado del Bienestar’. Mientras tanto, Reino Unido se va de la UE y los movimientos nacionalistas, xenófobos y de corte fascista se afianzan –crecen- en los países de la Unión.

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