La EPOC es una enfermedad crónica, progresiva y sin tratamiento curativo que causa 50 muertes diarias en España, siendo el tabaco su principal causante.

El principal factor de riesgo es el tabaco y, por tanto es, una enfermedad prevenible. A pesar de ello, un 23% de la población española es fumadora y la franja con mayor porcentaje de fumadores, un 33%, se sitúa entre los 25 y los 50 años.

Al mismo tiempo, fumar es un factor desencadenante de la EPOC, es decir, un factor que empeora la EPOC y puede causar una exacerbación, o reagudización, de los síntomas, y provocar una hospitalización. Sin embargo, entre el 40 y el 55% de los pacientes diagnosticados de EPOC continúan fumando. “Dejar de fumar es lo mejor que se puede hacer para proteger los pulmones y, si ya se sufre EPOC es fundamental dejar de fumar para evitar que los síntomas de EPOC empeoren”, explica el Dr. Juan Antonio Riesco, coordinador del Año SEPAR 2015-2016 de la EPOC y el tabaco.

Ante estas cifras, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) a través de la iniciativa Año Separ 2015-2016 de la EPOC y el tabaco que tiene entre sus objetivos concienciar a la población en general y muy especialmente a los fumadores de los riesgos para la salud del tabaco

“Si un paciente ya sabe que padece EPOC, el primer paso es dejar de fumar para retrasar la progresión de la enfermedad y, en este caso, también se puede pedir ayuda al neumólogo”, añade el Dr. Juan Antonio Riesco

La EPOC tiene dos manifestaciones y en ambas el tabaco tiene un papel fundamental. Por un lado, se produce un enfisema pulmonar: los pulmones se van destruyendo poco a poco, los alveolos se deterioran reduciendo la cantidad de oxígeno que llega a las células y aumentando la sensación de ahogo. Por otra parte, en la bronquitis crónica: el humo del tabaco provoca que la capa interna de los bronquios esté constantemente inflamada e irritada provocando una secreción excesiva de mucosidad que obstruye las vías respiratorias.

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