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Una candidata al Premio Princesa de Asturias de la Concordia pide ayuda a Pedro Sánchez para recuperar la custodia de sus hijas

Se llama Elena Ramallo. También está nominada a la Medalla del Mérito al Trabajo en Igualdad. La más pequeña sus hijas, de 10 años, se encuentra "en una situación traumática, que afecta gravemente a su estabilidad mental y emocional, con crisis de ansiedad y desde hace un año y medio verbalización de tendencia suicida". En la segunda huída de casa de su progenitor llegó a dejar una carta de despedida, si bien fue encontrada con vida a las pocas horas

Juan Carlos Ruiz
Juan Carlos Ruiz
Periodista y Licenciado en Ciencias de la Información
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análisis

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La historia de Elena Ramallo bien podría inspirar un libro o una película. Esta madre, doctora en el ámbito del Derecho, investigadora, divulgadora académica y profesora, ha sido nominada por sus trabajos y estudios en la lucha contra la violencia y por los Derechos Humanos de las mujeres y menores, a los Premios Princesa de Asturias -categoría Concordia- y a la Medalla del Mérito al Trabajo -categoría Igualdad- por la investigación sobre los derechos laborales de las víctimas de violencia machista.

Hace unos días, Diario 16 se hacía eco de la lucha de Elena, después del segundo episodio relacionado con la desaparición de su hija pequeña, en la parroquia de Bergondo, La Coruña. La menor permaneció, casi 24 horas, escondida en un cementerio, «por miedo a volver con su padre».

«Te pondré por una loca y una enferma mental, a la que sólo le importa su trabajo y no recuperarás a las niñas nunca»

Desde que, a finales del 2017, decidiera divorciarse del padre de sus hijas, del que ya estaba separada, comenzó lo que describe como un infierno: «amenazas -te quitare lo que más quieres, por mis hijas-, insultos, y coacciones -te pondré por una loca y una enferma mental, a la que sólo le importa su trabajo y no recuperarás a las niñas nunca-, además de retención contra mi voluntad en mi casa. A pesar de las pruebas -la Unidad de la Mujer de la Policía Nacional me envió a un hotel de protección, me hicieron un plan de protección- y de los testigos, para el juez no daba el perfil. Entendí que la justicia no me protegería. Con todas las pruebas finalmente me dieron la acreditación de mi condición de víctima, que el juez me negó. Todos los procesos judiciales desde ese momento estuvieron revestidos del sin sentido, la arbitrariedad y la destrucción hacia mis hijas y hacia mí».

Incumplimiento de resoluciones judiciales

Ramallo denuncia que, en todos estos años, el padre de sus hijas «no ha cumplido ni una sola resolución judicial, he denunciado hasta la saciedad los incumplimientos sin que se haya adoptado medida alguna. A mi hija mayor no la veo desde febrero de 2018. Y a mi hija pequeña en escasas ocasiones en todos estos años, ya que no ha cumplido ni el régimen de visitas, ni mis derechos de la patria potestad. Este aislamiento de su madre y el hecho de la situación de maltrato que mi hija denuncia que sufre en casa, la ha llevado a verbalizar su deseo de suicidarse, entregar una carta de despedida, llamar al Teléfono del Menor para pedir ayuda sin recibirla, pedir auxilio en comisaría de la Policía Municipal de Sada y ser sacada arrastras de debajo de una mesa y entregada a su padre, sufriendo una crisis y acabando en un hospital, una agresión en la calle, entre otras situaciones surrealistas que hemos vivido mi hija y yo, ante la pasividad absoluta de los los Tribunales de Justicia».

«Le hablo como madre. Ya no me quedan más recursos que presentar, ni denuncias, ni escritos a la Fiscalía. En estos momentos la vida de mi hija depende de usted, presidente»

Según explica, «hay procedimientos abiertos, por maltrato contra su padre, que, desgraciadamente, se prolongan en el tiempo de manera indolente por las malas praxis judiciales que no la están escuchando, ni están adoptando decisiones para evitar que mi hija viva una infancia infeliz y traumática como la que está viviendo».

A pesar de los presuntos abusos judiciales e injusticias, manifiesta que siempre ha cumplido todas y cada una de las resoluciones judiciales, «porque entiendo que la lucha y el cambio del sistema debe ser siempre desde el cumplimiento de la ley».

Llamamiento a Pedro Sánchez

Elena Ramallo apela, en estos momentos, «al compromiso con la lucha contra la violencia de las mujeres del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez», a quien solicita públicamente «que me reciba y escuche mi caso, salve la vida de mi hija y ofrezca las soluciones para salvar decenas de vidas. Le hablo como madre. Ya no me quedan más recursos que presentar, ni denuncias, ni escritos a la Fiscalía. En estos momentos la vida de mi hija depende de usted, presidente. La denuncia pública sobre la situación de mi hija y la mía propia como madre cuenta con el respaldo del Consejo Nacional de Mujeres y Menores resilientes de violencia y múltiples asociaciones de mujeres contra la violencia de toda España».

Revocación de la custodia

El pasado 15 de mayo se registró en los Juzgados de Betanzos la quinta demanda de ejecución de cumplimiento del régimen de visitas, que según el propio recurso ha sido incumplido desde el 8 de marzo de 2018, así como de incumplimiento de los deberes de la patria potestad. Expresa el escrito que «dándose todos y cada uno de los supuestos para ello, le sea revocada la custodia y suspendida la patria potestad, en base al daño causado a los menores y a las causas de maltrato, y concedida a la madre».

La demanda pone de relieve que «los incumplimientos reiterados de autos y sentencias por parte del padre nunca han sido sancionados, condenados ni evitados. La falta de diligencia en no hacer ejecutar las resoluciones judiciales, no ha protegido el bien superior del menor, en cuanto a privarle de su derecho de relacionarse con su madre, ya que no adoptó ninguna medida para que el régimen de guarda y custodia implique derechos y obligaciones que el progenitor custodio llevase a cabo. Dentro de las obligaciones se encuentra garantizar el derecho de los hijos a mantener el contacto, comunicación y visitas con la otra parte. No cumplir con dicha obligación implica vulnerar el derecho de la otra parte y lleva de suyo una vulneración del derecho a la vida familiar según la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos».

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