Durante una audiencia en el Senado de los Estados Unidos, en el marco del Comité de Relaciones Exteriores, celebrada el pasado jueves, el Senador Ted Cruz planteó una pregunta a la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, sobre la destrucción del gasoducto Nord Stream 2.
Concretamente, el senador preguntó a la subsecretaria de Estado si la legislación, que estaba destinada a imponer sanciones contra el gasoducto Nord Stream 2, que no salió adelante, habría podido detener el conflicto.
La respuesta de Nuland fue, literalmente: «Al igual que usted, estoy -y creo que la administración también- muy satisfecha de saber que Nord Stream 2 es ahora, como le gusta decir, un trozo de metal en el fondo del mar». También apuntó que había estado en contacto con Rusia en negociaciones previas al conflicto para intentar prevenir la guerra.
En este contexto, explicó que el presidente de Rusia, Putin, «estaba obligado y decidido a ir a Ucrania» y que «cortar el Nord Stream 2 en enero no habría sido decisivo para él».
La investigación sobre las explosiones del Nord Stream 2 sigue su curso, y por el momento, no se han encontrado indicios que apunten a que hubiera tenido algo que ver en ello Rusia, como se afirmó en un primer momento por parte de líderes europeos, como Úrsula Von der Leyen. Esta semana, el director del gasoducto desveló que hay información que apunta a la participación de Estados miembro de la OTAN en las explosiones y, sin apuntar de manera clara, insinuó que Reino Unido podría tener algo que ver con los atentados.
Sin embargo, desde la Administración norteamericana afirman que es muy complicado determinar la autoría de las explosiones.
Cabe recordar que en el momento de producirse las explosiones, desde la Administración Biden se consideró como una «tremenda oportunidad» que permitiría a los países de la Unión Europea independizarse del suministro de gas ruso.
