La intervención de Rodríguez Zapatero y los dos ex presidentes que conforman la comisión de mediación de Paz en Venezuela, dieron su primer éxito negociador.

La decisión de la justicia venezolana de enviar a Leopoldo López a cumplir la condena en su casa- mansión, ha generado todo tipo de interpretaciones y especulaciones políticas. Los voceros gubernamentales lo interpretan con un gesto humanitario de buena voluntad y que al mismo tiempo no alienta la impunidad. Los sectores que apoya al gobierno desde posiciones más radicales interpretan la actitud como una claudicación, mientras que la derecha opositora como una victoria propia.

Lo cierto es que la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) otorgó este pasado viernes arresto domiciliario a Leopoldo López, quien cumple una condena de casi 14 años de prisión por delitos de instigación pública, daños a la propiedad, incendio y asociación para delinquir, cometidos durante la ejecución del plan insurreccional La Salida, en 2014.

La medida humanitaria, contenida en ponencia del presidente del máximo juzgado de la República, Máikel Moreno, se debe a «que existían serios señalamientos de irregularidades sobre la distribución del expediente a un Tribunal de Ejecución», y «en virtud de información recibida sobre la situación de salud» de López, indica el TSJ en boletín de prensa.

En febrero de 2014, López —también participante del golpe de Estado del 11 de abril de 2002— activó el plan insurreccional La Salida y llamó a la oposición venezolana a tomar las calles de Caracas y las principales ciudades de Venezuela «hasta que se vayan quienes nos gobiernan».

Esta conspiración dejó 43 venezolanos asesinados, 800 heridos y daños materiales incuantificables, como la quema de centros de salud, universidades y casas de estudios, unidades de transporte público y centros de distribución de alimentos.

Ante la presencia de los delitos de instigación pública, daños a la propiedad, incendio y asociación para delinquir, López fue sentenciado en septiembre de 2015 a cumplir una pena de 13 años, nueve meses y siete días de prisión.

López, representante del partido de ultraderecha Voluntad Popular, se entregó a las autoridades el 18 de febrero de 2014. Hasta este viernes cumplía su condena en el Centro Nacional de Procesados Militares en Ramo Verde, estado Miranda.

El defensor del Pueblo Tarek William Saab, durante una rueda de prensa indicó este sábado. El pueblo venezolano reclama en los actuales momentos un «debate democrático, diálogo, concordia, reunión y una salida a los problemas que vive el país sin llamados a golpes de Estado».

Reiteró que en Venezuela funciona la institucionalidad democrática, y, con base en ello, se atienden las peticiones de familiares y abogados de detenidos. De esta manera se refirió al arresto domiciliario otorgado al dirigente de derecha Leopoldo López por razones humanitarias. La decisión judicial era el tema de comentarios en toda Venezuela, en la Plaza Bolívar donde está el llamado punto rojo o esquina caliente, lugar de encuentro de los chavistas, muchos de los comentarios eran de preocupación ante la decisión judicial, inclusive algunas veces hablaban de claudicación por parte de la justicia.

El Analista Político venezolano radicado en España, Ramón Maceiras declaró a Diario 16: “Es una medida incompleta. La presión interna e internacional ha hecho que López salda de prisión. El régimen cede y lava su cara. Le da aire a Zapatero, quien estaba muy desacreditado y acepta a López como un elemento más en la negociación de la era post Maduro.”

Mientras que en Venezuela el colectivo más importante -después del PSUV- la organización Tupamaro, advertía en un Tweet “¡El pueblo nunca olvida ¡Podrá ver casa por cárcel a Leopoldo López! Pero su conciencia asesina estará tras las rejas.”

 

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