Si lo que ha mostrado la selección de Rusia en esta Eurocopa es su aval para el Mundial de 2.018 que organizan el futuro les pinta muy pero que muy negro. Tras un debut donde un gol en el descuento maquilló un partido en el que Inglaterra mereció la victoria, Rusia dio un lamentable espectáculo en su enfrentamiento contra Eslovaquia. Éstos mostraron lo que se esperaba de ellos: mucha calidad, mucho descaro y una buena disposición táctica a pesar de no contar con nombres de relumbrón con la excepción de Hamsik. La exhibición que dio el jugador del Nápoles en el partido contra Rusia es para que se le tenga en cuenta para esas clasificaciones absurdas basadas en la subjetividad que gusta tanto a la prensa y a las instituciones del fútbol.
Aunque Eslovaquia tuvo el dominio del juego en la primera media hora del partido, las primeras ocasiones fueron para los rusos. Sin embargo, a partir del minuto 30 Hamsik cogió la manija y comenzó con su recital, lo que fue aprovechado por sus compañeros para apoyarse en él y para lograr que una asistencia maravillosa del jugador del Nápoles terminara con un remate de Weiss que se alojó en la portería de Akinfeev tras un espectacular recorte que dejó sentados a dos defensas rusos. Sin embargo, la exhibición no había terminado. Cuando la primera parte expiraba Eslovaquia sacó un córner en corto. Hamsik se perfiló con un recorte y disparó para colocar el balón en la escuadra más lejana. Un gol de Playstation, un gol lleno de calidad porque puso la bola ahí.
La segunda parte comenzó con una Rusia diferente, tirando de orgullo. Sin embargo, Eslovaquia estaba muy cómoda porque el orden táctico es otra de sus virtudes, tal y como pudimos comprobar los españoles en la fase de clasificación. Retrasó líneas en espera de la oportunidad de aprovechar la calidad de su centro del campo y de sus extremos para cerrar el marcador con alguna contra. A pesar de que tuvieron diversas oportunidades, los rusos no pudieron marcar hasta el minuto 80, lo que le dio una falsa emoción al partido.
