Foto: Twitter @CuartaOla

Ingrid Escamilla, de 25 años, fue asesinada presuntamente por su pareja tras haber denunciado que era víctima de amenazas, a lo que las autoridades hicieron caso omiso. El pasado domingo, el asesino la esperaba en su casa de la colonia Vallejo, al norte de la Ciudad de México, donde la apuñaló hasta acabar con su vida. Pero, ¿qué tiene de particular este suceso, en un país donde en el último año se registraron casi 4.000 feminicidios?

El eco social vertido sobre este asesinato machista se debe, en gran parte, a la ola de indignación generada por la difusión de fotos del cadáver de Ingrid acompañadas de titulares e informaciones sensacionalistas en numerosos medios y redes sociales, sumados al hartazgo de la población por el incesante azote de los crímenes machistas y la inseguridad existente en el país mexica.

Miles de personas salieron a la calle de la capital mexicana y otras ciudades para exigir justicia para las mujeres de un país que tipifica los crímenes machistas en feminicidios y homicidios dolosos. El clamor llegó hasta el Palacio Presidencial, donde colectivos feministas y otras organizaciones se agolparon con letreros y pancartas para decir “basta ya”. En 2019, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se registraron 976 feminicidios y 2.819 homicidios dolosos, que traducido resultarían 3.795 mujeres asesinadas.

En este sentido, Lucía Lagunes, directora de la asociación civil Comunicación e Información de la Mujer AC (CIMAC), especializada en temas de género, en declaraciones a la BBC, consideró que el asesinato de Ingrid Escamilla “hay que entenderlo en un contexto en el que la violencia de género se ha vuelto un fenómeno cada vez más extendido en México”. Y aseguró que, en las reacciones ante el presente suceso, “inciden varios factores acumulativos que van desde el incremento de los feminicidios en los últimos años en México a la incomodidad ante la falta de políticas públicas que ayuden de forma efectiva a combatir la violencia de género”.

Respecto al contexto en el que se da este nuevo caso de asesinato machista, la abogada especializada en temas feministas, Edith López, explicó a BBC Mundo que “para entender la indignación que ha provocado el caso es preciso comprender [….] que estamos en un momento en el que el movimiento feminista en México no solo se ha consolidado, sino que también han ocurrido acciones a nivel de gobierno que han llevado a mucha a fortalecer su lucha”. Como ejemplo, la intención de la Fiscalía de México de cambiar el protocolo de investigación del feminicidio, sobre la que recientemente, el fiscal general Alejandro Gertz anunció el deseo de su cartera “de modificar la tipificación de feminicidio y solo mantener la de homicidio, que incluiría indistintamente los delitos contra hombres y mujeres en el Código Penal”. Esto no solo ralentizaría el proceso judicial sino que invisibilizaría la verdadera causa de estos asesinatos: el machismo y su violencia impune.

Presidentes de la República federal de los feminicidios

Durante los casi tres lustros que suman los mandatos de Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón Hinojosa y Andrés Manuel López Obrador (AMLO), las cifras de crímenes machistas han sido y siguen siendo alarmantes.

En el caso del actual presidente de México, ante la última oleada de indignación feminista, declaró que “estamos atendiendo el problema de los feminicidios y celebramos que las mujeres defiendan su derecho a la seguridad”; a la par que se conocían los 4.000 asesinatos de mujeres en su primer año de legislatura. AMLO, que llegó a la presidencia a finales 2018, prometió en su campaña acabar con las desigualdades y luchar contra todo tipo de violencias, limitó en 2019 las ayudas a menores y víctimas de la violencia machista, además de cerrar el grifo presupuestario a organizaciones que emprendían programas de protección de mujeres de violencia machista.

Por su parte, Calderón, tildado por los sectores feministas como “el presidente del feminicidio”, estuvo en el poder desde diciembre de 2006 a noviembre de 2012, concluyó su periodo legislativo con 102.859 feminicidios. Sin embargo, al presidente de los feminicidios lo superó su sucesor, Peña Nieto, con un sexenio (diciembre 2012 a noviembre de 2018) donde se registraron 124.654 homicidios dolosos y 2.486 feminicidios, que a lo sumo resultan 127.140 asesinatos de mujeres.

AMLO, una constante de hipocresía

En Diario16 ya informamos de cómo el gobierno de AMLO había retirado la seguridad a Lydia Cacho, la periodista amenazada de muerte por aquellos a los que denunció como tratantes de seres humanos y de menores. La actitud del Estado mexicano hacia Lydia Cacho provocó que el gobierno de AMLO tuviera que realizar un acto de disculpa pública tras la condena por parte de la ONU a México por las violaciones a los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho, quien fue violentada en su libertad de expresión, para después ser detenida arbitrariamente y torturada.

El activismo y la lucha por los derechos y libertades de las mujeres en México, así como en tantos otros países de Latinoamérica, supone un alto riesgo para la integridad de muchas mujeres que sufren la persecución, el abuso y, en el más grave de los casos, el asesinato por el mero hecho de defender lo que les pertenece y un día les arrebató el sistema capitalista y patriarcal.

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