Vox es el partido negacionista de la violencia de género. Su negación de esta lacra la escudan en el eufemismo «la violencia no tiene género» y para ello manipulan cifras de denuncias falsas, afirman que las mujeres también maltratan a los hombres en los mismos niveles y otras muchas falacias.
Las asociaciones de defensa de los derechos de la mujer llevan tiempo alertando de que España está viviendo una alerta humanitaria y social. En concreto, no paran de denunciar el aumento «visceral» de mujeres asesinadas y de crímenes machistas, casualmente, está coincidiendo con la entrada de Vox a las administraciones públicas, ya que, como indicó Ana María Pérez del Campo, fundadora de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, este incremento de los asesinatos es consecuencia de que «se está alentando» al machismo.
Negacionismo patológico
Vox continúa cuestionando la propia existencia de la violencia de género y su entrada en las instituciones está demostrando que en España aún hay millones de ciudadanos que no están comprometidos con la lucha contra esta lacra social.
Acabar con los asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres o de sus hijos e hijas es un asunto en el que todos deberían estar implicados, sobre todo desde los partidos políticos que no deberían vender su dignidad democrática y sus valores de respeto a los derechos humanos por mantener el sillón de mando en ayuntamientos y comunidades autónomas.
El Partido Popular, que mantiene el poder en Madrid, Murcia o Castilla y León gracias al apoyo de Vox, debería tener en cuenta que uno de los primeros deberes de un gobernante es la defensa de la seguridad del pueblo. No hacerlo, sobre todo permitiendo el incremento de los asesinatos o incluyendo los caprichos machistas de Vox en las leyes aprobadas es un abandono irresponsable del deber e, incluso, un elemento que acerca al perjurio para aquellos que juraron o prometieron la Constitución, un texto que Vox dice defender cuando se trata de la unidad de la patria pero en el que, realmente, no cree.
El negacionismo cala
El negacionismo de la violencia de género por parte de Vox cada vez cala más en una parte de la sociedad. No tienen más que leer algunos comentarios a las noticias de Diario16 en los que se demuestra la abducción de las mentes por el discurso populista y de odio de la ultraderecha.
Este discurso no sólo es miserable, sino que está provocando que muchas mujeres víctimas se sientan aún más reticentes a denunciar el maltrato físico o psicológico por miedo a encontrarse con personas en la administración que comulguen con las teorías negacionistas.
Si ya existía miedo a la denuncia entre las víctimas antes de la llegada de los de Santiago Abascal a las instituciones; si a las víctimas se las revictimizaba en la Administración de Justicia al cuestionar las denuncias; si hay juzgados en los que se deniegan más del 90% de las órdenes de protección, ¿qué no pasará ahora con los ultras negacionistas del terrorismo machista en las instituciones? La respuesta es que el discurso de Vox calará de tal manera que trasladará una sensación de impunidad a los maltratadores y los terroristas machistas que, indefectiblemente, aumentará el número de asesinatos, tanto de mujeres como de sus hijos e hijas.
Incremento negacionismo en los jóvenes
Desde que Vox está en las instituciones, el negacionismo de la violencia machista en los más jóvenes se ha disparado en España. La realidad es que, incluso, un 20% de las personas entre 15 y 29 años consideran que la violencia de género es un «invento ideológico», es decir, el mismo argumento utilizado constantemente por el partido, dirigentes y parlamentarios de Vox.
Además, según el Barómetro Juventud y Género realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, se está incrementando el número de jóvenes que piensa que si la violencia contra la mujer es de baja intensidad no existe ningún problema.
Los expertos consideran que la formación es una de las herramientas fundamentales para acabar con la violencia de género. Mientras desde diferentes organismos se está invirtiendo en que, desde las edades más tempranas, se forme a las nuevas generaciones en unas relaciones de pareja igualitarias, desde la extrema derecha se fomenta lo contrario, acusando de que este tipo de acciones formativas es meter cuestiones ideológicas en colegios e institutos.
En consecuencia, el negacionismo de Vox es una forma de violencia de género y sus argumentos son un modo de instigación a la misma. Las consecuencias son muy graves porque no se trata de la estigmatización de una parte de la población, sino de la protección de la vida del otro 50%. El negacionismo es un modo de justificación de la violencia machista y, por tanto, una manera de ejercerla.
