El actor Willy Toledo ha sido absuelto del delito de ofensa a los sentimientos religiosos por «cagarse en Dios». El Juzgado número 26 de Madrid ha decidido que los comentarios publicados en el perfil de Facebook por Toledo no acreditan la comisión del delito por el que se le ha juzgado. En concreto, la sentencia afirma que las palabras objeto de la denuncia «no acreditan por sí solos la comisión por parte del mismo de un delito de escarnio contra los sentimientos religiosos por el que ha sido juzgado».

El propio Willy Toledo afirmó en el juicio que sus palabras eran una «blasfemia», algo que desde el año 1988 no está en el Código Penal.

Esta sentencia lo que deja claro es que las libertades reconocidas en la Constitución se han impuesto a la intransigencia que los ultra católicos pretenden volver a imponer en España. Tal y como publicamos en Diario16, Willy Toledo ha sido el último de los artistas que se han visto acusados o condenados por los tribunales por blasfemar. Sin embargo, en este último caso encontramos un componente político por la posición frentista de Toledo frente a los abusos de la derecha o la imposición de un modelo económico neoliberal que tanto daño ha hecho a la ciudadanía que aún sigue siendo víctima de la crisis.

En consecuencia, el Caso Willy Toledo es una victoria de los valores democráticos frente a una intransigencia religiosa que se va radicalizando a medida que la ultra derecha va creciendo. España tiene una democracia incompleta pero que no cae en una especie de salafismo cristiano que pretende llevar a la sociedad del siglo XXI a la época de la Inquisición.

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