La violencia vicaria es una realidad que prácticamente cada día cobra una nueva dimensión de su gravedad con casos como el de este pasado domingo 15 de mayo en la localidad malagueña de Torremolinos, donde una joven adolescente de 13 años se jugó la vida tras sufrir una fractura al saltar por el balcón de su domicilio, en un segundo piso, para huir de la paliza que su progenitor maltratador, de 46 años, le estaba propinando en ese instante a su madre, de 36. Sólo la acción de un toldo pudo evitar la tragedia y amortiguó la caída de la menor.
Sólo la rápida llegada e intervención de agentes de la Policía Local de Torremolinos al domicilio familiar donde se estaba produciendo la agresión evitó que el maltratador pudiera seguir propinando golpes a su víctima, aunque la menor sufrió una fractura durante su huida por el balcón del domicilio.
En el domicilio familiar también se encontraban otras tres hijas menores hermanas de la adolescente herida, una de ellas de apenas unos meses de edad. La madre tenía signos evidentes de haber sido maltratada por su agresor.
La Unidad de Atención a la Familia y Mujer (Ufam) de la Policía Nacional de Torremolinos instruye el caso, del que se encarga el Juzgado de Instrucción número 3 de la localidad costasoleña.
