El concejal presidente de los distritos de Fuencarral-El Pardo y Villaverde ha sido absuelto hoy por la Audiencia Nacional del delito de humillación de víctimas del terrorismo por un tuit del año 2011. La Asociación Dignidad y Justicia pedía un año cárcel y siete de inhabilitación para cargo público para el representante de Ahora Madrid.

 


¿Cómo se siente?

Es una sensación de alegría enorme y la oportunidad de seguir trabajando y apoyando al cambio político, tan necesario. También supone una alegría por toda la gente que hoy se siente aliviada conmigo.

supone una alegría por toda la gente que hoy se siente aliviada conmigo

Cuente qué le pasó exactamente.

Soy muy poco dado a la conspiración en mi caso. Yo puse principalmente dos tuits en enero de 2011 que no tuvieron la más mínima trascendencia. No la tuvieron durante la campaña electoral, no la tuvieron tampoco el día de las elecciones, ni siquiera después. No la tuvieron cuando se empezó a anunciar el gobierno, la tuvieron el día de la investidura de Manuela. No surgió de un entorno político, no fue un partido el que dijo “mirad”, sino que surgió de una manera yo diría bastante espontánea.

 

¿Espontánea?

La hipótesis que yo me he hecho con el tiempo es que el día de la investidura, cuando nos tocó hacer el juramento, yo hice un juramento un poco diferente con respecto a mis compañeros y generé una noticia mínima al respecto (“omnia in comuniae”). Al generar esto, alguien que no simpatizaba con Ahora Madrid se preguntó “quién es este imbécil” y se pusieron a investigar encontrando los tuits. Al encontrarlos, dijeron que significaba que yo era antisemita y pro etarra. Comenzó a circular este pack: este tuit demuestra que esta persona es antisemita y pro etarra. Circula entre votantes del PP, del PSOE y de Ahora Madrid, que en diferentes grados se indignan por igual. Una parte de gente pensaban que esos tuits confirmaban lo que ya esperaban, otra parte de gente dice que es intolerable y otra parte de gente piensa “¿yo he votado esto? No creo que sean así, pero ojo.”

 

No cree que hubiera conspiración alguna, entonces.

El dolor y la conmoción primeros no son una conspiración. No hay un partido que la dirija ni un grupo mediático detrás. Eso se genera después, cuando se recoge por parte de los medios y de los partidos. A veces de una manera amplificada, y otras con una intención malvada. No sabes muy bien qué pensar y se produce el silencio. Porque realmente si tú no me conoces, es muy difícil hacerse idea de lo que pasaba ahí. Se creó una conmoción que duró unas 72 horas hasta que dimití de mi cargo. No olvidemos que mi nombre fue Trending Topic mundial. Dimití porque no se daban las condiciones para que yo pudiera ejercer mi trabajo con normalidad y porque cometí un agravio real, aunque yo no fuera totalmente responsable.

 Se creó una conmoción que duró unas 72 horas hasta que dimití de mi cargo

 

¿Qué pasa después?

Lo que pasa después son, creo yo, dos procesos. El primero, a partir del hecho de que yo dimito, abre la posibilidad de que me explique con más calma y que un montón de gente empiece a tener espacio para escucharme, modificándose el sentido la opinión pública que se había generado previamente. A la vez, eso empieza a entrar en el interior de las organizaciones de víctimas del terrorismo y ahí hay principalmente dos reacciones: una que me entiende y otra que no está de acuerdo conmigo. La primera se pone en contacto conmigo inmediatamente, en junio de 2015. Me llaman para preguntarme cómo estoy. Ellos hacen un trabajo fuerte de empatía. Por otro lado, se inicia un proceso judicial. Todo lo que pasa después se enmarca ahí. La política en realidad se acaba en esas 72 horas, en el momento en el que yo dimito.

Nacho Vigalondo está haciendo es una broma sobre lo que sería la cultura de la fama

 

Defíname el contexto en el que escribe esos tuits.

El contexto es el siguiente: Nacho Vigalondo hace unos tuits en los que, si uno los toma literalmente, parece que está diciendo que el holocausto no existió. Y no es así: que lo que está haciendo es una broma sobre lo que sería la cultura de la fama. Es decir; habéis confiado en un tipo del que realmente no sabéis nada y ahora que es famoso puede salir por cualquier lado. Eso genera una bola que lleva a que le echen de “El País” y genera una bola en redes sobre lo que se puede decir, lo que no y lo que afectan estas cosas. En ese contexto yo hago esos tuits y los entrecomillo. El entrecomillado se debe, primero a que son dos chistes que no me he inventado yo y en segundo lugar para que quede claro que es una cita como las que te puedes encontrar en los libros. Ese es un ejercicio que no se puede tomar a la ligera porque no da igual que yo los ponga o no entre comillas, hay un pensamiento sobre poner esos tuits entre comillas y hay un uso del lenguaje.

 

¿Usted borró su cuenta?

Cuando a mí se me acusa de que he borrado mi cuenta para, de alguna manera borrar huellas, se olvida que en ese momento en mi twitter tenía 60.000 tuits que son como unas cuatro novelas. Esos 60.000 tuits en muchas ocasiones me exculpan porque hay un pensamiento sobre la libertad de expresión, porque hay una empatía con las víctimas en momentos concretos… todo eso que a mi me hubiera podido servir.

hay un pensamiento sobre poner esos tuits entre comillas y hay un uso del lenguaje

 

Le juzgan por humillación a las víctimas del terrorismo. ¿Qué opina de que dirigentes de otros partidos enaltezcan el fascismo y no se les juzgue?

Es algo que me llega mucho. Yo no quiero que les juzguen por haber dicho esas cosas, no quiero judicializar la libertad de expresión.

 

¿La deferencia en las redes es clasista? ¿Por qué unos sí y otros no?

No creo que sea un problema de clase, creo que es de poder. A mí lo que me preocupa es que la forma en que creemos que hay que resolver asuntos como el de Pablo Casado con “la guerra del abuelito”, sea juzgarlos. No se tiene que juzgar ni lo uno ni lo otro. Es decir, yo creo que la restitución del honor o de las víctimas en España no pasa por juzgar a un imbécil que hace un tuit, sea yo o Pablo Casado. A las víctimas se las dignifica recuperando su memoria, desenterrando a sus muertos. Hay dos dimensiones en la libertad de expresión, la jurídica y la política. Políticamente podemos reprocharle todo a Pablo Casado, pero eso es un debate político que podemos ganar o perder. Además, Pablo Casado no se mete con alguien en concreto, en mi caso yo me meto con Irene Villa que sí lo es.

 

¿Es cierto que en su caso hay jueces simpatizantes del PP y por eso han sucedido las reaperturas de juicio tras tres archivos de la causa?

Nosotros ya planteamos que estas dos personas, que están apartadas de la trama Gürtel por su afinidad política, no debían juzgarme a mí. Pero los jueces decidieron que no había base para eso. Una vez que eso se dio, yo asumí dos cosas: primero que eso es lo que hay, es decir la justicia no considera que aquí vaya a haber una arbitrariedad y en segundo lugar, que iba a ir a juicio.

 

¿No le parece raro todo este proceso por uno, dos, tres tuits?

A mí me preocupa que tengamos un sistema jurídico que permite que un juez me lleve a mí a juicio por un tuit. Pero también digo una cosa: yo he leído tuits juzgados y condenados que creo que están bien juzgados y bien condenados. Claro que hay dinámicas de acoso en la red y dinámicas de humillación a las víctimas. No obstante, creo que yo no soy el indicado para decidir la dimensión jurídica en estos casos porque yo estoy atravesado por uno. La conclusión tiene que venir de otro lugar. Me gusta mucho pensar sobre mi propio proceso, saber qué me está pasando, y entender que tengo que partir de la separación de poderes y de una cierta legitimidad del poder judicial porque si no, no es que me vea juzgado, es que me veo condenado.

 

Al margen del veredicto, ¿ir a juicio es un estigma?

Yo entiendo esa percepción social y entiendo que ir a juicio es duro, pero una vez que asumes que tienes que ir, vas y das tus explicaciones. En la España de hoy, ir a juicio no es un estigma. No me estigmatiza socialmente porque estamos en un proceso de cambio y en este proceso van a pasar estas cosas justas e injustas.

 

Entonces, ¿le honra?

¿Sabes qué pasa? Me gusta llevarme bien con la gente. No soporto la idea de que la gente piense que soy una persona violenta. No lo soporto. Hay gente que sabe vivir de eso, yo no. No podía soportar que socialmente se creyera que yo era una persona cruel. Me importaba muy poco si era concejal o si no lo era, si me juzgaban o no… pero que hubiera una percepción social de que yo era cruel e insensible era algo insoportable, absolutamente insoportable.

 

 

Los memes

El PP propone modificar una ley para que los memes sean considerados delito ¿hasta qué punto cree que se tiene que limitar el humor?

El problema que tenemos cuando hablamos de libertad de expresión, es que estamos hablando de dos cosas dimensiones a la vez: una jurídica y otra política o cultural. La libertad de expresión siempre se inserta en un contexto y hay que trabajar con ella en ese contexto. No va a dejar de haber memes, ni chistes. Lo que se generan son jerarquías jurídicas que lo que yo creo que hacen es generar discrecionalidad. Entonces, desde lo jurídico hay que defender la libertad de expresión al ciento por ciento, desde la política y la ciudadanía, la cultura es un espacio donde discutimos, debatimos…

 

Sin embargo, sí se modifican las categorías morales a través de la mediática.

Cualquiera que interviene en un espacio público lo sabe. Nosotros estamos en una cafetería, y si yo me subo a la mesa y me pongo a pegar gritos, yo puedo apelar a mi libertad de expresión incluso podría jurídicamente defenderlo y ganarlo, pero eso no exime de que vaya a haber una discusión determinada. Ahora, regular el contenido de las redes está condenado al fracaso. Es un intento de controlar, algo que además es muy torpe por parte del PP, porque parte de que los memes solo se lo hacen ellos y no es así. Los memes son un lenguaje, uno no criminaliza un lenguaje, es como decir que vamos a judicializar el alfabeto, la ironía…

 

Los regímenes totalitarios, sí gestionan el humor.

Sí lo gestionan, pero porque tienen una capacidad de coacción que en una sociedad democrática no se tiene. El control social no se establece a través de la disciplina. Que el PP haga esto puede tener una intención de globo sonda, yo creo que no tiene fuste.

 

¿Cree que esta propuesta que hacen es porque se siente realmente atacados?

Yo creo que el PP en este momento se siente dueño de las instituciones. Alguien que se siente dueño de las instituciones, y que de alguna manera se siente dueño del estado, entiende que todo lo que no coopere con él es un usurpador. Desde ese punto de vista creo que tiene que haber gente en el PP lo suficientemente inteligente como para saber que los memes circulan en todas direcciones. Pero si a la vez tú crees que el estado son las instituciones y las instituciones son tuyas, aun sabiendo que los memes circulan, digamos que puedes incluso jerarquizar los memes importantes, que son los que te atacan a ti, y los memes que dan igual que son los que circulan en esferas que tú no tienes control.

 

Entonces, ¿por qué lo hacen?

Creo que se establece en el marco de una discusión en la que ven hasta donde llegan y cuanto avanzan.

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