Entre las diferentes pruebas que se están realizando por distintos países del mundo, una de momento podría arrojar luz sobre la respuesta al COVID-19.
Se trata de el tratamiento experimental que ha realizado la compañía china Sinovac y que se basa en utilizar un virus inactivado de forma química para hacer reaccionar al sistema inmune. Las primeras pruebas se han realizado ya en macacos y los resultados se han publicado en «bioRxiv».
Fueron ocho los macacos vacunados, con dosis diferentes. Siete días después de haber sido vacunados ninguno de ellos había desarrollado la infección de manera completa. Los investigadores afirman no haber encontrado rastro de carga viral en la faringe o en los pulmones de los macacos vacunados con las dosis más altas. Sin embargo sí la encontraron en los que habían sido vacunados con dosis menores. Los que no habían sido vacunados, pero sí infectados, habían desarrollado una alta carga viral y neumonía severa.
Sin embargo, a pesar del optimismo de los investigadores, estos estudios hay que tomarlos con precaución pues todavía queda llevarlo a cabo en humanos, y no siempre da los mismos resultados. Y es que, los macacos concretamente no son «un modelo perfecto para emular la infección y la enfermedad en humanos», apuntan en ABC.
Se espera tener más información sobre los resultados de esta prueba durante el verano, después de que en mayo comiencen las pruebas a 144 personas voluntarias.
