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Diletantes sin horizonte

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Llevo una semana conteniendo mi fárrago político, no he querido sacar aquí nada nuevo sobre el tema de nuestro tiempo porque uno sólo pude decir siempre lo mismo y, al menos, divertido es escribir (perdón) pero leer lo mismo una y otra vez es un coñazo y ya empezamos a estar hastiados… ¿o nos hastían?

Lo primero que me planteo es ¿por qué es tan trágico votar a menudo? ¿Por qué debería cansarnos sobremanera? ¿Realmente es un coste relevante para el Estado? No entro en esa divina estabilidad que ansían los mercados, supongo que preferirán dictaduras como Dios manda. Los medios de comunicación estamos todo el tiempo trasladando la idea según la cual repetir elecciones es poco más que una tragedia democrática… ¡cómo para pedir una participación directa de la ciudadanía! Me huele a que alguien desliza contenidos y crea opinión, y no precisamente benevolente con lo del “gobierno del pueblo”…

Lo segundo es ¿cómo ha vuelto el PSOE a un nivel de hipocresía política tan exagerado en tan poco ejercicio de Gobierno? Tocar es poder es constatar sus limitaciones, de acuerdo. Pero el cinismo, en el sentido peor del término, se alcanza cuando uno termina confundiendo su persona con lo abstracto de las instituciones. No hay alternativa a lo que voy a decir y siento ser taxativo: Si ganas y necesitas a otro para gobernar, no vas a hacerlo a cualquier precio pero eres tú quien debe ofertar y ceder algo para estabilizar al país, ése es el mensaje democrático y no otro. Cambiar ofertas, esperar a sondear qué te dicen, controlar los tiempos para ver encuestas, convocar elecciones a mayor gloria de las esperanzas… me pregunto si el votante a los socialistas (no el de partido) va a ser tan “permisivo” como para participar de esta degradación intelectual, a ver si la culata no es la salida de semejante tiro electoralista.

Lo tercero, y conste que Pablo Iglesias no es precisamente el Presidente de Comunidad que me gustaría sufrir, ¿cómo es posible una campaña tan burda y permanente contra lo que representa? Que la hagan los periódicos tradicionalistas o las televisiones rancias: vale, pero que sean más beligerantes y poco finas en el trazo los tabloides y las emisoras guays de lo que atinadamente, reconozcámoslo, llaman los reaccionarios el “mátrix progre”, ahora idolátrico de Carmena y elevador de Errejón, no lo termino de comprender. Porque dividen y perderán y lo saben, creo, lo saben y por tanto hay algo de suicidio voluntario disfrazado de compromiso: o ganamos y lo tenemos todo o, perdiendo, también ganamos.

Lo cuarto: han conseguido hacernos creer nuestra estupidez. Claro que existe la pluralidad y claro que se puede gobernar simultaneando visiones distintas y es un signo de madurez política, el discurso del sueño de Sánchez es la versión paupérrima del chabacanismo político más ramplón, dirigido al intestino grueso del “corpus democrático”. Sin más.

Lo cabreante de las elecciones no son las elecciones sino que disfracen de democracia esa degradación de lo público que ha convertido a la política en la salida profesional de una gran cantidad de diletantes sin horizonte. Cuidado, estamos convirtiendo este sistema, que no es malo del todo, en una verruga extirpable del cuerpo del Capital, y lo están(mos) haciendo degradarse sin control y sin responsabilidad con la colaboración exclusiva y… (el adjetivo que se me ocurre es demasiado fuerte) de la prensa.

Al periodismo actual quizá le pasa un poco como a los maestros, haber hecho carreras universitarias en las que no se estudia apenas te faculta con la posibilidad de unas responsabilidades para las que no estás preparada. Basta poner Antena 3 u oír la SER o la pobre RNE (sálvense los programas culturales, verdadero servicio público y con altura), sin entrar en la bazofia evidente… Nos hundimos democráticamente porque así lo requiere el pseudoliberalismo del beneficio dirigido a la consecución estúpida del lujo. Y tú, querido o amada periodista, cuando politiqueas baratamente jugando a diosecillo subsidiario del Gran Cabrón, demostrando una falta absoluta de cultura en todos los terrenos, incluido el político, eso cuando no estás ufana de ser barrigaplena total, colaboras con un futuro que yo, enfilando el último tramo de mi vida, desprecio profundamente y empiezo a temer lo peor (y me entristece) para mis descendientes. Lo siento, tenía que decirlo empero.

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