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“¿Y si las mujeres conseguimos convencernos de que los pelos no son ni asquerosos ni feos, como en el caso de los hombres?”

La escritora Bel Olid desmonta en ‘A contrapelo’ las supuestas bondades de la depilación femenina y analiza la penalización social que conlleva a las mujeres mostrar el pelo corporal sin cortapisas

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análisis

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Bel Olid (Mataró, Barcelona, 1977) anima en este comprometido e innovador A contrapelo (Capitán Swing) a “romper el círculo de depilación, sumisión y autoodio”, como señala en el propio subtítulo de la obra. Esta cadena viciosa impide a la mujer desprenderse de la pesada losa del patriarcado por el “qué dirán” ellos, y también ellas (que las hay), del vello libre y sin tapujos como patrón de belleza o antibelleza según los cánones milenarios del sistema patriarcal imperante desde la noche de los tiempos. A contrapelo es un libro valiente, muy ilustrativo y divulgativo, además de divertido, y sobre todo muy necesario para derribar la dictadura de las imposiciones del mercado, que por supuesto vienen determinadas por patrones patriarcales.

“Una piernas peludas nos dejan indiferentes si pertenecen a un hombre, pero nos parecen intolerables si pertenecen a una mujer”

¿Por qué ir a contrapelo aún hoy resulta para las mujeres, en pleno siglo veintiuno, una tarea cuasi inabarcable en el antediluviano sistema patriarcal?

Quizá sería más fácil si hubiera más hombres contribuyendo a derribar el patriarcado…

¿Es bello el vello?

La belleza es en gran parte convención y la desciframos en gran medida en clave de género. Una piernas peludas nos dejan indiferentes si pertenecen a un hombre, pero nos parecen intolerables si pertenecen a una mujer. O sea,  exactamente las mismas piernas son aceptables o no en función de la lectura de género que hacemos de ellas. Da para pensar.

¿En qué momento de la historia, o de la prehistoria, se impuso que el vello no es bello exclusivamente para las mujeres?

Ya en el antiguo Egipto o en Roma la depilación era un cuestión de clase, no de género. Depilarse era algo que hacían los ricos. Quién puede y quién debe depilarse ha ido cambiando a lo largo de la historia. En los últimos años, con los avances hacia la igualdad entre las personas, la industria de la depilación ha optado por una igualdad que, en vez de liberar a las mujeres de la obligación de depilarse, esclavice a los hombres.

“Ya en el antiguo Egipto o en Roma la depilación era un cuestión de clase, no de género. Depilarse era algo que hacían los ricos”

¿Se puede romper ese círculo vicioso de depilación, sumisión y autoodio entre las mujeres? ¿cómo?

Para eso he escrito el libro (risas). Básicamente, mimando a nuestros cuerpos y agradeciéndoles que nos permitan vivir y gozar, en vez de odiándolos por no cumplir expectativas poco realistas.

¿El hecho de que el varón haya entrado hoy en día también en la ‘cultura’ mercadotécnica de la depilación es una forma de luchar para mantener la sumisión de la mujer en la fuerte pugna que el movimiento feminista está acometiendo contra el imperante patriarcado?

Sería raro que el patriarcado renunciase de grado a un arma tan potente como el control de los cuerpos de las mujeres. Controlar también el de los hombres aumenta su poder. La depilación es solo la punta del iceberg.

La escritora y traductora barcelonesa Bel Olid. Reportaje gráfico: Cristina Candel.

¿Por qué incluso las mujeres supuestamente convencidas de que se depilan para estar mejor consigo mismas están realmente sucumbiendo a los dictados impuestos a través de la publicidad y el patriarcado?

No se equivocan, efectivamente están mejor consigo mismas cuando se depilan. Lo que hay que atacar es el por qué. Toda la vida nos han dicho que los pelos son asquerosos y feos, es normal que no los queramos en nuestro cuerpo. Pero ¿y si conseguimos convencernos de que no son ni asquerosos ni feos, como en el caso de los pelos de los hombres?

¿Sólo la unión de las mujeres en este sentido puede romper esta dinámica perversa?

Es necesario un cambio social. La presión de los hombres (parejas, amigos, familiares, e incluso desconocidos) para que nos depilemos también debe desaparecer.

¿No cree que el vello será, en realidad, uno de los últimos eslabones a derribar por el feminismo, incluso tiempo después de haber logrado la ansiada igualdad de género en otros aspectos?

Si hubiéramos logrado la igualdad entre todas las personas el vello ya no sería un problema. Hemos logrado igualdad formal en la ley (e incluso ahí, no en todas las leyes, podemos poner la herencia de la corona como ejemplo), pero estamos aún muy lejos de la igualdad efectiva.

¿Cuándo dejarán los hombres de ser jueces implacables de las reglas de la feminidad?

Muchas ya estamos robándoles el poder de dictar cómo nos presentamos socialmente. Nos importa muy poco lo que tengan que decir sobre nuestros cuerpos y no actuamos según las preferencias de ningún hombre. Es el primer paso.

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3 COMENTARIOS

  1. Totalmente cierto,Lo malo es que esta muy profundamente clavado en nuestras mentes.Nos adoctrinan desde pequeños/as el como debe ser el cuerpo y lo que esta bien y mal…sobretodo en el cuerpo de la mujer claro,se llega incluso a decir que si se ven los pelos es falta de higiene…en las mujeres por supuesto.Y ademas hay toda una industria muy potente de la depilacion apoyando.
    Como siempre nos toca hacer un gran esfuerzo para cambiar algo a nuestro favor

  2. En la foto veo a una mujer maquillada con pendientes, eso es mas cómodo que depilarse, es mas cómodo andar con zapatos de 15 cent. de tacón, faldas cortas y uñas largas, esa mujer se está haciendo mayor, si ya no soy guapa que las demás sean feas.

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