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“Yo espero de la filosofía que sea el ruido que causa estragos”

Valero Sanmartí declara su amor por Cataluña en ‘Necrocatalanomicón’, una sátira que reflexiona sobre el poder sanador de la filosofía frente a los incontables males de la humanidad, entre ellos los nacionalismos

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análisis

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El autor acaba de publicar Necrocatalanomicón (Autsaider editorial, 2021), un libro en clave de sátira y también como declaración de amor a Cataluña. En esta entrevista expone algunos de los motivos que le llevaron a crear esta particular obra que marca una gran diferencia argumental y de estilo.

¿En qué sentido usted es un filósofo punk?

No uso la filosofía de un academicista, ni tampoco con ningún atisbo de rigor técnico o coherencia entre las diversas ideas que planteo. Para mí la filosofía es un vehículo con el que expresar rabia y desconsuelo pero de una forma vibrante. No pretendo llegar a un lugar seguro, ni generar consuelo, ni explicación plausible. En mi procedimiento de razonar se mezclan diversas tradiciones de pensamiento, a veces deformadas hasta lo grotesco, con otros tipos de discurso de tipo más bien narrativo, como el humor. El resultado es una filosofía atronadora y apabullante, cuyos preceptos a veces a duras penas se sostiene, pero extrañamente vivificante a pesar de que el discurso esté empapado de nihilismo.

¿Qué cuenta en Necrocatalanomicón?

Necrocatalanomicón es una crítica virulenta a diversos aspectos de la cultura y sociedad catalana de los últimos tiempos. Es un ejercicio de enorme salud y soberanía ontológica que una cultura pueda reírse de una forma descarnada de sí misma. Derribar sus mitos sin destruirlos, para pensar desde sus ruinas. En ese sentido, Necrocatalanomicón no es para nada un libro anticatalán que pretenda diluir la cultura catalana dentro de un marco globalista o españolista.

Su obra es una ironía hacia Cataluña, pero también una declaración de amor. ¿Se ironiza solo de lo que se quiere?

En toda sátira hay cierto componente de homenaje porque se trata de un género humorístico destructivo y sin autonomía, que no puede sobrevivir a la erradicación de su objeto de escarnio. Aunque quizás eso no es del todo cierto, porque también hay un tipo de sátira humanista, cuyo motor son unos determinados valores que le permiten sobrevivir al vacío que crea tras de sí. Me inclino a pensar que este tipo de sátira tiene un componente más ideologizante que la mía, que a pesar de todo, también tiene sus principios que a su manera conforman también una ideología, obviamente. Porque creo que ese cómico idealizado que lo ataca a todo y a todos es una quimera, no existe en la realidad, y si existiera, por mucho que se le quisiera romantizar, no dejaría de ser un puto sociópata y probablemente, también, psicópata.

“La filosofía es un vehículo con el que expresar rabia y desconsuelo pero de una forma vibrante”

Se habla de que usted no tiene una identidad precisa. ¿Por qué? ¿Qué es para usted la identidad?

La identidad es un engaño, pero un engaño útil, porque al fin y al cabo nos permite definirnos. Definitivamente, la identidad en un sentido monolítico lleva décadas muerta. Ni en el pensamiento griego existía algo así, aunque posteriormente el clasicismo pretendiera hacer creer que sí. A pesar de que cíclicamente aparecen conatos de uniformidad identitaria (nacionales, generacionales, ideológicas, sexuales, incluso estéticas) la identidad está más fragmentada a cada año que pasa, y más que lo estará con el afianzamiento de las redes sociales, que convierten la ejecución de la identidad en un juego constante. En ese sentido lúdico es en el que antes me refería a que la identidad es un engaño útil.

¿Por qué usa una foto del personaje de Magnum para identificarse?

Muchas veces me han comentado que me parezco mucho al actor de Magnum, Tom Selleck. Pero no uso su imagen.

En el prólogo su editor dice que “su libro no hacía falta”. ¿Entonces su libro es innecesario?

Lo de que el libro no hacía falta es una ironía que parafrasea a Jordi Pujol cuando decía que “això no toca” (“esto ahora no procede”) cuando algún periodista desafecto le cuestionaba. Mi libro reivindica la incomodidad, especialmente cuando desbarata agendas teleológicas, provengan de donde sea que provengan.

¿Hay demasiada literatura útil en estos tiempos?

No tengo claro el significado de literatura útil en un sentido tan amplio. Creo que la literatura tiene un montón de utilidades, desde las más ideológicas a las más esteticistas. Incluso la simple evasión me parece una utilidad dignísima de la literatura. Hoy en día hay muchísima literatura. Todo es literatura. Incluso la política o las relaciones personales. ¿Demasiada? No lo creo. Al menos puedes escoger.

¿Sirve de algo la filosofía una vez que el ruido causa estragos?

Yo espero de la filosofía que sea el ruido que causa estragos.

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