Los planes de Pablo Casado para que Bruselas sancione a España por la situación de degradación que vive el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) van camino de verse truncados. El anuncio de Pedro Sánchez de aparcar por el momento la reforma exprés del máximo órgano de gobierno de jueces y magistrados fue un as oportuno que el presidente del Gobierno se sacó de la manga durante el debate de la fallida moción de censura de Vox. Si minutos antes Casado había destrozado la hoja de ruta de Santiago Abascal con su supuesto discurso antifascista, con la invitación al diálogo Sánchez desbarató toda la estrategia, complots e intrigas que el PP casadista ha estado tejiendo en las últimas semanas, laboriosamente, en colaboración con su agente especial en Bruselas, Dolors Montserrat.
En las últimas semanas Casado había alimentado la leyenda negra española, el bulo de que nuestro país no respeta la separación de poderes porque en Moncloa hay un señor que es clavado a Nicolás Maduro, un peligroso chavista cuya máxima aspiración es controlar el Poder Judicial e implantar el comunismo en España. Pero el infundio no ha colado entre los jerarcas de la UE. Ayer mismo, la Comisión Europea se pronunciaba al respecto al asegurar que ve con buenos ojos el nuevo escenario político que se ha abierto en nuestro país tras la invitación de Sánchez a retomar las conversaciones. “Tomamos buena nota del anuncio del presidente español, la Comisión ha expresado una clara posición sobre la propuesta al pedir que se garantice que el CGPJ no es percibido como vulnerable a la politización. En este contexto, suspender la propuesta y permitir más consultas es un paso en la buena dirección”, indicó en rueda de prensa el portavoz comunitario de Justicia, Christian Wigand.
En cualquier caso, Wigand espera recibir “en las próximas semanas” información adicional sobre la situación, tal como el comisario de Justicia, Didier Reynders, solicitó el pasado miércoles a la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en una conversación telefónica informal mantenida a petición de la jefa de la diplomacia española. En las últimas semanas, Reynders y González Laya han intercambiado opiniones y propuestas sobre la necesaria reforma del Poder Judicial en un intento del Gobierno español por pasar a la ofensiva y contrarrestar el montaje casadista. La partida de ajedrez se está librando en estos momentos y lo que se juega es nada más y nada menos que los 140.000 millones de euros adjudicados a España en ayudas para la reconstrucción por la pandemia, un maná que podría ser cancelado si nuestro país no cumple con los compromisos europeos. Los movimientos son tan sigilosos, es tal la desconfianza entre Sánchez y Casado, que González Laya nada dijo a Reynders sobre la carta ganadora que Sánchez tenía guardada en la manga y que sacó horas después, durante el debate de moción de censura en el Parlamento. La ministra guardó silencio precisamente por miedo a que la noticia se filtrara, llegara a oídos de Casado y el golpe perdiera efecto. Según ha trascendido, Laya ha trabajado estos días para tranquilizar a las autoridades europeas (preocupadas por el “gallinero español”) y para transmitir la idea de que nuestro país está muy lejos de ser un estado autoritario, tal como mantiene el PP, mostrando la cara más dialogante del Gobierno de Madrid. Hasta tal punto es la predisposición de Moncloa a corregir errores que la propia ministra se mostró “abierta a la discusión y a escuchar las opiniones de la Comisión Europea” sobre la despolitización de la Justicia española. Diplomacia en estado puro.
Así es como se ha desactivado, de momento, la bomba de Casado y Montserrat. Aunque también ha contribuido a desmontar las conspiraciones europeas del líder del PP el hecho de que Bruselas haya publicado hace apenas dos semanas su primera evaluación sobre la situación del Estado de derecho en cada socio de la UE. Por lo que respecta a España, las autoridades comunitarias no han detectado “riesgos graves en su sistema democrático”, aunque alertan de que la situación del CGPJ es un “desafío” que se debe afrontar. Sin duda, otro varapalo para el líder popular.
Tras el anuncio que el presidente Sánchez hizo en la Cámara Baja, las derechas quedaron descolocadas en su intento por hacer de la batalla de Bruselas un golpe certero para derrocar al Gobierno de coalición. Resulta evidente que con su propuesta para detener el reloj y dar una oportunidad a la negociación con el PP en la renovación de los altos cargos del CGPJ, Sánchez ha conseguido colocar la pelota en el tejado de Casado. Ahora bien, la gran pregunta es: ¿qué piensa hacer el Partido Popular? ¿Va a abandonar su política de bloqueo sistemático o va a sumarse por fin a la renovación de los vocales del Poder Judicial, tal como ordena la Constitución?
En cualquier caso, las palabras de los comisarios europeos no han debido gustar a Casado, que se las prometía muy felices con su plan para reventar la imagen del Gobierno Sánchez en las instituciones europeas. El líder popular daba por segura la apertura de un expediente con advertencia de sanción, como ya les ha ocurrido a “estados gamberros” exsoviéticos como Polonia y Hungría, a los que Bruselas ha amenazado con cancelar las ayudas si no se ponen al día en el respeto a los derechos fundamentales. España no es un estado comunista, tal como pretende hacer ver Casado, pero esa mala imagen empezaba a calar en las altas esferas de la UE. Por supuesto que la Administración de Justicia de nuestro país sufre graves carencias y fallos en su funcionamiento interno y que se impone una reforma en profundidad no solo de sus órganos de gobierno sino de la ley de planta de juzgados y tribunales, así como de la Fiscalía General del Estado, para dotar de mayor eficacia y medios a uno de los tres pilares fundamentales del Estado de derecho. Pero de momento las instituciones funcionan. Mal que le pese a Casado.
El Sr. Casado no debe tener madre, por que la sacrificaría por obtener el poder. De momento, intenta sacrificarnos, al Pueblo, para obtener réditos políticos.
Jajajajaja!!
Sánchez no ha vendido a toda su familia, política y apolitica …. qué va!!!
Cuánto fanatismo político! Qué lástima país
El movimiento se demuestra andando. Si unos y otros creen realmente en la democracia, que sean elegidos los miembros del CGPJ por los propios jueces, el 100%.
…, pues seguro que va a ser que no. No vaya a ser que a algún juez le dé por imputarles