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Un país bajo amenaza

Previo al proceso electoral, Colombia repite la violencia partidista del siglo pasado, donde un movimiento de extrema derecha pretende someter a la ciudadanía a partir de planes de exterminio y amenazas de muerte.

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análisis

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Las amenazas proferidas por seguidores del uribismo han logrado cubrir a casi todos los sectores de la población y a casi todo el país. La práctica ya conocida de Pablo Escobar se ha generalizado en los seguidores de sus herederos.

Los sectores más amenazados son la justicia, el periodismo, los profesores, los opositores, los artistas y la ciudadanía en general.

Amenazas contra la justicia

Dada la enorme cantidad de delitos que rodean a Álvaro Uribe y a su organización, las citaciones de los órganos judiciales son permanentes a lo que responde con estrategias de intimidación y amenazas.

Los seguidores del uribismo amenazan a todo el sistema de justicia, jueces, magistrados, testigos, abogados, en fin, todo aquel que ose intentar llevarlos al cumplimiento de la ley.

Dentro del esquema de amenazas de seguidores de Uribe contra representantes de la justicia se encuentran incluso periodistas a su servicio y sus propios abogados.

Parte del mecanismo de los seguidores uribistas para presionar la acción de la justicia, es amenazar con atacar terceros, con destruir el país, con alzarse en armas, e ir en sentido contrario al ejercicio de la democracia y al respeto por la ley.

Amenazas contra periodistas

El segundo grupo en número de amenazas recibidas conocidas es el periodismo y no solo el colombiano, también el extranjero que intenta averiguar sobre los casos en curso contra el capo antioqueño.

La alerta de organismos como Fecolper (Federación Colombiana de Periodistas) y la FLIP (Federación para la Libertad de Prensa) sobre amenazas a periodistas en Colombia es permanente, en donde los seguidores del uribismo parecieran llevarse todas las denuncias al respecto.

Ni los caricaturistas se salvan de recibir amenazas por parte de este movimiento, que después de la calumnia tiene como segunda estrategia para someter a la sociedad colombiana, este tipo de procedimientos.

Si bien la estrategia del uribismo de proferir amenazas para evitar que los delitos del movimiento sean conocidos ante la opinión pública son permantentes, tambien el ejercicio periodístico denonado ha logrado aún dar a conocer todo tipo de prácticas de esta organización, principalmente asociadas con narcotráfico, corrupción, homicidios y masacres.

Una de las acciones más comunes del uribismo para amenazar es hacer llegar panfletos a las casas del grueso de la sociedad colombiana, dentro de las que obviamente se encuentra el periodismo.

Dichos panfletos generalmente vienen firmados por organizaciones del narcotráfico seguidoras ideológicas del uribismo como las Águilas Negras, las Autodefensas Gaitanistas y demás bandas criminales, en las que incluso se encuentran vinculados miembros de la fuerza pública activos y retirados.

Amenazas contra opositores

Para el uribismo cualquier solicitud de democracia o de acceso de la ciudadanía al poder de su propio país es tildado de “comunista”, “guerrillero” o “proFar” y por tal motivo debe ser “dado de baja”.

De allí que consideren al resto de la sociedad como sus opositores y quienes señalen sus actividades oprobiosas será tenido como “objetivo a eliminar”.

Al igual que el resto de la sociedad colombiana, a los opositores les llegan las amenazas de múltiples formas, bien sea por llamadas, mensajes de texto y los famosos panfletos en sus lugares de residencia, aunque se han vuelto más comunes en mensajes de redes sociales.

Si el uribismo asume este tipo de posturas radicales contra sus contradictores, ni qué decir contra quienes los han señalado y con fuertes razones, por sus vínculos con organizaciones de narcotráfico y paramilitarismo.

Y claro, quienes promuevan, compartan u opinen sobre ideas contrarias a las que profesan, también serán receptores de este tipo de mensajes.

Debido a ello un gran número de la población colombiana ha recibido amenazas de todo tipo y de alguna manera.

Este movimiento ha logrado diseminar la práctica de la amenaza al punto que a hoy en Colombia estos mensajes le han llegado a varios miles de personas físicamente a su casa o a sus teléfonos móviles.

Amenazas contra artistas

Uno de los actos más ruines, viles y miserables de los seguidores uribistas son las amenazas a los artistas colombianos y a sus familias, y ojo, esa es una característica particular, amenazarles sus hijos.

Con este tipo de amenazas de muerte hacia ellos, sus familias o sus hijos, el uribismo ha atacado cantantes, humoristas y actores del más elevado reconocimiento.

Los humoristas al parecer son los que más provocan ira en los seguidores de Álvaro Uribe, de hecho, uno de los más importantes que ha tenido el país, Jaime Garzón, fue asesinado y como responsables del homicidio pagan condena varios subalternos directos del mandatario.

Amenazas contra profesores

Otro de los sectores contra los cuales el uribismo ha generado un ataque radical con amenazas son los profesores, y no es extraño, en esta rara mezcla de fascismo y narcotráfico.

El narcofascismo retoma el fuerte elemento anti intelectual del fascismo clásico, la repulsión por lo académico y el conocimiento, tiene en este caso una razón fundamental, la eliminación de la memoria como elemento clave para que el uribismo garantice la impunidad frente a sus crímenes.

Amenazas contra la ciudadanía en general

En Colombia nadie se salva de las amenazas del uribismo desde que llegó el poder hace ya más de 20 años. Hoy, después de haber desmontado en alguna medida el proceso de paz con la guerrilla, el país se está sumiendo nuevamente en un baño de sangre.

Al parecer este movimiento está convencido en que mediante campañas de exterminio de la población, lograrán imponer su ideología y el control del narcotráfico en todo el país.

El ejercicio es muy simple, cualquiera que se oponga a sus designios o pregunte por sus delitos o al menos los señale será convertido en un tiro al blanco.

Nadie está exento de las amenazas, ni niños, ni mujeres, ni sacerdotes, ni médicos, nadie! La intimidación hacia todas las instituciones y en general a la población colombiana se ha diseminado para demostrar e imponer el poder del narcotráfico.

Es tal la saturación y el hastío de la sociedad colombiana para con el uribismo, que incluso grupos de jóvenes han impulsado tendencias en redes para llamar la atención de la comunidad internacional, al parecer sin ningún resultado, los seguidores de Álvaro Uribe siguen actuando con total impunidad.

Si en las ciudades la situación ya se torna insoportable, ni qué decir en las zonas rurales donde pintan las paredes con los nombres de las personas que serán asesinadas.

Amenazas contra opiniones en la red

El mecanismo más reciente del uribismo es acallar la opinión y la insatisfacción de las redes, gracias a las cuales se han descubierto buena parte de sus fechorías.

Estas amenazas en los chats pasan incluso a las casas de los tuiteros o de quienes opinan en Facebook, no importa donde estén, los seguidores de Uribe los buscan para agredirlos.

Pero hay una nueva generación que se resiste al narcotráfico y desea un país democrático donde tengan opciones para vivir, son ellos, principalmente ellos, los que protestan, se quejan y enfrentan el poder intimidatorio de los sicarios.

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