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Una residencia de mayores de Tenerife mantenía a todos los residentes “chutados” para que no molestasen

Un informe sobre las residencias de mayores en Canarias desvela que en varias de estas instalaciones se han encontrado con sarna, ratas, chinches y falta de atención en centros de mayores en Canarias: “La conmoción es indescriptible, ya que no se quiere ver lo que ocurre dentro”, por desgracias tampoco en el resto de España

Agustín Millán
Agustín Millánhttp://pompona22.wixsite.com/agustinmillan
Foto periodista especializado en manifestaciones y actos sindicales. Desde 2011 fotografiando la crisis más dura de la historia moderna. Responsable de redes sociales de la Cumbre Social España. Fotógrafo con 5 campañas electorales entre ellas la de Manuela Carmena y la de Enrique Santiago en IU Madrid.
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análisis

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Un informe sobre las residencias de mayores en Canarias desvela que en varias de estas instalaciones se han encontrado con sarna, ratas, chinches y falta de atención en centros de mayores en Canarias: “La conmoción es indescriptible, ya que no se quiere ver lo que ocurre dentro”, por desgracias tampoco en el resto de España.

“En un centro notamos que los residentes no hablaban, nadie hablaba. Al día siguiente, haciendo una toma de datos nos dimos cuenta de que los tenían a todos chutados, con medicación. Quietos, no hablan, no dicen nada, no molestan, ¡ya está!», ha narrado Milagros Fuentes, Adjunta a la Diputación del Común y autora de un informe extraordinario sobre las residencias de Canarias.

Desolación

Pero hay más, “visitas médicas de año en año, contratos mercantilistas, personas mayores atadas a sus camas sin protocolo que lo regule, ausencia total de intimidad y de inspecciones y hasta cocinas con espacios abiertos utilizados, literalmente, como vertedero de los propios desechos de esas cocinas”, puede leerse en el informe.

Informe sobre la residencias de mayores

La Diputación del Común elaboró un informe extraordinario un mes antes de la irrupción del coronavirus avisando de la grave situación en que se encontraban las residencias en Canarias.

En ese informe se constata la convivencia de los residentes con ratas y cucarachas en las cocinas, chiches en los colchones e incluso brotes de sarna recurrentes según se puede leer en las actas de algunas de las residencias.

La investigación la realizó la Adjunta a la Diputación del Común para la protección de los derechos de las personas mayores en 2019, realizando 25 visitas a centros de Gran Canaria, La Palma, Lanzarote y Tenerife con una duración aproximada de una hora y 45 minutos cada una.

Las entrevistas se realizaron de forma aleatoria, para inspeccionar las diferentes residencias en las islas, con diferentes números de plazas para mantener proporción y equidad. 

Invitada a abandonar una residencia

“Mientras unos recursos residenciales han mostrado una esmerada colaboración, en otros se han sucedido momentos de absoluto desprecio a la labor desarrollada”, ha desvelado la Adjunta en el informe, que fue «invitada a abandonar una de las residencias que visitó en Tenerife”.

Visitas médicas de año en año

“Según la propia información de los centros, las visitas médicas se distancian casi en un año y, en caso algún episodio agudo únicamente acuden los profesionales de urgencias”, devela el informe, señalando que “la atención médica que reciben los residentes no es real ni acorde con las necesidades de las personas mayores.

Resulta indescriptible la conmoción que produce encontrar esta falta de higiene y salubridad en los centros, sin ser detectada por las administraciones encargadas de inspeccionar y velar por el funcionamiento en los recursos para personas mayores, y, a su vez, sin ser desvelada por familiares u otras personas que accedan a las instalaciones. Apelamos a la responsabilidad social de trabajar por un mínimo de bienestar de las personas mayores”, se lee en el informe de la Diputación del Común.

El informe de los horrores

Visitas médicas de año en año, contratos mercantilistas, personas mayores atadas a sus camas sin protocolo que lo regule, ausencia total de intimidad y de inspecciones y hasta cocinas con espacios abiertos utilizados, literalmente, “como vertedero de los propios desechos de esas cocinas”, puede leerse en el informe.

Estos datos recogidos por la letrada Milagros Fuentes y el equipo de la Diputación del Común está en manos del Parlamento desde noviembre y sin embargo, ni siquiera han dado fecha a la Diputación del Común para presentarlo en la Cámara.

“Baños con evidentes signos de suciedad, dos brotes de sarna, infestaciones por chinches en los colchones, comedores con restos de comida durante horas, colillas amontonadas en las puertas”, detalla el informe.

Personas mayores en fila para comer

La Diputación del Común también denuncia “una ausencia total de intimidad” y un bajo nivel de inspecciones. También detalla escenas terribles como “personas mayores en fila india en estrechos pasillos para acceder a comedores, -alguno con restos de comida pasada más de una hora”-.

Personas que comen solas

“Personas que comen solas, en un rincón del salón, sin interacción y de espaldas al resto de la actividad del centro, personas que se mantienen con manchas de restos de comida, sin cambios de ropa salpicada durante el resto de la jornada”, dice literalmente el informe. 

Humedades en las habitaciones y hasta cocinas con espacios abiertos utilizados, literalmente, como vertedero de los propios desechos de esas cocinas”.

Falta total de intimidad

«La mayoría de las habitaciones son de uso compartido», explica, señalando la ausencia de la intimidad. Todos los centros deben contar con un expediente individual de cada uno de los residentes que, además de disponer de toda la documentación personal, social, sanitaria contenga el plan individual de atención con la valoración e intervención en la capacitación individual.

“Cinco centros ponen de manifiesto que sus expedientes son una mera carpeta con documentación de las personas, sin valoraciones profesionales y, por ende, sin seguimiento y evolución de la promoción de la autonomía personal”. 

Falta total de rigor en el personal

“Plantillas personales incompletas denotan falta de rigor, sin evaluación y seguimiento profesional, realizando las labores de manera improvisada. El comentario de una auxiliar de geriatría de “hacemos un mero papel”, es un triste epilogo a lo que acabamos de contar.

Hay que tener el corazón muy duro para aguantar estas situaciones.

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