Una, Grande, Libre y ojalá en Paz

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Este pasado lunes se ha celebrado el día escolar de la no violencia y la paz. El objetivo de este día es la educación en y para la tolerancia, la solidaridad, la concordia, el respeto a los Derechos Humanos, la no-violencia y la paz.

En la clase de mi hija, de tres años, trabajaron con una canción este día, entre sus versos se encontraba lo siguiente:

«con la U, yo juego a ser tú, somos iguales tú y yo, y yo y tú… PAZ te digo, mundo dime PAZ».

Pregunte a Gadea, mi hija, qué había aprendido ese día, y me dijo: «que me tengo que llevar bien con todos mis compañeros y que todos somos iguales».

Entonces pensé, esto estarán enseñando a los niños en Cataluña, País Vasco, Navarra, es decir en todas esas partes de España donde se empeñan en que todos no seamos iguales.

Por desgracia estoy casi segura que no.

Es imposible que tengamos un país fuerte cuando en parte de nuestro territorio se educa en la desigualdad, la diferencia, el odio hacia lo que no es ese territorio.

Cuando la tolerancia por lo diferente se acaba en la frontera de la comunidad autónoma.

Cuando la solidaridad no es como repartir mejor los recursos entre todos, para conseguir una sanidad, educación, servicios sociales de calidad e iguales para todos, sino pedir más recursos para invertir en propaganda separatista, embajadas autonómicas, etc.

Cuando la concordia se acaba en el momento que no te permiten pasarte por alto la Constitución española, a la cual abogas cuando te beneficia una sentencia del Tribunal Constitucional.

Cuando no se busca la no-violencia, sino que por el contrario, se enaltece la violencia con la quema de banderas, ataques a representantes públicos. O se permite que asesinos se vean beneficiados sin si quiera exigir unas disculpas por el daño causado.

Cuando no se educa para la paz entre territorios de un mismo país, sino que se inculca el odio por lo español. Porque claro debemos de evitar conflictos con otros países pero con el nuestro no.

Esto es lo que por desgracia está sucediendo en nuestro país, donde la calidad de la educación no es igual en todas partes y además los principios básicos de convivencia tampoco.

Tan difícil es entender que así no conseguimos un país mejor, que así no conseguimos una sociedad más avanzada sino que damos pasos atrás hasta tiempos barbaros donde los pueblos luchaban por territorios no por una mejora social.

La España que yo quiero debe ser UNA, GRANDE y LIBRE.

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Ana Rosa Quintana nació el 4 de Agosto de 1978 en Santander, viviendo desde hace años en Marchamalo, Guadalajara. Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Ingeniera Técnica Agrícola con Máster en Ciencias Farmacéuticas. Siempre preocupada y desarrollando labores de Investigación y Desarrollo, donde cree que está el futuro de España. Se afilió a UPYD el 10 de Julio de 2013, considerándose un ejemplo de aquellos ciudadanos que siempre han sido de UPYD. Inició su militancia en Marchamalo, siendo luego vocal del Consejo Local de UPYD en Guadalajara. Participa desde su inicio en el Grupo de Expansión Provincial de Guadalajara dedicada a la Formación y miembro del equipo de Concejales de UPYD de Castilla la Mancha. Actualmente miembro del Consejo de Dirección de UPYD y Responsable de Organización Nacional. Participa como colaboradora en el programa "Sin Complejos" en Es Radio. Madre a tiempo completo de su hija Gadea. Por respeto a ella y a sus mayores, decidió convertirse de ciudadana comprometida a ciudadana Política estando convencida que UPYD es el instrumento adecuado para devolver el control de la política y la gestión de la cosa pública a los ciudadanos. Todos los días se enfrenta no solo con ilusión, entusiasmo y pasión a su compromiso con los ciudadanos, sino también con la necesaria profesionalidad y mesura. Entiende que es indispensable regenerar la democracia en todos los niveles, sea ello desde las instituciones o desde fuera de ella, acabar con la corrupción ética imperante hoy y desde hace demasiados años en su gestión, devolver a la política la honestidad y transparencia que se merece y que merecen todos los españoles. Es consciente que solo así y en contacto diario con los ciudadanos de a pié, se podrá trabajar eficaz y eficientemente a favor del bien común, recuperando la solidaridad perdida y devolviendo la prioridad a la educación y la sanidad en todos los rincones de España. Cree que solo así se podrá luchar contra la desigualdad, acabar con insultantes privilegios y el despilfarro y poder emprender la senda de la recuperación de puestos de trabajo y el crecimiento económico.

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